MASONERÍA Y MUJER
Las hermandades religiosas o gremios de albañiles, ingleses o franceses, de los siglos XII y XIII, son el origen de esta institución esotérica e iniciática que conocemos como Masonería, según los datos más ortodoxos. Se trata de la llamada Masonería Operativa que, a partir de 1717, se instituyó como Masonería Especulativa o Simbólica.
En España, la trayectoria de la masonería ha sido especialmente accidentada, prohibida y autorizada en diferentes épocas. Una de ellas durante la Restauración Borbónica, desde finales de 1874 hasta la proclamación de la Segunda República, en que resurgió de nuevo antes de la persecución franquista.
El acta de constitución de la primera Logia masónica fundada en Madrid que trabaja bajo dispensa de la Gran Logia de Londres, data del 15 de febrero de 1728. Esta Logia masculina, conocida por los nombres de “Las tres flores de Lys” o “La Matritense”, se independizó de Londres en 1767, convirtiéndose en la Logia Madre de la Francmasonería española.
Las primeras mujeres masonas, tanto en España como en otros países, comenzaron a trabajar bajo la protección y supervisión de los Hermanos masones en las denominadas “Logias de Adopción”. Dada la situación social en que se encontraba la mujer, ésta representó, en aquellos momentos, la postura más avanzada.
Así, a finales del siglo XIX, pocas pero decididas, las masonas españolas trabajaban en “Logias de Adopción” de muchas ciudades españolas: Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Salamanca, Cádiz, Cartagena y Mahón.
Entre las masonas notables cabe citar a Clara Campoamor bien conocida promotora de la lucha por los derechos de la mujer y el sufragio universal, abogada y Diputada por el Partido Radical. Se inició en la Logia “Reivindicación” en 1931. Como muchas masonas y masones tuvo que salir del país al estallar la guerra civil. Cuando intentó volver a finales de 1940, descubrió que estaba procesada por su pertenencia a una Logia Masónica.
Restaurada la democracia, tras la dictadura franquista, se legalizan varias potencias masónicas en 1981, entre ellas la obediencia mixta el “Derecho Humano”, creada por María Deraisme en 1893, en donde ya empiezan a trabajar algunas mujeres.
La vinculación de la mujer a Logias independientes y exclusivamente femeninas, nace en España a partir del año 1980, auspiciada por la Gran Logia Femenina de Francia. Tres mujeres españolas de Valencia, Barcelona y Madrid, se inician en la Logia “Illibeis” de Perpignan, para posteriormente participar en la creación de la Logia “Luz Primera” en Barcelona (1984) y más adelante en la Logia “El Crisol”, en Madrid (1988.
En la actualidad, y gracias a la firmeza y la fuerza de todas las mujeres que trabajaron, aún en los tiempos más difíciles y bajo grandes dificultades, el Gran Oriente Femenino de España recoge el influjo de ese trabajo para que la llama continúe viva, sembrando el afán de liberación en el corazón humano.
