Viernes, 17 Junio 2016

REFLEXIONES SOBRE UNA MAESTRA MASON

Solemos utilizar la palabra MAESTRO (A) para referirnos a alguien que enseña algún arte, una ciencia o un oficio, o a una persona muy diestra o con profundos conocimientos en alguna materia. En Masonería, Maestro (a) es el tercero y último de los grados de emulación, pero ser Maestro es mucho más que conocer las palabras y hacer los signos de ese grado, es dedicarse a descubrir del Misterio de Betania y al ejercicio del bien y de la armonía para que todos puedan tener comunión con Dios Amor Manifestado.

Ser Maestro es transmitir con palabras y con actos la Gnosis de Jesús. Y en esa tarea, considero que las Maestras masón estamos llamadas a tener un rol principal.Todos sabemos que las mujeres somos educadoras por naturaleza. La mujer aprende para educar a los demás empezando por los hijos en el ámbito familiar.

Permítanme utilizar como ejemplo a la familia. Siempre he escuchado a las personas mayores decir que la educación de los niños es tarea de la madre, y siempre me rebelé contra esa posición que consideré machista, puesto considero que la tarea de educar y formar a los niños corresponde a ambos padres. Hoy creo firmemente que si bien tanto al padre como la madre tienen la obligación de educar y formar a los hijos, la madre tiene un rol principal, y con ello no estoy cediendo a una posición machista, todo lo contrario, estoy convencida que nuestro rol es más importante porque las mujeres podemos hacer esa tarea mejor que los hombres.

Es por todos conocido que los hombres y mujeres somos diferentes, que tenemos más desarrollado o trabajamos más con diferentes hemisferios, los hombres tienen más desarrollado el lado más analítico, lógico y racional mientras que las mujeres tenemos más desarrollado el área del lenguaje y el hemisferio derecho que es intuitivo y emocional, lo que ayuda a las mujeres a la comprensión global de las cosas. Rudyard Kipling decía que “la intuición de la mujer es más precisa que la certeza del hombre”. En logia también hemos hablado de esto y hemos aprendido que precisamente estas diferencias entre hombres y mujeres hace que las mujeres seamos intuitivas y que a través de la intuición conectemos directamente con Dios. Con esta ventaja me parece claro que las mujeres podemos, si queremos, tener mucho más éxito en la tarea de educar, de transmitir valores, de comunicar y poder llegar a los demás, recordemos que debemos educar para transformar a los seres humanos.

Una Maestra debe emular al Maestro Jesús, quienes el mejor ejemplo a seguir. Jesús que cedió su cuerpo etérico para que Dios Amor se manifieste en él, por ello una Maestra masón tiene como misión reflejar en su vida la presencia de Dios Amor Manifestado para que pueda servir como ejemplo a los demás.

Estamos iniciando una nueva época, el amanecer sideral del que hablabamos hace un tiempo, y debemos hacerlo con una actitud de servicio, aplicando el evangelio del amor que el Maestro Jesús nos enseñó y usando nuestro divino privilegio de pensar; en otras palabras, poner en practica los 3 pilares que tenemos consignados en nuestras gradas: Amor, Conciencia y Servicio.

 

Este amanecer sideral trae consigo un estado de conciencia diferente por el cual debe cambiarse el egoísmo por un nuevo sentido de inclusión que es la certeza de sabernos que Todos somos Uno con Dios.

Ser una Maestra implica comprometerse consigo misma y con el momento que estamos viviendo; poseer una concepción amplia y profunda de cuáles son nuestros principios y aplicarlos en nuestra vida para poder guiar, liderar y orientar a todos los que están a nuestro alrededor.  Y no me refiero solo a los aprendices y compañeros de nuestro taller, sino a todas las personas que nos rodean: a nuestra familia, a nuestros amigos o incluso a quienes no consideramos como amigos.

Debemos ser Maestras masón no solo en el taller sino en todas partes, nuestro comportamiento, nuestra actitud debe ser la misma en todo momento y en todo lugar, no debe existir la idea de “vida profana” como dicen nuestros hermanos francmasones, porque una persona debe ser autentica y tener la misma personalidad, el mismo comportamiento y los mismos valores en todas partes.

Una Maestra masón debe plantearse entonces un discurso coherente entre la teoría y la práctica, en este amanecer sideral ya no se enseña solo con palabras, se debe enseñar también con hechos, con el ejemplo.  La honestidad, la solidaridad, el respeto, la tolerancia, entre muchos  principios y valores, deben manifestarse por la Maestra masón para contrariar la ética mercantilista, de oferta y demanda, del cinismo y engaño, que se manifiestan en nuestra sociedad.

El cambio siempre empieza por uno mismo, la luz de Cristo debe nacer y crecer en nosotros para luego ser irradiada a los demás. Debemos pasar de lo individual a lo grupal, saber y sentir que Todos somos Uno y que el camino de regreso al Padre no es un camino en solitario, la experiencia podrá ser personal pero el avance debe ser grupal, la luz no puede quedarse en uno mismo, por eso nos reunimos en Logia, para ayudarnos unos a otros, para ir expandiendo la luz y avanzar como hermanos, porque Todos somos Uno.

Ese es el objetivo de la Masonería Mixta de San Juan en esta nueva época, y esa debe ser la visión de la Maestra masón en particular, ayudar a expandir la luz.

Y eso es algo que nos diferencia de algunos francmasones. Si ellos, nuestros hermanos, quieren seguir perdiendo el tiempo discutiendo sobre la regularidad o la irregularidad, o si deben admitir mujeres en sus logias o no, cuando una mente sensata ni siquiera discute ya sobre la importancia del papel de la mujer en los talleres, están en todo su derecho de perder el tiempo.  Estoy convencida de que tarde o temprano, si de verdad quieren crecer y avanzar, terminarán aceptando la presencia femenina en la masonería puesto que no se puede ser Uno con Dios si se excluye a las mujeres. Mientras tanto, nosotros tenemos que continuar trabajando en expandir la luz y en esa labor, las Maestras masón tenemos un papel fundamental.

Es importante que mantengamos la convicción de que estamos en el sitio correcto, en el momento correcto, haciendo lo correcto. Esto nos abrirá mentalmente la posibilidad de ser guiados y avanzar juntos.

Estamos viviendo una época de grandes transformaciones, hemos recibido la luz pero lo que hagamos con ella depende de nosotros, o trabajamos en expandirla a los demás o dejamos que se apague en nosotros. Si estamos en Logia es porque hemos decidido ser luz, entonces tenemos el reto de representar el cambio. Recuerden que el destino de la humanidad es evolucionar.

En ese contexto, como ya indiqué antes, la misión de una Maestra masón debe ser hacer de su vida un ejemplo para transmitir a los demás la presencia de Dios Amor Manifestado. Y nuestra visión como Maestra masón debe ser ayudar a expandir la luz.

Lima, 17 de enero de 2012.

      R:.H:. Verónica Perea Málaga
 
V:.M:. R:.L:. “MARIA BETANIA N° 2”