El 11 de septiembre hizo 42 años del asalto al Palacio de la Moneda. En Chile, la presidenta Bachelet, hija de un militar al servicio de Allende que fue torturado, rinde homenaje junto con el pueblo chileno al presidente para hacer un ejercicio de Memoria, rendir homenaje a su pueblo al que le arrebataron la democracia en un golpe de Estado auspiciado por Augusto Pinochet.
Cuanto golpe de Estado en el mundo, cuanta fuerza, cuanta envidia, cuanta, cuanta…rabia. España tiene también su Memoria herida, una historia paralela, muertos y torturas, dolorosas heridas que no cicatrizan para memoria de todos, algunos siguen poniendo la zancadilla a iniciativas legales por los Derechos Humanos.
“Allende vive”, versa una pancarta y nosotros así lo constatamos, porque su figura, sus ideas, e incluso sus errores quedaron en su médula para memoria nuestra, de toda la humanidad, su actitud ante el ideal es lo que nos hace sentirnos orgullosos de nuestro querido Hermano: Salvador Allende.
Extracto 9:03 A.M. Radio Magallanes
Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son caros a esta Patria. Caerá un baldón sobre aquellos que han vulnerado sus compromisos, faltando a su palabra… rota la doctrina de las Fuerzas Armadas.
El pueblo debe estar alerta y vigilante. No debe dejarse provocar, ni debe dejarse masacrar, pero también debe defender sus conquistas. Debe defender el derecho a construir con su esfuerzo una vida digna y mejor.
9:10 A.M.
…El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse…
…Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.
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