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EL
ARTE MASÓNICO EN LA MESA
Cuando se sabe que las primeras
tenidas eran casi clandestinas que se llevaban a cabo en salones
disimulados para la ocasión al fondo de los albergues, se entiende
mejor la importancia atribuida al banquete de orden, a los ágapes
tradicionales y al arte masónico de la mesa.
La disposición de la mesa obedece
a un ritual inmutable: Alineación de las fuentes, platos, copas en
líneas paralelas, elección de los menús, cantos, disposición de
los comensales en la mesa dispuesta en forma de U. Los comensales
van colocados en el mismo orden que los “oficiales en el templo:
el Venerable está al Oriente, es decir en el centro y al exterior
de la mesa, a su diestra y su siniestra los invitados de honor;
luego frente a frente, secretario, hospitalario y tesorero. Los
dos vigilantes van sentados en los extremos de la mesa. El maestro
de ceremonias se coloca a veces en el centro de la mesa. Cada
brindis (salud) obedece a una jerarquía. Cada gesto en la
mesa va codificado ritualmente; posición de las manos en la mesa,
de los brazos, servilletas, etc. las fórmulas recitadas son
invariables; heredado de la tradición militar, de modo que la
servilleta se convierte en bandera, el licor en pólvora
fulminante, la copa en cañón o arma, el vino se
cambio en pólvora poderosa. No se llena sino que se
carga el cañón; no se toma sino que se lanza un
cañonazo.
Los otros elementos han tomado su
nombre del arte de la construcción.Así, los alimentos son los
materiales, la pimienta es el cemento, la sal es la
arena amarilla, cortar se vuelve desbastar, etc. Su tradición
originó algunas obras maestras de las artes decorativas de la
mesa. De ahí que en numerosos talleres abundan las obras de loza,
porcelana, cristalería, cubiertos decorados para los ágapes, etc..
Extractado de:
Jean Pierre Hiéret (Conservador del Museo de Aquitania, Burdeos),
"El arte masónico en la mesa", en Museo de la francmasonería,
Paris, 2001, pp. 56-59.
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