ROSARIO DE ACUÑA Y VILLANUEVA (1850-1923)

           Nació en Madrid en 1851 en el seno de una familia acomodada. Viajó por Europa en su juventud. Se casó con un militar pero poco después se separó por lo que recibió frecuentes críticas desde su entorno familiar y social. Fue entonces cuando su vida se dirige por derroteros de libertad poco transitados por las mujeres de su época. Entre sus múltiples actividades, destacó su obra teatral como La vuelta de una golondrina, El padre Juan, Ecos del alma o Tribunales de venganza, ésta última estrenada en el Teatro Español en 1880. Escribió artículos en Las Dominicales del Librepensamiento donde defendió asiduamente la emancipación femenina. Fue la primera mujer que ocupó la tribuna de El  Ateneo en 1884. A los treinta y ocho años se quedó prácticamente ciega. Por esa época se retira de la vida pública y se traslada a Gijón donde vive hasta el momento de su muerte sucedida en 1923.

            Su vinculación con la masonería comienza en 1886 cuando solicitó su ingreso en la logia Constante Alona de Alicante. Poco después fue iniciada aprovechando un viaje de la escritora a la ciudad para impartir una serie de conferencias en dicho taller. En 1888 participó como Oradora en la ceremonia de instalación de la logia Hijas del Progreso de Madrid. A partir de 1909 reside en Gijón y aparece colaborando con la logia Jovellanos de dicha ciudad en la creación de la Escuela Neutra Graduada, un proyecto impulsado por Melquiades Álvarez.

Redactado por: Natividad Ortiz Albear, autora de Mujeres masonas en España: diccionario biográfico (1868-1939), Las Palmas, 2007.