EL MANUSCRITO GRAHAM (1726)
Publicado en "Ars Quatuor
Coronatorum", vol. 80, Londres, 1967, pp. 77-80. Traducción francesa en Textes
fondateurs de
Observad en primer lugar que todos nuestros signos provienen de la escuadra, de acuerdo con su empleo habitual. La prueba de ello se encuentra en el versículo 7 del capítulo 6 del primer libro de los Reyes.
El saludo se hace como sigue, de cualquier sitio del que vengáis: Yo vengo de la muy respetable logia de maestros y de compañeros perteneciente a Dios y al bienaventurado san Juan, que saluda a todos los hermanos verdaderos y perfectos de nuestros santos secretos, como yo mismo lo hago, encontrando que sois tales.
- Yo os saludo, hermano, y os ruego que me digáis vuestro nombre.
Responded J. y el otro debe decir que su nombre es B.
El examen continúa como sigue:
- ¿Cómo sabré que sois franc-masón? – Por las verdaderas palabras, signos y toques de mi entrada.
- ¿Cómo habéis sido hecho masón? – En una logia verdadera y perfecta.
- ¿Qué es una logia perfecta? – El centro de un corazón sincero.
- Pero, ¿a cuántos masones llamáis así? – A cualquier número impar entre 3 y 13.
- ¿Por qué tantos, y por qué en número impar?
- El primer número hace referencia a la santa Trinidad, y el otro a la venida de Cristo, con sus 12 apóstoles.
- ¿Cuál fue el primer paso de vuestra entrada?
- Un deseo intenso de conocer los secretos de la francmasonería.
- ¿Por qué se llama franc-masonería? – En primer lugar, porque ella es un libre don de Dios a los hijos de los hombres; en segundo lugar, porque está liberada de la intrusión de los espíritus infernales; y en tercer lugar porque es la libre unión de los hermanos de ese santo
secreto que debe subsistir para siempre.
- ¿Cómo habéis sido introducido en logia? – Pobre y sin un real, ciego e ignorante de nuestros secretos.
- ¿Y ello por qué razón? – Así como nuestro salvador se hizo pobre para nuestra redención, yo me hice pobre en ese momento en vistas al conocimiento de Dios resumido en la escuadra.
- ¿Qué habéis visto en logia cuando se os permitió ver? – Yo vi la verdad, el mundo y la justicia del amor fraternal.
- ¿Dónde? – Delante de mí.
- ¿Qué había detrás de vos? – El perjurio y el odio de la fraternidad para siempre si yo descubriera nuestros secretos sin el consentimiento de una logia, a menos que los haya obtenido de una triple voz habiendo sido recibido, pasado y elevado en las reglas por tres logias distintas, y a condición de que haya jurado adecuarme a nuestros artículos...
- ¿Cómo estaba orientada la logia durante vuestra recepción? – Al este, al oeste y al sur.
- ¿Por qué no al norte? – Ya que nosotros residimos en la parte norte del mundo, y ya que no enterramos a los muertos en el lado norte de nuestras iglesias, igualmente dejamos vacío el lado norte de nuestras logias.
- ¿Y por qué al este y al oeste? – Porque las iglesias están orientadas de este a oeste, y sus patios se encuentran al sur.
- ¿Por qué las iglesias están orientadas de este a oeste? – Hay cuatro razones para ello.
- ¿Cuáles son? – La primera: nuestros primeros padres fueron situados al este en el Edén; la segunda: un viento del este secó el mar (Rojo) ante los hijos de Israel, y el templo del Señor debía ser construido de la misma manera; la tercera: el sol se eleva en el este y se oculta en el oeste por encima de aquellos que habitan cerca del ecuador; la cuarta: la estrella apareció por el oeste para advertir a todos los pastores y hombres sabios que nuestro salvador iba a venir en la carne.
- ¿Quién os guió en el interior de la logia? – El vigilante y el más mayor de los compañeros del oficio.
- ¿Por qué no el más joven de los compañeros del oficio? – Por seguir a nuestro salvador, que ordenó al jefe servir la mesa, exhortación a la humildad que siempre debemos observar.
- ¿En qué postura habéis prestado vuestro juramento? – No estaba ni tendido ni de pie, ni andaba, ni corría; no daba vueltas, no estaba ni colgado ni a punto de volar, ni desnudo ni vestido, ni calzado ni descalzo.
- ¿Por qué razón estabais en esa postura? – Porque un Dios y un hombre componen al verdadero Cristo, y así un sujeto desnudo que estuviera medio desnudo y medio vestido, medio calzado y medio descalzo, medio arrodillado y medio de pie, sería la mitad de todo y no sería nada, demostrando así un corazón humilde y obediente dispuesto a marchar lleno de fe tras ese justo Jesús.
- ¿Qué habéis jurado? –Oír y callar nuestros secretos.
- ¿Cuál era el contenido de vuestro juramento? –El segundo punto de mi (juramento) era obedecer a Dios y a todas las verdaderas escuadras hechas o dirigidas a mí por un hermano. El tercer (punto) era no robar jamás, por temor a ofender a Dios y a arrojar vergüenza sobre la escuadra. El cuarto (punto) era jamás cometer adulterio con la esposa de un hermano, ni mentirle de manera deliberada. El quinto (punto de mi juramento) era no desear vengarme de manera injusta de un hermano, sino, por el contrario, socorrerle en tanto esté en mi poder y no me acarree un grave perjuicio.
- Admito que habéis estado en una logia; así que os pregunto: ¿cuántas luces posee una logia? – Yo respondo 12.
- ¿Cuáles son? – Las tres primeras joyas son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; el sol, la luna, el maestro masón; la escuadra, la regla; la plomada, el nivel, el mallete y el cincel.
- Probadme que todas ellas son verdaderas luces. – En lo que concierne a la santa Trinidad, ella da la razón. El sol nos da la luz día y noche. La luna es un cuerpo sombrío que, surgido del agua, recibe su luz del sol y además es la reina de las aguas, que son el mejor de los niveles. El maestro masón enseña el oficio y debería tener una palabra tres veces potente cuando enseña nuestros secretos como hombre brillante, porque nosotros creemos en un poder oratorio superior, ya que los 70 tenían un gran poder, y los 11 tenían otro aún mayor, pues escogieron a Matías para reemplazar a Judas. En lo que concierne a la escuadra,
la regla, la plomada, el nivel, el mallete y el cincel, son seis instrumentos sin los cuales ningún masón puede realizar un verdadera trabajo.
- ¿A qué pueden referirse estas 12 luces? – Deducimos que se refieren a los 12 patriarcas, así como a los doce bueyes con respecto a los cuales leemos en el capítulo 7 del primer libro de los Reyes que soportaban el mar fundido en bronce: eran símbolos de los 12 discípulos que debían ser enseñados por Cristo.
- Admito que vos habéis entrado, así que os pregunto si habéis sido elevado. - Sí.
- ¿Dónde habéis sido elevado? –
He sido elevado en el conocimiento de nuestros orígenes, gracias a la vez a la tradición
y a
- ¿Qué palabra pronunciáis sobre los cimientos cuando eleváis un edificio, allí donde teméis que un espíritu infernal de destrucción, frecuentando esos lugares, pueda derribar el trabajo de vuestras manos? – Oh, ven, déjanos y tendrás.
- ¿A quién os dirigís? – Rezo a la santa Trinidad.
- ¿De qué manera pronunciáis estas palabras? – De rodillas, con la cabeza descubierta, mirando hacia el este.
- ¿Qué queréis decir con estas palabras? – Queremos decir que despreciamos la justicia propia y que en ello diferimos de esos babilonios que creían poder construir hasta el cielo. Por el contrario, rogamos a la santa Trinidad que nos permita construir en verdad y en escuadra; y cada cual tendrá la recompensa que merece.
- ¿Cuándo fueron pronunciadas estas palabras, o para qué servían? – Yo respondo que desde el origen, antes de que el evangelio se extendiera por el mundo cubierto de espíritus infernales de destrucción. A menos que los hombres construyeran con fe y en oración, sus trabajos eran a menudo demolidos.
- Pero, ¿cómo fue posible que los trabajos de los babilonios fueran erigidos antes de que el evangelio comenzara a brillar? – Yo os respondo devolviendoos vuestra propia pregunta, porque la presunción de los babilonios de los que acabo de hablar había ofendido de tal modo al espíritu de Dios que las lenguas dejaron de ser comprendidas por su pecado a fin de que la humanidad no volviera jamás a actuar así sin el permiso divino, que quiere que nada pueda hacerse sin fe ni oración.
- ¿Esto es tradicional? – Sabemos
esto por tradición, y también por referencia a
donde no encontraron nada más que el cadáver casi enteramente descompuesto. Cuando cogieron un dedo, éste se desprendió falange por falange, y lo mismo ocurrió con el puño y con el codo. Entonces levantaron el cadáver y lo sostuvieron, poniendo un pie contra su
pie, una rodilla contra su rodilla, el pecho contra su pecho, una mejilla contra su mejilla, y una mano en su espalda, y se pusieron a gritar: Ayuda, oh Padre, como si dijeran: Oh, Padre del cielo, ayúdanos ahora, porque nuestro padre terrestre ya no puede hacerlo. Entonces, dejando de nuevo el cadáver, y no sabiendo qué hacer, uno de ellos dijo: Hay tuétano en este hueso, y el segundo dijo: Pero es un hueso seco, y el tercero dijo: apesta. Se pusieron de acuerdo entonces para darle un nombre que fuera conocido por la masonería hasta este día. Después, se fueron a sus asuntos y a partir de ese momento sus obras fueron buenas.
Es por ello que debe creerse, pero también comprenderse, que su poder no venía de lo que encontraron o del nombre que le dieron, sino de su fe y de su oración. Las cosas continuaron así, y la voluntad dio firmeza a la acción. Cuando reinaba el rey Alboyne nació Bazalliell, que fue llamado así por Dios antes de su concepción. Este hombre santo sabía por inspiración que los títulos secretos y los símbolos primitivos del principio divino tenían el poder de proteger, y construyó de tal manera que ningún espíritu infernal de destrucción osó quebrantar la obra de sus manos. Así que sus obras se hicieron tan famosas que los dos hermanos más jóvenes del rey del que se acaba de hablar desearon ser instruidos por él en la noble ciencia que él dominaba. A ello consintió a condición de que no la revelaran (oralmente) sin unir (para ello) sus propias voces a la de un tercero. Prestaron juramento y él les enseñó la parte teórica y la parte práctica de la masonería. Después hicieron su obra. En esta época, los salarios de los masones aumentaron en este reino; se veía entonces a los masones en compañía de reyes y príncipes. Pero cuando la hora de su muerte estaba cerca, Bazalliell deseó que se le enterrara en el valle de Josaphat, y que sobre (su tumba) se grabara una inscripción conforme a su mérito, lo cual realizaron ambos príncipes. Esta
(inscripción) estaba (formulada) como sigue:
- Aquí yace la flor de la masonería, que, superior a muchos otros, fue el compañero de un rey y el hermano de dos príncipes. Aquí yace el corazón que podía albergar todos los secretos. Aquí yace la lengua que jamás reveló ninguno.
Tras su muerte, los habitantes
del lugar pensaron que, con él, los secretos de la masonería se habían perdido
totalmente, pues ya no oían hablar de ellos, y nadie conocía los secretos
excepto esos dos príncipes, y durante su recepción habían jurado no revelarlos
si no unían sus voces a la de un tercero. Es por ello que debe creerse y
también comprenderse que un secreto tan santo no podía jamás perderse mientras
quedara vivo sobre la tierra un buen servidor de Dios. Pues todo buen servidor
de Dios siempre tiene y tendrá una gran parte en este santo secreto, aunque los
demás ignoren dicho secreto, así como los medios que deben usarse. En efecto,
ocurrió en el mundo de esta época lo que ocurrió en
(Era) un artesano experto en
bronce, lleno de sabiduría, hábil en la realización de todas las obras en bronce.
Llegó ante el rey Salomón y construyó para él toda su obra. La explicación de
estos versículos es la siguiente: la palabra hábil expresa la ingeniosidad; en cuanto
a la sabiduría y la comprensión, cuando se encuentran reunidas en la misma
persona, ésta ya nada tiene que desear. Así, con respecto a este pasaje de
Se saca generalmente de la
tradición que hubo durante la erección (de esta Casa) una tumultuosa riña entre
los obreros manuales y los masones a causa de los salarios. Para calmar a todo
el mundo y facilitar las cosas, el rey en su sabiduría dijo: Estad todos contentos,
pues todos seréis pagados de la misma manera. Dio entonces a los masones un
signo que desconocían los obreros manuales, a fin de que aquel que fuera capaz
de hacerlo en el sitio de la paga pudiera ser pagado como masón. Los obreros manuales,
no conociendo (este signo), fueron pagados como antes. Esto bien pudo pasar
así, y si en efecto fue el caso, debemos juzgar como muy llenas de gracia las palabras
del sabio rey Salomón, pues debe comprenderse y también creerse (por ellas) que
el sabio rey deseaba dar a cada uno lo que merecía. Comprendo ahora mejor el
versículo 7 del capítulo 6 del primer libro de los Reyes, en el que se dice que
Leed en prueba (de ello) los capítulos 7 y 6 del primer libro de los Reyes, en los que encontraréis (descritas) las maravillosas obras de Hiram durante la construcción de la casa del Señor. Cuando todo acabó, los secretos de la masonería fueron ordenados con justicia como lo están ahora y como lo estarán hasta el fin del mundo, en la medida en que se los comprenda con exactitud. Forman 3 partes cuando se refieren a la santa Trinidad que hizo todas las cosas; forman además 13 ramas en referencia a Cristo y a sus 12 apóstoles; son como sigue: una palabra para el teólogo, seis para el clero y seis para el compañero de oficio, y para estar plena y totalmente de acuerdo, seguir con los cinco puntos de los compañeros franc-masones, que son pie contra pie, rodilla contra rodilla, pecho contra pecho, mejilla contra mejilla y mano en la espalda, cinco puntos que aluden a los cinco principales signos que son la cabeza, el pie, el torso, la mano y el corazón, así como a los cinco puntos de la arquitectura y a los cinco órdenes de la masonería.
Obtienen además su fuerza de
cinco (figuras) primitivas: una divina y cuatro temporales, que son como sigue:
primero el Cristo, el jefe y la piedra angular; en segundo lugar, Pedro,
llamado Kephás; en tercer lugar Moisés, que grabó los mandamientos; en cuarto
lugar, Bazalliell, el mejor de los masones; en quinto lugar, Hiram, que estaba
lleno de sabiduría y de inteligencia .../... Graham, por suerte maestro de las
logias, además de Enquam Ebo, a 24 de octubre de