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“EL OJO QUE LO VE TODO”
Uno de los símbolos comunes al cristianismo y a la masonería es el
triángulo en el cual está inscripto el Tetragrama hebreo. En
hebreo, a veces el tetragrama se representa también abreviadamente
por tres yod, que tienen manifiesta relación con el
triángulo mismo. Cuando se los dispone triangularmente,
corresponden de modo neto a los tres puntos del Compagnonnage
y la Masonería. Pero a veces solamente aparece un yod,
primera letra del Tetragrama, que puede considerarse en este caso
como una abreviatura de él en virtud de su significación
principialdado que el yod es considerado como el elemento
primero a partir del cual se forman todas las letras del alfabeto
hebreo. Por ello, constituye de por sí un nombre divino, e incluso
el primero de todos según ciertas tradiciones. A veces, también el
yod mismo está reemplazado por un ojo, generalmente
designado como “el Ojo que lo ve todo” (The All-Seeing Eye);
la semejanza de forma entre el yod y el ojo puede, en
efecto, prestarse a una asimilación, que por otra parte tiene
numerosos significados, sobre los cuales, sin pretender
desarrollarlos enteramente aquí, puede resultar interesante dar
por lo menos algunas indicaciones.
En primer lugar, cabe advertir que el triángulo de que se trata
ocupa siempre una posición central y que además, en la masonería,
está situado expresamente entre el sol y la luna. Resulta de aquí
que el ojo contenido en el triángulo no debería estar representado
en forma de un ojo ordinario, derecho o izquierdo, puesto que en
realidad el sol y la luna corresponden respectivamente al ojo
derecho e izquierdo del “Hombre Universal” en cuanto éste es
idéntico al “macrocosmos”. Para que el simbolismo sea enteramente
correcto, ese ojo debe ser un ojo “frontal” o “central”, es decir,
un “tercer ojo”, cuya semejanza con el yod es más notable
todavía; y, en efecto, ese “tercer ojo” es el que “lo ve todo” en
la perfecta simultaneidad del eterno presente.
El triángulo recto [o sea, con un vértice superior] se refiere
propiamente al Principio; pero, cuando está invertido por reflejo
en la manifestación, la mirada del ojo contenido en él aparece en
cierto modo como dirigida “hacia abajo”, es decir, del Principio
de la
manifestación misma, y, además de su sentido general de
“omnipresencia”, toma entonces más netamente el significado
especial de “Providencia”. Por otra parte, si se considera ese
reflejo, más particularmente, en el ser humano, debe notarse que
la forma del triángulo invertido no es sino el esquema geométrico
del corazón; el ojo que está en su centro es entonces,
propiamente, el “ojo del corazón” (‘aynu-l-qa1b en el
esoterismo islámico), con todas las significaciones que implica.
Extractado de:
René Guenón,
publicado en Études Traditionnelles, abril-mayo de 1948 y
compilado en Símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada,
capítulo LXXII.
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