MUSEO VIRTUAL DE

 

HISTORIA DE LA MASONERÍA

 

    

EL DILUVIO, RITUAL MUSICAL MASÓNICO (1786)

 

François Giroust nació en París el 10 de abril de 1738. El 4 de enero de 1745 ingresa como soprano en la Maîtrise de Notre-Dame de París. En 1756 supera la selección y es designado maestro de música de la Catedral de la Sainte-Croix de Orleáns. Famoso en vida, conoció la gloria y luego la miseria. Fue contemporáneo de Méhul, Gossee, Haydn y Mozart.

           
 

 François  Giroust iniciado en  1783 en la Logia Le Patriotisme

 

 

De su paso por Orleáns sólo nos quedan dos Misas. En 1762 lo encontramos dirigiendo la orquesta de la Academia de Música de Orleáns fundada en 1760. Compone Super flumina Babylonis nº 1.

Iniciado como francmasón algunos años más tarde (1783), Giroust se inspira en la letra del salmo 136 (¡Qué Dios venga en mi ayuda!) y compone Super flumina Babylonis nº 2, obra cuyo contenido musical tiene un sentido espiritual totalmente distinto al anterior.

Tras ciertos éxitos, en 1769 François Giroust deja el Capítulo de Orleáns para acudir a la Escuela de música sacra de los Santos Inocentes en París. En 1771 toma como esposa a Marie- Françoise d´Avantois de Beaumont, interprete de música del Cámara del Rey. Con la subida al trono de Francia del príncipe Louis Auguste, se va a iniciar un periodo creador muy fecundo. Se produce su nombramiento como Maestro de la Capilla del Rey sucediendo a Gauzargues. En esa época compone, por ejemplo, la Messe Gaudete in Domino semper llamada Messe du Sacre de Louis XVI. El 16 de junio de 1780, el rey redacta una credencial de superintendente de su Música a favor de Giroust en sustitución de Berton, recientemente fallecido.

Con excepción de una ópera en tres actos, Telephe, la producción de Giroust es esencialmente música sacra. Su obra la constituyen principalmente misas breves o largas, con o sin orquesta, cánticos, De profundis o Tedeums. Pero es en el género de motete con salmos donde Giroust ha dado lo mejor de sí mismo, tanto en el plano musical como espiritual.

En 1783 Giroust fue iniciado en la Respetable Logia Le Patriotismo, la cual, a su vez, tenía su origen en la logia militar «Les Trois Frères Unis» del mismo Oriente y nace a causa de una serie de desavenencias administrativas. La logia «Les Trois Frères Unis» se integraba principalmente entre los «gardes du corps» del rey y del conde de Artois. De entre los 77 miembros de Les Trois Frères Unis, la logia sólo contaba con un músico, Dermignaux. Es en 1779 cuando 34 hermanos que no asisten a los trabajos en Les Trois Frères Unis forman la R. L. le Patriotisme. Fue instalada el 7 de mayo de 1780 con un marcado carácter benéfico. Desde su fundación, la logia decidió apadrinar cada año a un huérfano merecedor para hacerle aprender un oficio. El 1 de septiembre de 1783, la logia decide lanzar una suscripción con el fin de construir un albergue para los niños abandonados. Además, en ella se advierte la presencia de doce músicos de la Ordinaire de la Musique du Roi, todos maestros masones; también serán iniciados en la logia Le Patriotisme los pintores del Gabinete del Rey, Fredon, Coqueret y Tinet. A partir del 16 de agosto de 1782 se anota la presencia de Félix Nogaret con el grado de compañero, «bibliotecario de la condesa de Artois, miembro de las academias de Angers, Marsella y del museo de París».

Con la Revolución francesa en 1789, tiene cincuenta y un años. En 1796 François Giroust fue nombrado miembro del Institut de France, pero para poder subsistir no tiene más remedio que ocupar el puesto de conserje del Palacio de Versalles y del museo especial de l´École Française.

        

El Diluvio 

La cantata es adoptada «en 1786 para honrar uniformemente [en cursiva en el texto] en los Talleres del Régimen (sic) de la Resp. M. L. Escocesa del Contrato Social en el Oriente de París la memoria de los hermanos fallecidos». Con ayuda de un acorde afirmativo se hace la pregunta «¿Cómo se ha convertido este templo en una tumba?» [¿Alusión a la muerte de Hiram Abí?].

Modulando en el tono de la tónica minorada el coro marca una pausa en el plano dramático y hace escuchar algunas frases: «Del Todo Poderoso/respetemos los decretos…»… «¿Qué ha sido de ese templo magnífico/donde el oro y los rubíes brillaban por doquier…?»… «¿Dónde me encuentro, donde está ese soberbio pórtico…?»… «Esas columnas de azur…». Tras un momento de vacilación llega la certitud tonal de lo que era el pasado; sigue el conocimiento de la muerte en un desenlace armónico. El coro final, «Oh dolor, oh tristeza», es de carácter modal donde los vientos desempeñan, junto con las voces, un papel preponderante; las cuerdas, por síncopes sucesivos, sobre motivos en disminución acentúan el carácter quejoso del dolor, asimilado de este modo a la materia. La ceremonia ritual continúa con un episodio hablado. La música es reintroducida por la circulación de la Palabra… Es el punto de destino, el instante de cristalización de elementos de filosofía alquímica que han recorrido en los cantos: por las palabras: como en una tumba…/ ¿No te has muerto…?. Entre palabras y música, anotaremos la identificación musical del preludio en el espacio definido entre septentrión y mediodía, zenit y nadir. Desde el título hasta el final del aire de corifeo han sido nombrados los cuatro elementos.

Extractado de: Gaston Mailley, “El Diluvio, primer ritual musical masónico”, en Libro de Trabajos, Logia de Estudios e Investigaciones Duque de Wharton. Gran Logia de España, Barcelona, 1998-1999, pp. 163-186.

 

        
  

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