SALVATORE QUASIMODO (1901-1968)
Salvatore Quasimodo
(1901-1968), premio Nobel de Literatura en 1959, fue iniciado
masón en 1922 en la logia “Arnaldo de Brescia” en Módena.
|
|
|
|
Salvatore
Quasimodo (Modica, Sicilia, 1901-Amalfi, 1968) fue un poeta y
ensayista italiano exponente significativo del movimiento hermetico,
aunque más tarde, influido por las atrocidades de la II Guerra
Mundial, creará un lenguaje poético muy personal profundizando en la
infelicidad humana a través de un clima evocador de viejos mitos.
Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1959.
Su padre, de profesión ferroviario,
fue trasladado a Messina en 1908 poco después del terremoto que asoló
dicha ciudad en diciembre de ese mismo año. En esta ciudad escribió,
con sólo dieciséis años, publicó sus primeros versos en una pequeña
revista literaria que editaba junto a unos amigos en el instituto
técnico donde estudia. En 1919 se mudan a Roma, donde se matricula en
ingeniería en el Politécnico; las dificultades económicas le obligan a
realizar diversos trabajos como dependiente, contable o diseñador
técnico para poder pagarse los estudios universitarios, que finalmente
no llegaría a terminar. En esa época se empieza a despertar en él el
interés por el griego y el latín.
Fue iniciado masón el 31 de marzo de
1922 en la logia “Arnaldo de Brescia” en Módena, donde estaba afiliado
su padre.
En 1926 se traslada a Reggio di
Calabria, al conseguir allí una plaza de funcionario aparejador. En
1929 se trasladó a Florencia, donde su cuñado E. Vittorini lo
introdujo en los círculos literarios y le presentó a E. Montale, que
enseguida intuyó sus dotes. Allí empezó a colaborar en la revista
“Solaria” y a publicar sus primeras colecciones de poesía. En 1930
publica en la revista “Solaria”, una colección de poemas con el título
de Aguas y Tierras (Acque e terre). Dos años después publica
Oboe sumergido (Oboe sommerso), obra que despierta un gran interés
entre los críticos literarios.
Más tarde se trasladó a Milán, donde
inició su actividad editorial como ayudante de Cesare Zavattini, quien
también le facilitó su incorporación a la redacción de la revista “Il
Tempo” y frecuenta los círculos literarios de dicha ciudad. En 1938
puede dejar al fin su trabajo de aparejador, haciéndose redactor de la
revista “Il Tempo”, en la cual, aparte de encargarse de la crítica
teatral, se significa como opositor al fascismo. En 1940 publica
Líricos griegos (Lirici greci), obra en la que reúne sus
traducciones de los clásicos y que representará una etapa importante
en su producción literaria al mostrar en ella su interés en el
acercameinto entre la poesía clásica y la contemporánea.
En 1941 fue nombrado profesor de
literatura italiana del Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán. En 1942
publica Y de repente la noche (Ed è subito sera), obra con la
que alcanza un gran éxito, y en la que aparece recogida una antología
de su producción poética hasta esa fecha. Entre 1949 y 1958
intensifica su producción como traductor, publicando varias
traducciones del latín (Catulo), del griego (el Evangelio de San Juan
y Sófocles) y del inglés (La tempestad de Shakespeare). A partir del
fin de la Segunda Guerra Mundial introduce en los temas de su poesía
contenidos más sociales, relacionados con la situación política de su
país.
Entre los numerosos premios que
recibió destacan el San Babila en 1950, el Etna-Taormina junto a Dylan
Thomas en 1958. En 1959 le conceden el Premio Nobel de Literatura. Su
discurso ante la Academia Sueca, defendiendo el papel activo del poeta
y de la poesía en la sociedad, será publicado en 1960 junto con otros
ensayos en el libro El poeta y el político. En 1960 es nombrado
doctor honoris causa por la Universidad de Messina. Durante los
últimos años de su vida realizó una activa labor periodística,
publicando numerosos artículos de opinión en los cuales critica
ácidamente el consumismo de la sociedad moderna.
Formado en los preceptos de los poetas
clásicos, en sus primeros libros mostró una gran predilección por las
formas concisas y herméticas, poniendo especial énfasis en la búsqueda
de la palabra precisa y de los valores musicales. Temáticamente, estas
composiciones se caracterizaban por una evocación nostálgica y
conmovida de los paisajes de su tierra, Sicilia, entendida como lugar
simbólico de una soñada serenidad. En esta época inició su intensa
actividad como traductor, que resultó determinante para la formación
de su estilo lírico. Además de autores clásicos como Virgilio, Homero,
Catulo, Sófocles o Esquilo, tradujo también a W. Shakespeare, P.
Neruda, Molière o P. Eluard.
La experiencia de la guerra y de la
ocupación alemana marcó un giro decisivo en su poesía, ya que,
convencido de que los poetas debían asumir un importante papel en la
reconstrucción moral del hombre, se abrió a una mayor sensibilidad
humana y a la búsqueda de valores histórico-sociales. Así lo
reflejaron los libros Con il piede straniero sopra il cuore
(1946) y Día tras día (1947).
Pueden distinguirse en la poesía de
Salvatore Quasimodo dos etapas diferentes: la primera corresponde a
los poemas publicados en la antología Y de repente la noche y a
su obra poética publicada hasta el final de la guerra, en los cuales
utiliza una forma escueta, casi minimalista, junto con un contenido
fuertemente simbólico. Este estilo hermético lo compartían con él
otros poetas italianos de su época, como Giuseppe Ungaretti, Alfonso
Gatto y Mario Luzi, todos ellos fuertemente influenciados por los
poetas franceses Paul Valéry y Stéphane Mallarmé, y con los cuales
acabaría conformando lo que ha sido denominado escuela hermética
italiana.
Una vez terminada la guerra, al
desaparecer la censura, los temas de la poesía de Quasimodo se vuelcan
en la problemática social, utilizando hábilmente la analogía entre las
esclavitudes humanas actuales y los mitos griegos para desarrollar una
poesía más clara y vital. De hecho, la última parte de su obra refleja
un sentimiento intimista, consecuencia de cierta decepción ante la
historia, y una clara conciencia de su propia soledad. A esta época
pertenecen La vida no es sueño (1949), El falso y verdadero
verde (1956), La tierra incomparable (1958), libros en los
que el estilo se muestra más transparente y esencial pero lleno de
sentido trágico y dramático. También Dare e avere (1966), su
última obra, que significa una especie de balance de vida y testamento
espiritual.
Además de su actividad poética
desarrolló una importante labor de ensayista que le llevó a
confeccionar las antologías Líricas de amor desde su origen a nuestros
días (1957) y Poesía italiana de la posguerra (1958). Sus
ensayos críticos fueron publicados en el libro El poeta y el
político (1960) que, como se ha dicho, incluye el discurso que
leyó cuando le entregaron el premio Nobel, mientras que en el volumen
Escritos sobre el teatro (1961) se recogieron sus crónicas
sobre el mundo del espectáculo aparecidas en la revista “Il Tempo”.
Muere en Nápoles el 14 de junio de
1968 a causa de una hemorragia cerebral, siendo enterrado en el
Cementerio Monumental de Milán.
Obras:
Aguas y tierras (1930).
Oboe sumergido (1932).
Erato y Apolión (1936).
Y de repente la noche (1942).
La vida no es sueño (1949).
La tierra incomparable (1958).
El poeta y el político (1960).
Dar y tener (1966)
|