Viernes, 17 Junio 2016

Q.·.H.·. Amalia Mansilla Buendía (M.·.M.·.)

Q:. H:. Amalia Mansilla BuendíaCierta vez preguntaron a una madre ¿cuál era su hijo preferido?, ¿aquél que ella más amaba? Y ella dejando entrever una sonrisa respondió:

“No hay nada es más voluble que un corazón de madre”

Y, como madre, le respondo: “el hijo dilecto, aquel a quien me dedico de cuerpo y alma es…”

Mi hijo enfermo, hasta que sane…

El que partió, hasta que vuelva…

El que está cansado, hasta que descanse...

El que está con hambre, hasta que se alimente…

El que está con sed, hasta que beba…

El que está estudiando, hasta que aprenda…

El que está desnudo, hasta que se vista…

El que no trabaja, hasta que se emplee…

El que se enamora hasta que se case…

El que se casa, hasta que aprenda a convivir…

El que es padre, hasta que los críe…

El que prometió, hasta que cumpla…

El que debe, hasta que pague…

El que llora, hasta que calle…

Y ya con el semblante bien distante de aquella sonrisa de madre, completó: El que ya me dejó… hasta que lo reencuentre.

QQ.·.HH.·.

¿Acaso nuestra Logia no es una verdadera Madre?

Desde el primer día que llegamos por causalidad a éstas nuestra Madre Logia, sentíamos que recibíamos muchas cosas positivas en nuestras vidas.

Quién de nosotros no se ha sentido hijo(a) preferido(a) cada vez que llega a esta logia, acaso no sentimos esa mirada tan dulce, tierna y maternal de nuestra gran maestra

Quién de nosotros no es buscado, llamado o esperado con amor por nuestros maestros de esta logia.

Cuando hemos estado enfermos u ocupados, ¿acaso no han sido nuestros maestros quienes nos llaman y se preocupan por nuestra salud y se alegran por nuestra mejoría?

Cuando dejamos de venir a compartir , ¿acaso no nos llaman y nos preguntan porque no venimos y hasta que no volvamos, están a la espera de nuestro regreso?

Cuántas veces hemos dejado de venir por situaciones confusas o frívolas, y son nuestros hermanos maestros quienes están pendientes de que no caigamos en sueño.

Muchas veces hemos pasado situaciones difíciles en lo laboral o personal, y allí están nuestros muy respetables maestros alimentándonos con sus sabios consejos, con sus mejores intenciones para que sigamos evolucionando.

Que maestro no tiene siempre ese deseo de enseñar y de no dejar de enseñar a sus hermanos y aprender juntos en este camino hacia la perfección.

Cuantas veces nos hemos sentido desnudos, como si estuviéramos falto de abrigo y esta logia nos cobija , nos acoge, nos calienta, con esa llama de amor a todo aquel que entra en ella.

Acaso cuando estamos hambrientos de trabajo que sea bien remunerado , ¿no son nuestros maestros quienes nos han tendido la mano, con ese apoyo incondicional y desinteresado, sin esperar retribución alguna y solo para vernos surgir nuevamente y poder llevar un pan a nuestro hogar?

Un maestro de San Juan quiere vernos felices con nuestra pareja y nuestros hijos, y hace de todo para ayudarte a conseguir soluciones dentro de tu casa, de tu hogar, de tu familia, en tu trabajo; vive tus problemas, se identifica contigo y no desmaya hasta verte feliz.

Cuántas veces hemos venido aquí llorando quizás por dentro y son ellos, nuestros hermanos maestros, quienes se acercan y te dan un abrazo de aliento, de amor y te dicen : “no te preocupes, si has perdido algo es porque Dios Amor tiene algo mejor para tí”.

QQ.·.HH.·. , quiero dejarles una pequeña reflexiòn:

“ QUE NUESTRA GRAN MISIÒN COMO MASONES DE SAN JUAN, SEA EL EJEMPLO INCULCADO A SEGUIR POR NUESTROS MAESTROS MASONES Y QUE TENGAMOS SIEMPRE LA ACTITUD DE UNA MADRE HACIA SU HIJO PREFERIDO”