VIII Gran Asamblea del GOFMU
Tema laicidad

"Bioética y moral laica"
(síntesis)

"Hablamos de moral laica como sinónimo de una moral autónoma construida desde la razón y el posicionamiento crítico, libre de prejuicios dogmáticos y en un marco de pluralismo y tolerancia de ideas. Es una moral que no surge de lineamientos disciplinarios religiosos o mera adopción heterónoma de preceptos ajenos a la voluntad individual.

La moral laica presupone un pluralismo de valores igualmente legítimos aceptado autónomamente por la diversidad de grupos e individuos en la prosecución tanto del bien particular como del bien común, de la justicia y de la libertad. Su condición de universal surge de la admisión de diversos puntos de vista que respeten la transparencia argumentativa, el carácter razonable de las soluciones propuestas para reglar conflictos de intereses, el celo por proteger a las personas afectadas por las decisiones y, sobre todo, la disposición al dialogo interdisciplinario y trans-cultural así como a la crítica liberal consideradas como condiciones necesarias de la argumentación razonable, Por eso la moral laica es matriz de la democracia como forma de vida pues parte y a su vez remite al respecto a la dignidad como máxima expresión de la autonomía humana, a la preservación del pluralismo que es la resultante de la coexistencia pacífica de las diversas opiniones sobre "el buen vivir" de las sociedades democráticas.

Bioética proviene del griego "vio" vida, "ethos" carácter, comportamiento, "ike/tike" estudio técnica. Van Rensselaer Poteer la define como "la disciplina que combina el conocimiento biológico con el de los valores humanos".

Se refiere a la disciplina científica que aborda los problemas éticos relacionados con la vida humana y especialmente, con los retos derivados de la biotecnología. Por lo tanto se trata del "estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de la vida y del cuidado sanitario, en cuanto que tal conducta se examina a la luz de los valores y de los principios morales" (Encyclopedia of Bioethics).

Sin negar los hechos de la ciencia, busca rescatar y preserva los valores morales.

Encontramos que tiene diferentes facetas entre las que vemos:

· Problemas morales frente a la relación terapéutica

· Decisiones de moral política sobre población, investigación, medio ambiente investigación científico tecnológico, etc.

· La experimentación humana y el control de la conducta, de frente a los temas de la definición de vida y muerte.

Todas cosas sometidas a opiniones extremadamente sensibles por su carga emocional, entonces sujetas a las más variadas concepciones dogmáticas o prejuiciosas.

Es aquí donde debemos procurar la reflexión desde el punto de vista laico, es decir, ni religioso ni político, afirmando una moral que tenga como objetivo la autonomía del ser humano, con su dignidad y derechos.

Entonces la bioética y la moral laica están íntimamente unidas en tanto la primera tiende a evitar la deshumanización de la ciencia y la segunda cumple con ponerla al servicio del hombre.

Ante lo expuesto surgen algunas interrogantes y reflexiones:

· ¿Conocer el mapa genético de un individuo permitirá evitar graves enfermedades, o podrá atentar contra su intimidad causándole estigmatización y discriminación por motivos biológicos?

· ¿Las prácticas de ingeniería genética perfectiva (eugenésis) llevarán al perfeccionamiento genético independientemente de la finalidad terapéutica o social que se persiga?

· ¿En el proceso de perfeccionamiento técnico de investigación sobre clonación humana sea con fines terapéuticos o reproductivos, cuáles derechos y libertades de los clones de respetarán? ¿Debemos orientar los esfuerzo a la obtención de técnicas que permitan desarrollar tejidos aislados, o fomentar los estudios orientados al desarrollo de individuos completos?

· ¿Qué medidas adoptaremos ante la disponibilidad de órganos producidos a partir de células madre toti-potenciales, para que éstos lleguen a todas las clases sociales?

Tenemos además temas como el de la muerte digna y la eutanasia; la elección racional reproductiva; la fertilización in vitro; la maternidad de alquiler, así también como los transplantes de órganos. Por ello no podemos mirar solamente a la moral del pasado, sino que debemos fomentar la autonomía de elección, sin anclajes en creencias supersticiosas o de culturas que solo poseen un valor histórico.

Nuestra perspectiva laica es con relación a los dogmas de tipo religioso, como ideológicos, políticos o científicos. Así sabemos que la ciencia ha estado siempre acompañando el progreso de la humanidad, pero también sabemos que ella puede estar sometida a poderes que la utilicen en beneficio propio o de pequeños grupos elitistas muy poderosos, generalmente en detrimento de las grandes mayorías.

Nosotros los francmasones precursores de la "Razón, la Tolerancia y la Fraternidad" debemos procurar que se brinde a cada individuo las mismas oportunidades e iguales derechos.

Como libre pensadores, debemos ser actores en el desarrollo de nuevas soluciones morales, dentro de un marco laico de acción, acompañando en su proceso progresivo y progresista a la sociedad en su accionar evolutivo.

Debemos prepararnos para crear conciencia, a través de los más amplios debates que pongan todas estas cosas en el sitio de la preocupación humana que corresponde, saliendo de la inmediatez a que nos tienen sometidos, es decir, de los debates de coyuntura políticos, geopolíticos o de la economía de supervivencia.

Las garantías en una sociedad de seres libres pasa por acentuar una idea esencial: que los hombres y las mujeres del Siglo XXI continuemos luchando por ser artesanos en la construcción de nuestro propio destino. Y solamente en una sociedad de seres libres, es decir, donde impere la democracia más amplia, brevemente, en una sociedad de ciudadanos, hombres y mujeres libres e iguales, en un estado de derecho, es ahí donde se puede desarrollar fecundamente los debates sobre el futuro y la bioética

La posibilidad y el derecho a transformar la naturaleza mediante la ciencia y la tecnología, están en la base de las reflexiones científicas. Es aquí donde interviene la Bioética para dirimir acciones tendientes a la protección de los equilibrios sistémicos que garanticen una razonable calidad de vida de las generaciones presentes y futuras.

Ni perjuicios ni dogmas, ni las diferentes creencias, podrán dirigir u orientar las discusiones mientras éstas se realicen en el marco de acuerdos que respeten los derechos y obligaciones inherentes a la dignidad humana, como expresión de una moral laica, responsable y comprometida con la libertad, la igualdad y la justicia".


Documento aprobado por la VIII Gran Asamblea del GOFMU el 9 y 10 de diciembre de 2005.

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