Viernes, 17 Junio 2016

Por M.·.R.·.H.·. Javier Agüero Vega

PARTE I

Decir Jesús, Cristo o Jesucristo, son sinónimos en términos profanos o de fe, sin embargo, para un iniciado son conceptos que aluden a esencias diferentes, donde Jesús es un Maestro, Cristo es una energía y Jesucristo es el equivalente o sinónimo de Lázaro, el renacido o iniciado.

 La propuesta del RETORNO es una invención teórica muy posterior a la desaparición del Maestro en Palestina, después de año 701 y motivada por razones diferentes a la que hoy se esgrimen.2

 Si se lee concienzudamente el evangelio de Juan, se puede notar a pesar de las correcciones, yuxtaposiciones y transliteraciones, algunos argumentos genuinamente gnósticos y contrarios a la religiosidad popular.

 Desde su inicio revela el origen escondido del Universo en su secuencia: Inmanifestado, Manifestado, Armónico, al decir: En el Principio era el Verbo o la Manifestación (el Hijo); el Verbo era con Dios o con lo Inmanifestado (Padre-Hijo), y el Verbo es Dios o lo Armónico en desarrollo (Espíritu Santo).

 Cuando una persona habla, su expresión o verbo está en sintonía con su pensar (lo inmanifestado), como la relación padre-hijo. Las ideas de la persona no se ven por ser inmanifestadas, pero se expresan con la palabra (el Verbo) y la resonancia armónica del Nous o Espíritu Santo, se admira por sus obras.

 El Evangelista habla en su evangelio de sí mismo al definirse como “un enviado de Dios llamado Juan” (Jn.1:6) y cuya función era dar testimonio de esa Luz y hacerla conocer a la posteridad, “para que diese testimonio de Luz a fin de que todos supiesen o creyesen en EL (la Luz, la Sabiduría, la Iniciación)”. (Jn.1:8)

 El bautista, a quien las clerecías le asignan posteriormente este dicho para asociar a Jesús al judaísmo, no pudo sin embargo, dar cumplimiento a su supuesto destino, toda vez que fue decapitado antes de la realización de obras y signos del Maestro y en consecuencia, no pudo dar el testimonio de la Luz para las próximas generaciones al no conocer el resultado del trabajo del Maestro.

 Juan evangelista, por el contrario, si cumple a cabalidad con su objetivo a través no sólo de su Evangelio, sino con las epístolas que son tres y el Apocalipsis, cuyo verdadero nombre es Epopteya,1 dando el genuino testimonio de la obra del Maestro Jesús como el mensajero de la Luz, del Amor y del Servicio.

 Juan2 no filia a Jesús como judío, por el contrario, lo distancia y lo presenta antagónico, tan antagónico y extremo que establece una paradoja: “si Jesús fuese judío sería el hijo del diablo”. La cita está en el capítulo 8 del evangelio y corre desde el versículo 33 al 47, textualmente dice: “si vuestro padre fuese Dios ciertamente me amaríais (42); “vosotros sois de vuestro padre el diablo”; (44) “él fue homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad porque no hay verdad en él” (44).

 Hablando con la samaritana (prohibido para un judío de esa época) Jesús le dice: “Mujer créeme que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adorareis al Padre”.(4:21) Así Jesús en un solo dicho le quito el membrete de ciudad santa a Jerusalén, impuesto por los intereses aleatorios de las clerecías judeo-cristianas.

 El día de descanso es otra invención como la del RETORNO, porque según la propia Biblia en el capítulo primero del Génesis, el Universo, la vida y el hombre son emanados o creados en sólo seis días, el séptimo día del descanso jehovático es una invención posterior, cuando el concepto dios se humaniza por los patriarcas en el desierto y se propicia el descanso. Por eso Jesús cuando los judíos le reclaman que ni él ni sus discípulos respetan el día de descanso, el Maestro responde: “Mi Padre hasta ahora trabaja y yo también trabajo”; (5:17) afirmando que la vida es movimiento y el descanso es muerte. Los adoradores del sabath o del descanso son, en consecuencia, los adoradores de la muerte.

 Juan escribe tardíamente su evangelio porque sus lecciones fueron en vivo, dado que sobrevivió a todos los otros discípulos y apóstoles putativos, que asumen ese rol sin haberlo sido realmente. Juan vivió hasta finales del siglo I, se asume que murió sobre el año 96 o 97 d.c., cuando ya habían aparecido las versiones espurias de Mateo, Marcos y Lucas, entre otros, y por eso corrige todas aquellas exageraciones y leyendas de los anteriores.

 Cuando Juan habla “del Cordero de Dios” (1:29) hace precisiones exactas, para denotar que el bautista es falso de toda falsedad en la filiación de Jesús, así por ejemplo: le hace decir al bautista en referencia a Jesús: después de mi viene un varón que es antes de mí, porque era primero que yo, y yo no le conocía, sentencia que es falsa, porque en la historia leyenda judeo-cristiana sobre María, la joven madre desposada con un carpintero de muchos años, tuvo una prima de nombre Elizabeth casada también con otro anciano sacerdote de nombre Zacarías. Ambas fueron embarazadas del mismo modo sobrenatural y con el mismo personaje Gabriel. Elizabeth (Lc 1:13;19) dio a luz seis meses antes que su prima María (Lc 1:26s) a un niño llamado Juan que luego se convirtió en el bautista. María y Elizabeth solían visitarse y nada obliga a pensar que dejaran de hacerlo cuando nacieron los niños. En ese sentido los primos Juan y Jesús, en verdad por su progenitor Gabriel fueron hermanos, y ellos se frecuentaban como lo hacían sus madres y por ende se conocían. Resulta falso por eso que el bautista diga que no lo conocía y que fuese menor que Jesús.

La iglesia paralela que se creó para que los judíos se quedasen en Jerusalén después del fracaso de Masada y que luego fue llamada católica, se vio en la necesidad de judaizar la figura del blasfemo Jesús (Jn.10:33) contra quien complotaron para matarlo. (Jn. 11:49-53) y para ello deben crearle un linaje judío, haciéndole descender del rey David a través de José y los sionistas presentan su proposición de Rey a través del escrito de Mateo y lo hacen descender del rey Salomón (Mt.1:6), en tanto que la clerecía lo hace sacerdote a través de Lucas, quien escribo a la sombra de Saulo-Pablo3 y lo hacen descender por el profeta Nathan (Lc 3:31s).

 Cuando entienden los padres de la iglesia católica que el concepto de paternidad no es aplicable a Jesús porque José no participó en su concepción, entonces se crea el concepto de la doble naturaleza para Jesús Dios-Hombre, para lo cual necesariamente debe ser hijo de una virgen que lo fuera no sólo en el proceso de su concepción sino desde antes, en el suyo propio y es así que en los concilios de Nicea del 325 y de Éfeso del 431, se discute y aprueba esta propuesta, contraria a la realidad gnóstica conocida de “Christokos” o Madre de Cristo, donde se le atribuía a la mujer sólo la maternidad humana y no la naturaleza divina que era propio del Nous o Nuestra Dama o Espíritu Santo. La propuesta gnóstica sostiene que Jesús nació como cualquier ser humano normal y llegado determinado tiempo (la resurrección de Lázaro), El Verbo o Dios Hijo Manifestado, usara los vehículos sutiles de manera tal que una persona era divina y la otra mortal.

 Como los obispos católicos al mismísimo estilo de Nicodemo (Jn.3:10) no entendía eso, entonces determinaron en los concilios que no podía ser de otro modo: Jesús desde su concepción preternatural tenía las dos naturalezas, la divina y la humana, clausurando de hecho la posibilidad del despertar individual siguiendo el ejemplo del primero entre sus iguales Jesús y reservándose la iglesia la potestad de la salvación vía pago o donación.

 También el evangelista es enfático en describir que Jesús no fue bautizado, sólo dice que Juan lo reconoce pero no lo bautiza y por ello Jesús tampoco bautizaba (Jn. 4.2). Cuando se dice de Jesús que es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo se alude al origen simbólico-terreno para su fecha de nacimiento. Si se acepta que Jesús nace un 25 de Diciembre bajo el signo de Capricornio, significa que humanamente fue concebido 40 semanas antes, esto es, en la última semana del mes de Marzo. Marzo desde el día 21, está bajo la ascendencia de Aries o el cordero, de allí su nominación como tal y siendo que la Luz o el verano vino para dar calor y vida a los hombres y algunos no la recibieron porque sus obras eran malas y oscuras: el pecado es la ignorancia y la liberación es la luz del conocimiento, del verbo, de la gnosis de Jesús.

 CONTINUARA

(1) Epopteya en la Grecia antigua era la visión trascendente y transformadora de sí mismo de aquellos que accedían a los ritos mistéricos para su iniciación. Juan identifica su Apocalipsis como el Manual de Perfecto Gnóstico, por ello su nombre original de Epopteya. Cabe señalar que cuando Juan habla de los profetas se está refiriendo a los profanos o profactums antes de su ceremonia, por ello el profundo sentido de su frase: “Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta enseñanza y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca.” (Ap.1:3) Epopteya, es pues, el mensaje del cambio justo y necesario para la reconciliación del hombre con los asuntos espirituales que le competen para su evolución

(2) Según Edgar Cayce en su libro JESÚS y SU IGLESIA, Juan conoció al Maestro Jesús cuando ambos fueron iniciado en Heliópolis en la Gran Fraternidad Blanca. La grandeza de Juan reside en su humildad de acción al aceptar ser discípulo de su hermano y par de iniciación: Jesús.

(3) Saulo o Pablo es el verdadero creador del judeo-cristianismo a través de la iglesia Católica, apostólica y Romana, que de Jesús y su enseñanza no tiene nada.

(1) Después del fracaso de Masada y antes de la diáspora ordenada por el Emperador romano.

(2) La fundación argumental del judéo-cristianismo bajo las propuestas del sionismo primitivo de Saulo-Pablo y Gamaliel su suegro, razón por la que la nueva iglesia de Roma al no continuar con la Gnosis o enseñanza del Maestro Jesús, no se denomina cristiana sino Católica, Apostólica y Romana.