En su primera toma de posesión en 1791, el Presidente Washington tomó juramento de su cargo sobre una Biblia de la Logia de San Juan en Nueva York. Durante sus dos mandatos, visitó a los en el Norte y Carolina del Sur y presidió la ceremonia de primera piedra del Capitolio de los EE.UU. en 1793.
Al retirarse, Washington se convirtió en la carta principal de la recién creada logia Alejandría Lodge N º 22, posó para un retrato en su regalía Masónica, y en la muerte, fue enterrado con honores masónicos.
Tal era el carácter de Washington, que casi desde el día en que tomó sus obligaciones masónicas hasta su muerte, lucía el mismo comportamiento en privado que en público. En términos masónicos, se mantuvo una paz justa y recta Masónica y se convirtió en un verdadero Maestro Masón. Washington fue, una piedra viva que se convirtió en la piedra angular de la civilización americana. Él sigue siendo el hito de las civilizaciones que otros siguen en libertad y la igualdad. Él es sillar perfecto de la Masonería en la que innumerables Maestros Masones evalúan en su labor en Logias y en sus propias comunidades.
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