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R:.H:. Edgar Rivera del Piélago
En sus orígenes el hombre descubre -incluso antes de utilizar la palabra- la necesidad de la comunicación entre si, siendo algunas comunicaciones para uso inmediato y otras para uso posterior.
Inicialmente la comunicación la hacen con señales o algunos signos, lo que en realidad eran códigos descifrados por aquellos que pertenecían al mismo grupo, para los que eran de uso inmediato, luego plasmando los mensajes en la piedra bruta a través de algunos dibujos, para uso posterior, métodos que van desarrollando a lo largo de la historia para comunicarse a distancia, en casi todos los casos por razones de supervivencia, sean silvestres o por conflictos, naturalmente esto implicaba, para hacer el bien o el mal.
Es así que aparece –para uso a corta distancia- la imitación gutural de algunos animales silvestres y ante la necesidad de aumentar la distancia usan sonidos de viento (pututu, cuernos); para distancias mayores usan el humo y los tambores de guerra – para las llanuras- o para hablar con los dioses en cualquier lugar, pero siguen siendo códigos de comunicación, interpretados solo por los grupos de interés, es decir que aquellos que no pertenecían a esos grupos no podían entenderlos y es probablemente aquí que se empiezan a desarrollar los dialectos y con el tiempo los idiomas, siendo por la misma razón de codificarlos que sean diferentes entre los diferentes grupos humanos en el mundo, pero no perdamos de vista que en todos los casos son códigos y que los hombres tenemos que interpretarlos o si no les damos la atención necesaria, esa información pasará inadvertida.
La historia registra innumerables casos de interpretaciones erróneas de la comunicación, sean para el bien o para el mal, leídas o interpretadas de manera confusa y hasta opuesta con respecto al mensaje original, habiendo causado –por ejemplo en casos de guerra que son los registrados con más detalle- perjuicios y daños importantes entre los objetivos iniciales consiguiendo en otros casos, estas interpretaciones erróneas, que las personas se acerquen mas al enemigo, en lugar de alejarse, o mejor dicho que vayan directo hacia una trampa.
Estos códigos iniciales evolucionan a códigos enviados mediante el espejo para usar en tierra y mar junto a las banderas y luces, algunos se usan hasta la actualidad en pleno auge de la era satelital.
El hombre durante su evolución mantiene la constante de comunicación, perfeccionándola cada vez más mediante el uso de el idioma con reglas estrictas hasta los códigos secretos, manteniendo la “comunicación abierta” vía los dibujos, pinturas o escritos.
Desde una pintura lacustre pasando por una obra maestra de Da Vinci, hasta una escultura simple y moderna, el hombre trata de enviar un mensaje para la posteridad, mensajes que nosotros debemos interpretar y cuando vemos una escultura o dibujo sea simple o clásico, es cada uno el que tiene que interpretarlo y darle el valor necesario, si lo tuviera.
Aprendamos de la historia, los enemigos del hombre, “la ignorancia, la hipocresía y la ambición” son las causantes de los conflictos y las guerras, sin embargo estas calamidades y miserias permitieron también evolucionar rápidamente en diferentes áreas, la medicina, la tecnología, la comunicación.
Con el paso de tiempo y la evolución de estas elementales pinturas y pututos, hemos realizado brincos inimaginables hasta hace un par de siglos, el telégrafo, el teléfono, la televisión, el cable, el satélite, la internet, las redes sociales, pero en todas ellas hay códigos y señales, algunos buenos y otros malos, algunos contienen luz, otros tinieblas y, bastantes mas de los que deberían circular, oscuridad o noche.
Se entiende que el hombre sabio ha dejado innumerables mensajes y probablemente así debe ocurrir en otras dimensiones, es decir que las señales y mensajes han sido dejados y somos nosotros quienes tenemos que interpretarlo, nosotros quienes debemos leerlos y comunicarlos a los demás, pero así como hay millones de esculturas que no significan nada mas que un breve mensaje del autor, hay muchos otros que si deben merecer nuestra atención y, allí esta la diferencia, en conocer cuales son mensajes de luz y cuales son lobos con piel de cordero que se acercan al rebaño, con la intención de crear la tiniebla, de impedir el paso de la luz.
Los Incas, los mayas, los egipcios, todas las culturas nos dejaron “supuesta” comunicación abierta y es necesario tener cuidado, es necesario observar con detenimiento para poder preguntarnos, por ejemplo: ¿Por qué tanta diferencia entre los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas, y Juan? ¿Por qué hay un Juan evangelista y otro bautista? ¿Cuál fue primero? ¿Por qué el libro de Juan tiene diferencia incluso en la forma de su redacción, de escritura?
Los códigos y la comunicación han sido enviados, nosotros hemos interpretado, nosotros hemos elegido, hay quienes aun deben elegir, el tema ha sido la supervivencia física, ahora sabemos que es de mayor importancia la supervivencia espiritual y en especial tengamos cuidado con los “abundantes códigos” que circulan pues unos nos llevan hacia las tinieblas y otros hacia la luz.