CONSTITUCIÓN DE LOS FRANC-MASONES (1723)
(conocidas como Constituciones de
Anderson)
James Anderson (1679-1739) |
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I.- Los autores:
Fueron redactadas por el escocés
James Anderson (1679-1739) que aparece como “autor de este libro”,
pastor calvinista Y partidario de la casa de Hannover. Fue doctor
en teología, autor de unas “Genealogías reales” (1732), un ensayo
sobre “La unidad en la Trinidad y la Trinidad en la unida”(1739),
“Historias del Eliseo” e “Historia genealógica de la Casa de Yvery”.
Jean-Theophile Desanguliers
(1683-1744) aparece como firmante en calidad de Gran Maestro
adjunto al Gran Maestro de la Gran Logia de Londres, Duque de
Warton. Era hijo de un pastor protestante de la Rochellé exiliado
en Inglaterra tras la revocación del Edicto de Nantes en 1685.
Tras estudiar teología en Londres y doctorarse en leyes fue
ministro de la Iglesia anglicana. También era partidario de la
casa de Hannover. Sus conferencias sobre filosofía natural y sobre
todo, sus ensayos científicos, le permitieron ser admitido en la
Royal Society en 1714. Fue autor de los “Deberes de un franc-masón”
que acompaña a las Constituciones de 1723.
Fue Gran Maestro de la Gran Logia
de Londres desde 1719, y a partir de 1722, fecha de la designación
del Duque de Warton como Gran Maestro, aparece como Gran Maestro
Adjunto. La adscripción calvinista de Anderson y la anglicana de
Desanguliers explican el alineamiento de las Constituciones de
1723 en las posiciones de la religión natural.
Georges Payne (fallecido en 1757),
alto funcionario de finanzas, elegido en 1718 Gran Maestro de la
Gran Logia de Londres, fue probablemente el autor de los
“Reglamentos generales” que forman parte de las Constituciones de
1723.
II.- Génesis del texto.
Cuatro logias londinenses deciden
en 1717 fundar una Gran Logia paralela a la Logia de York. A la
vista de las disputas y persecuciones políticas entre
hannoverianos y jacobitas, el 24 de junio de 1720 algunas logias
deciden quemar sus archivos, manuscritos, reglamentos, deberes,
etc. para evitar que caigan en manos extrañas. El 29 de septiembre
de 1721 el Gran Maestro de la Logia de Londres comisiona al
hermano James Anderson para que, a la vista de los ejemplares de
las antiguas Constituciones “góticas”, las reúna y redacte una
nueva constitución. Anderson presenta el proyecto y el 27 de
diciembre de 1721 el Gran Maestro duque de Montagu encarga a
catorce hermanos que examinen dicho proyecto de “Constitución” de
Anderson. Finalmente es aprobado el 17 de enero de 1723. El 24 de
junio de 1728 Georges Payne, Gran Maestro de la Logia de Londres,
manda que se recopilen todos los viejos textos y archivos de las
logias a fin de publicar los antiguos usos y costumbres. Todos
estos datos no aparecen mencionados en la versión de las
Constituciones de 1723, pero sí en la versión de 1738.
III.- La edición de 1723.
A: La refundición de los
“antiguos deberes” anteriores y la búsqueda de legitimidad:
Las Constituciones de Anderson se
presentan como una refundición de diversos textos depositados en
“viejos archivos masónicos” sobre los que se ha efectuado una
labor de corrección de interpolaciones y errores ocasionados en su
momento por la ignorancia o descuido de redactores anteriores.
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Primera edición de las Constituciones de 1723 |
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Del contenido del texto se deduce
que se tuvo acceso a documentos de la tradición de los denominados
“antiguos deberes” incluido el manuscrito Dumfries número 4, dado
que las Constituciones de Anderson abordan cuestiones como:
- las dos columnas del
conocimiento (Flavio Josefo);
- la torre de Babel;
- la transmisión de las artes
liberales a los egipcios por parte de Abraham;
- la construcción silenciosa del
templo de Salomón;
- la invención de la geometría por
Euclides para paliar y aprovechar las crecidas del Nilo;
- la mención de personajes del
imaginario masónico (los reyes Carlos Martel, Althelstan, Edwin,
etc.).
Contiene referencias al rito de
recepción o el juramento masónico, aunque deja de lado otros
elementos simbólicos por considerarlos “incomprensibles”.
B. Los “antiguos deberes”,
¿historia mítica o didáctica?; la construcción del imaginario
masónico:
Según Negrier (p. 183) una de las
principales fuentes de los antiguos deberes es la documentación
procedente de la tradición textual denominada familia Gran
Logia (anterior a 1583) que recoge textos anteriores y que en
consecuencia puede considerarse una summa de tradiciones
masónicas de la época. En dicho texto Gran Logia nº 1 hay
ocho temas esenciales:
1º. La enumeración de las siete
artes liberales y su supeditación a la geometría entendida como
base de la arquitectura.
2º. Las dos columnas del
conocimiento mencionadas por Flavio Josefo y encontradas en Siria
tras el diluvio, lo cual propiciará el renacimiento de una nueva
humanidad.
3º. La torre de Babilonia
construida por el rey Nemrod.
4º. Abraham, nativo e Ur, Caldéa
(Génesis 11, 31) y por tanto heredero de los masones babilónicos,
enseña las artes liberales a los egipcios.
5º. Euclides, del linaje
intelectual y espiritual de Abraham, inventa la geometría y la
aplica a las crecidas del Nilo.
6º. Israel sale de Egipto y se
instala en la tierra prometida en donde el rey Salomón construye
el templo de Salomón.
7º. Aymon y Naymus Graecus
trabajan en las canteras del templo de Salomón y desde ahí llevan
la masonería a la Francia de Carlos Martel.
8º. De Francia, la masonería llega
a la Gran Bretaña de la época de San Albano y el rey Edwing.
Las Constituciones de Anderson
¿relatan los mismos acontecimientos que el manuscrito Gran
Logia número 1? Los llamados por Anderson “errores históricos
y cronológicos” no eran más que incapacidad de interpretar en 1723
simbólicamente los episodios legendarios o míticos. Por eso
Anderson insiste en sus constituciones de 1723 en una historia
cronológica de las artes liberales y mecánicas rompiendo con la
anterior tradición masónica encarnada en los “antiguos deberes”.
C. La historia de las artes
liberales:
Anderson no menciona cuales son a
pesar de que era maestro en artes. Comienza su historia de las
artes liberales con Adán, Seth y sus conocimientos bíblicos (ya
mencionados por Flavio Josefo en Antigüedades judías), Juval
(Génesis 4, 21), como inventor de la música, los caldeos cuya
torre de Babilonia servia de observatorio astronómico según Zesias
“Historia de los persas”, Euclides como inventor de la geometría,
Abraham quien según Flavio Josefo (1, 8) enseñó geometría y
aritmética a los egipcios; los filósofos griegos como Platón,
Tolomeo Filadelfo promotor de las artes liberales y fundador de la
biblioteca de Alejandría… Por tanto, los llamados por Anderson
errores históricos de los antiguos deberes parece que fueron
un mero recurso retórico para reforzar la importancia de su
trabajo, pues, de hecho, en sus Constituciones aparecen temas
míticos aparentemente extrahistóricos como la atención a Adán,
Juval, etc.
D. Historia de la arquitectura
y de las artes mecánicas:
Como la arquitectura formaba parte
de las llamadas artes mecánicas (así en Hugo de San Vitor
fallecido en 1141 en su Didascalión); los antiguos deberes
la asimilarán a la geometría para entroncar con las siete artes
liberales.
Anderson presenta una breve
historia de la arquitectura evocando sucesivamente a los
siguientes antepasados prestigiosos:
1.
Caín, que edificó la ciudad de Enoc (Génesis 4, 17).
2.
Jabal inventor de la arquitectura de las tiendas …. o
transportables (Génesis 4, 20).
3.
Tubalcaín, inventor de la metalurgia (Génesis 4.22).
4.
Las dos columnas construidas por los descendientes de Noé.
5.
El arca de Noé.
6.
La torre de Babel y la ciudad de Nemrod (Génsis 10, 10-12).
7.
Las pirámides de Egipto, patria de Moisés quien “fue
enseñado en toda la sabiduría de los egipcios” (Hechos 7, 22).
8.
Betsalel y Oholias, constructores del tabernáculo móvil
(Éxodo 35, 30-36).
9.
Las dos columnas del templo de Dagon (Jueces 16, 22-30).
10.
El templo de Salomón construido por el maestro Hiram (1
Reyes 5-7).
11.
Las siete maravillas del mundo.
12.
La reconstrucción del templo de Jerusalén por Ciro y
Zorobabel (II Crónicas 36, 22-23).
13.
Vitrubio y su “De architectura” fijando las proporciones y
módulos del cuerpo humano y las edificaciones.
14.
Monumentos “célticos” (megalíticos).
15.
El arte gótico.
16.
El renacimiento del arte medieval según el modo romano de
la época de Augusto, después retomado en Inglaterra, por ejemplo
en la construcción de la catedral de San Pablo de Londres a
imitación de la Basílica de San Pedro de Roma.
Esta historia de la arquitectura
expuesta por Anderson se caracteriza según Negier (p. 187 y ss.)
por:
- La construcción es un “arte
real” en recuerdo de que los reyes fueron siempre los protectores
y patrocinadores de las grandes obras?.
- Este arte real o constructivo es
un conocimiento que se transmite a través de una cadena
ininterrumpida que confirma la historia y la arqueología: Caldea,
Egipto, Israel, Grecia, Roma, Francia y Gran Bretaña.
- El templo de Salomón es el
modelo arquitectónico por excelencia.
- El arte real da origen a nuevos
planteamientos como el de la arquitectura romana de la época de
Vitrubio y Augusto o el estilo gótico medieval.
E. El estilo gótico en las
constituciones de 1723:
Las Constituciones de 1723
muestran un juicio contradictorio sobre el estilo gótico: de una
parte lo califican de “excelente”, “construcciones góticas
venerables”, etc. Pero de otro lado hay una minusvaloración pues
es calificado de “escombros”, “la ignorancia gótica”, “la
confusión e impropiedad de los constructores góticos”… Esto parece
implicar una ruptura con el espíritu de los antiguos deberes tan
elogiosos del arte gótico que contribuyó a crear y difundir, y de
la idea del origen oriental (Naymus Graecus) bizantino y
salomónico del arte gótico.
De hecho, los antiguos deberes son
denominados como “constituciones góticas”. Seguramente la
tendencia representada por los protestantes Anderson y
Desanguliers querían minimizar la influencia de lo gótico, es
decir, lo francés, como sinónimo de católico, poniendo el acento
en la influencia del estilo romano, aunque bien es verdad que el
tema del estilo gótico se había introducido en los antiguos
deberes para establecer un nexo entre los constructores orientales
o salomónicos y los masones modernos.
D. Simbolismo arquitectónico:
En diversas ocasiones las
constituciones de Anderson recurren al tema de la construcción del
templo en sentido simbólico y espiritual. Comparan la unidad del
cuerpo masónico con la bóveda del templo. Se habla de “la medida
de Dios, el gran arquitecto de la iglesia”. Se denominan deberes (charges)
a los diez mandamientos de Moisés para reforzar el carácter
antiguo y sagrado de las leyes masónicas.
Anderson explica que el
tabernáculo descrito en el Éxodo 24, 18 y 25, 9 construido según
diseño revelado por Dios a Moisés representa el cosmos en cuanto
que “es figura y sombra de las cosas celestiales” (Hebreos 8, 5).
Se menciona no sólo como precedente arquitectónico revelado por
Dios sino además porque el templo es lugar donde mora y se
manifiesta la divinidad y por tanto precedente del templo de
Salomón.
Se menciona el “gran plano” que
sirvió a Noé, y Moisés para alzar su arca, tabernáculo, o a
Salomón para construir el templo según medidas reveladas por Dios.
Son las tres únicas ocasiones en que aparece Dios revelando
“medidas” y planos de una construcción. La geometría tenía por
tanto un origen sagrado y era el fundamento de las demás artes
liberales.
E. Simbolismo de las artes
liberales:
Las artes liberales descansan
todas ellas en la geometría. Anderson menciona como ilustres
geómetras de la antigüedad a Tales de Mileto, Pitágoras y “al
divino Platón” que las explica en el libro VII de la República,
concretamente, la geometría, matemáticas, astronomía y música (el
cuadrivium de la Edad Media) sirve al método dialéctico o
socrático para llegar a conocer la verdad y la bondad del ser. Con
ello Anderson identifica el uso de las artes liberales con una
forma de revelación natural innata a todos los hombres. De hecho
llega a afirmar que Adán “tenía las ciencias liberales… inscritas
en su corazón”, retomando la frase del apóstol San Pablo “la obra
de la ley escrita en sus corazones” (Hechos 2, 15).
F. El universalismo de la
masonería:
Es uno de los temas capitales y de
mayor trascendencia y novedad.
1. Unidad geográfica: afirma que
la masonería operativa estaba universalmente extendida porque
respondía a un lenguaje geométrico o arte real que podía ser
comprendido por cualquier “constructor” o nación con independencia
de su lengua o dialecto nativo.
2. Universalidad espiritual: el
templo de Salomón fue precisamente elevado por diversos pueblos o
naciones y en silencio y fue “una casa de oración para todos las
naciones” y modelo arquitectónico para los constructores de
diversos países.
3. Universalidad técnica o
científica: la masonería es universal porque descansa en la
geometría (arquitectura) al ser un compendio de todas las ramas
del saber y de las siete artes liberales, es decir, constituye un
arte completo. Es un saber enciclopédico con el que los sabios de
cualquier país pueden entenderse.
4. Universalidad religiosa: la
universalidad del cristianismo implica o presupone el tema de la
religión universal que es desarrollado en el capítulo 1 de los
“Deberes del franc-masón”. Es una religión que está más allá de
opiniones, creencias personales porque es de naturaleza ética y
está inscrita por Dios en el corazón de todos los hombres. Es la
ley o religión natural que está en la raíz de todo culto o
práctica religiosa. “El
Masón está obligado, por vocación, a practicar la moral y si
comprende sus deberes, nunca se convertirá en un estúpido ateo, ni
en un hombre inmoral. Aún cuando en los tiempos antiguos los
masones estaban obligados a practicar la religión que se observaba
en los países donde habitaban, hoy se ha creído más oportuno, no
imponerle otra religión que aquella en que todos los hombres están
de acuerdo, y dejarles completa libertad respecto a sus opiniones
personales. Esta religión consiste en ser hombre buenos y leales,
es decir, hombres de honor y de probidad, cualquiera que sea la
diferencia de sus nombres o de sus convicciones”(1723)... “deben
evitarse en absoluto las discusiones sobre religión y política,
sobre nacionalidad, puesto que los masones, como antes hemos
dicho, no profesan otra religión que la universal, y que
pertenecen a todos los pueblos, a todas las lenguas, y son
enemigos de toda empresa contra el gobierno constituido; la falta
de observancia de éstos preceptos, ha sido y serán siempre
funestos para la prosperidad de las Logias” (1723).
G. La religión natural:
Aunque la Constitución de 1723
puede ser ubicada en la tradición textual de los antiguos deberes
por la narración de la historia legendaria del oficio
constructivo, sin embargo rompe con ellos porque los antiguos
deberes comienzan con una oración a la Santísima Trinidad, que la
Constitución de 1723 suprime (por su credo protestante). Se omite
la referencia a la etapa operativa de signo cristiano o católico
que es sustituida por la mención a la “religión natural”, idea que
formaba parte del grupo de eruditos, ilustrados y novatores
británicos de fines del siglo XVII y comienzos del XVIII agrupados
en torno a la Royal Society de Londres o que habían inspirado
obras como la de John Tolanb (1670-1722) y su “Cristianismo sin
misterios” (1696) o del doctor Nieuwentyt y su “Filosofía
religiosa” (1718) obra que precisamente va precedida de una
presentación de Desanguliers; o Matthew Tindal (1657-1733) y su
“El cristianismo tan viejo como la creación o el evangelio, nueva
publicación de la religión de la naturaleza” (1730). Es el teísmo
que se consolida en esta nueva etapa de la masonería especulativa
y que según algunos autores es preludio de la Ilustración.
H. Prohibición de hablar de
política y religión en las logias:
Las Constituciones prohíben
formalmente hablar de política y de religión en las logias o como
masones para evitar motivos de discusión o de división en la
fraternidad. El propio método masónico de meditación en símbolos
es filosófico y no teológico para evitar dar pie a fricciones con
dogmas religiosos. La masonería es de orden universal y
cosmopolítica.
VERSIONES POSTERIORES DEL CAPÍTULO
I DE LOS DEBERES DEL FRANCMASÓN (1723).
I.- El texto de
1738
(Este texto se
modificó con motivo de la transformación de la Gran Logia de
Londres en Gran Logia de Inglaterra):
“Un masón está
obligado por su título obedecer a la ley moral en tanto que
verdadero noaquita y si comprende bien la profesión, él no será
nunca un ateo estúpido, ni un libertino irreligioso ni actuará en
contra de su conciencia. En los tiempos antiguos, los masones
cristianos eran llamados a actuar de acuerdo con las costumbres
cristianas de cada país donde ellos viajaban. Pero la masonería
existente en todas las naciones, aun de religiones diversas, lleva
a que los masones adhieran a la religión según la cual todos los
hombres están de acuerdo (dejando a cada hermano sus propias
opiniones), es decir, ser hombres de bien y leales, hombres de
honor y de probidad, cualquiera sean los nombres, religiones o
confesiones que ayuden a distinguirlos: pues todos se articulan
sobre los tres artículos de Noé suficientes para preservar el
fundamento de la Logia. De este modo la Masonería es el centro de
la unión y el feliz medio de unir a las personas, quienes, de otro
modo, habrían permanecido perpetuamente desconocidas entre sí”.
II.- El texto de
1813:
(Como fin de la
larga división entre las "Antiguas" y las "Modernas", las dos
corrientes se reunifican formando la actual Gran Logia Unida de
Inglaterra que incluye el siguiente texto en sus nuevas
constituciones:)
“En lo que respecta
a Dios y la Religión: un masón está obligado, por su título, a
obedecer la ley moral y si comprende bien el Arte, él no será
jamás un ateo estúpido ni un libertino irreligioso. De todos los
hombres, él debe comprender mejor que Dios ve de otra manera que
el hombre, pues el hombre ve la apariencia externa, en tanto que
Dios ve el corazón. Un masón está, en consecuencia, restringido a
no actuar nunca en contra de los mandatos de su conciencia.
Cualquiera sea la religión del hombre o su manera de adorar, no
está excluido del Orden, considerando que él cree en el glorioso
arquitecto del cielo y de la tierra y que él practica los deberes
sagrados de la moral. Los masones se unen a los hombres virtuosos
de todas las creencias en el lazo sólido y agradable del amor
fraternal, que les enseña a ver los errores de la humanidad con
compasión y a esforzarse por la pureza de su propia conducta, de
demostrar la alta superioridad de la fe particular que ellos
profesen”.
La versión de 1723 dice que “un
masón está obligado por su condición, a obedecer la ley moral, y
si ha comprendido bien el arte, no será nunca un ateo estúpido ni
un libertino irreligioso. En los viejos tiempos los masones
estaban obligados a pertenecer a la religión de cada país…”.
Pero en 1735 se traduce al francés
por un masón jacobita, Jean Moore, Gran Secretario de la Gran
Logia de Francia, cambiando “la religión natural” del original
inglés, por un cristianismo metaconfesional. La versión
recristianizada de Moore fue luego trasladada en 1737 a la Gran
Logia de Suecia en una versión católica que decía “en los siglos
pasados, los franc-masones estaban obligados a profesar la
religión católica, pero posteriormente…”. Ello da la siguiente
secuencia:
1º Deberes de 1723; religión
natural.
2º Deberes de Jean Moore de 1735;
cristianismo metaconfesional.
3º Deberes de la Gran Logia de
Suecia de 1737; catolicismo.
4º Respuesta de Anderson en su
versión de 1738; noaquismo.
En efecto, en 1738 Anderson
publica una nueva edición de las Constituciones de 1723 para
responder a las versiones “cristianizadas” de Moore y de la Gran
Logia de Suecia. Influido por autores como Newton, ahora la
“religión universal” no es identificada con el cristianismo
(propuesta de Moore) sino con el noaquismo y concretamente con sus
tres primeros artículos. ¿Cuáles eran estos tres primeros
artículos de la religión de Noé? En Génesis 6, 5-9, 29 no queda
claro. En todo caso con ello se pretendía situar la discusión en
un contexto anterior a al fundación del judaísmo de Abraham
(Génesis 11, 25-27). Noé es presentado en Génesis 10 como el padre
de la nueva humanidad tras el diluvio y su religión como válida en
todo tiempo y lugar porque es la que ha dado origen a las
religiones judía, cristina y musulmana.
Pero lo cierto es que Anderson no
aclara cuales son estos primeros tres mandamiento de Noé aunque
menciona que “un masón está obligado a observar la ley moral como
un verdadero noaquita…”. Con ello sienta las bases para conciliar
e integrar fraternalmente a las tres religiones del libro; judía,
cristiana y musulmana. Pero también daba pie para las posteriores
Bulas papales condenatorias de la masonería.
En el capítulo 6, 1 de los Deberes
se identifica la religión universal de los masones como “la más
antigua religión católica”, “The oldest catholick religión”. Pero
por su condición de pastores protestantes es evidente que por
católico se entendía su sentido etimológico es decir “universal”,
es decir, el noaquismo.
III.- Enfrentamiento entre
antiguos y modernos.
Las tendencias innovadoras de la
Gran Logia creada en 1717 originaron la escisión de la masonería
anglosajona que llevó a la creación en 1753 de otra logia rival
autodenominada “de los antiguos” de corte operativo y confesional
cristiano, en oposición a la llamada “de los modernos” de 1717.
Blasón de la Gran Logia de los
"antiguos" |
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En 1756 el masón irlandés Lorenzo
Dermott (1720-1791) publica un folleto titulado “Ahiman Rezon” en
donde acusa a los masones modernos seguidores de la religión
natural del pastor Anderson de omitir las oraciones con que se
iniciaban los antiguos textos de los antiguos deberes, y de
descristianizar el ritual de la masonería en beneficio de una
religión natural. Entre algunas de las críticas, se afirmaba que
el Lindero II hablaba de una Masonería dividida en 3 Grados cuando
en realidad se puede hablar de 3 grados solo a partir del año 1725
pues el Grado de Maestro no existía como tal. Antiguamente no
había más Maestro que el de la Logia. El Lindero X indicaba que es
“una Logia será gobernada por un Venerable Maestro y dos
Vigilantes”. Sin embargo, en los Estatutos de Schaw (1598) solo se
habla de un Vigilante. Los antiguos también criticaban el hecho de
que se pudier conferir el Grado de Aprendiz sin estar 7 o por lo
menos 5 años de aprendizaje; o el hecho de cambiar la orientación
de la Logia, colocando el Maestro de la Logia en el Oriente cuando
siempre se había ubicado en el Occidente (para examinar el
desplazamiento del sol) entre las 2 Columnas.
Pero bien es verdad que Anderson
no hace más que institucionalizar la tendencia preexistente ya en
textos especulativos escoceses como “Masón Word” en torno a 1637 y
otros catecismos que centran la ceremonia de recepción o
iniciación en aspectos simbólicos y no teológicos que descansaban
en dogmas confesionales. En estos textos están ya ausentes las
oraciones o invocaciones religiosas.
Esta rivalidad de grandes logias
de antiguos y modernos será superada en 1813 con la reunión de
ambas en la Gran Logia Unida de Inglaterra que en 1815 publicará
sus nuevas Constituciones, cuyo capítulo 1 sobre los “Deberes”
asume conceptos propios de la antigua masonería cristiana; “fe”,
“creer”, “Dios”, pero a la vez integra las corrientes de los
“modernos” al reconocer que los masones no han de profesar una
confesión religiosa concreta, pero sí han de practicar los
principios éticos que constituyen la esencia de la religión
natural.
Bibliografía:
Patrick NEGRIER (recop.), Textes fondateurs de
la tradition maçonnique, 1390-1760,
Paris, 1995.
Philippe LANGLET (recop.), Les textes
fondateurs de la franc-maçonnerie, Paris, 2006.
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