VISIÓN
Espacio catalizador, que facilita la evolución de sus miembros y genera un trabajo de calidad en diferentes planos, dentro de un mundo relacional, facilitando el intercambio de vivencias, experiencias y saberes entre masones libres, unidos por un palpable ambiente de fraternidad, tolerancia y compromiso.
MISIÓN
Trabajar en el sentido profundo del simbolismo y del rito, auspiciando de manera constante la racionalidad crítica, dentro del respeto a la pluralidad de visiones personales y concepciones del mundo, para potenciar los talentos de los hermanos desde y por la solidaridad. Proporcionando una experiencia, diversa y libre, permitiendo el desarrollo individual y colectivo de todos sus miembros, para transformar a hombres buenos en hombres mejores.
Transmitir a la sociedad, el medio donde cada hermano está presente, aquellos valores y principios que tenemos, formando hombres libres, con la suficiente sabiduría y preparación suficiente para poderla influir.
SENTIDO
La evolución individual y colectiva solo se puede ser alcanzada a través de incansables experiencias vividas en un entorno de máxima confianza y en un espacio particular y único –La Logia- Manteniendo el encuentro ritual y simbólico, entre hombres, dentro de un método y una ritualista concreta, apoyada en principios y buscando a través de la fraternidad, la libertad y la tolerancia, su pleno desarrollo.
Trabajando en la construcción de su propio Templo Moral, consagrado a la virtud y la ciencia. Eligiendo desde el principio las “piedras” adecuadas para formar una base sólida. Para posteriormente, cuando se vayan transformando en “piedras cúbicas” irán encajando perfectamente en los espacios adecuados dentro del Gran Templo colectivo que todos los masones del mundo construimos.
Se cuida con esmero la formación de todos los hermanos, en todos los grados, ayudándoles a interiorizar los antiguos conocimientos y virtudes de la Institución, sacando lo mejor y los más bellos y honrados sentimientos que poseen.
La Matritense es, además, un sentimiento. Es una sensación interior claramente percibida, difícil de definir. Es un sentimiento, una emoción, un espacio de encuentro, de perfección, solidaridad, fraternidad y conocimiento. Donde cada hermano percibe de manera particular y única, pero claramente compartida con todos, en su esencia y espíritu.
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