La Masonería y los libros de "masonería".
QQ.·. HH.·. todos:
Llevo años afirmando que la Masonería no se aprende en los libros. Estos, y solo muy pocos de ellos, únicamente sirven como material de consulta una vez que el masón está bien formado, es decir, cuando ya no busca en los libros lo que en ellos jamás encontrará.
Las claves de cuanto debe saber una masón están en los Rituales. A un masón que haya entendido algo de lo que es la iniciación y el camino iniciático, es decir, que conozca el Arte Real, no le aporta nada la percepción ajena sobre determinado símbolo, alegoría o herramienta del gremio; entre otras cosas porque la piedra que debe trabajar cada masón es la suya propia, no la del vecino. Si bien esto hay que matizarlo, pues el masón no avanza solo por el camino iniciático, lo hace apoyado por sus MM.·. MM.·. y por sus HH.·. de Logia. Esa es la grandeza del R.·. E.·. A.·. y A.·., en el que los trabajos en Tenida incluyen la lectura y discusión de Planchas sobre diversos temas; lo que hace que el conocimiento del H.·. que ha Trazado la Plancha y el de los HH.·. que la han comentado o matizado, sirva de orientación a todos los miembros del Taller para llegar a conclusiones propias.
Y es que, mis QQ.·. HH.·., el sistema que se sigue en la enseñanza Masónica nada tiene que ver con el de la enseñanza profana.
En el sistema profano el “maestro” explica su tesis, da su “lección” y ahí queda eso, el alumno la aprende y si no lo hace ese es su problema.
En el sistema masónico el Maestro pone a disposición del Aprendiz, y todos lo somos, sea cual se nuestro grado y rango, los elementos de partida para que este analice los significados y llegue a sus propias conclusiones, no hay tesis ni dogmas en la Masonería. La llave a la comprensión de los misterios está en los Rituales, en el Templo y en los psicodramas que se representan durante las ceremonias; no en libros que haya podido escribir otro H.·., por muy sabio que este pueda ser. Estamos ante un método iniciático y, por lo tanto, absolutamente incompatible con los libros.
En la Masonería buscamos el propio conocimiento a través del avanzar individual por el camino iniciático, no el conocimiento del autor de un libro, pues este habrá llegado a tal conocimiento por su propia percepción de las cosas y, por lo tanto, las conclusiones serán las suyas y nada tendrán que ver con las nuestras, es decir, serás distintas en cada caso. La única manera de llegar a conocer el Secreto Masónico, que existe, vaya sí existe, es pasar por el proceso alquímico que de profanos nos transmuta en iniciados, y el camino es solo uno y no se encuentra en los libros.
El nivel al que llega cada masón depende solo de su entrega, de su disposición a analizar y meditar sobre aquello para lo que recibió las claves, sobre cuanto encuentra tras las puertas abiertas con las llaves que irá descubriendo en su avanzar. Cada masón llega a donde realmente quiera llegar, profundiza cuanto desee profundizar; bien sabido que todo masón tiene la obligación de pasar la metamorfosis desde el profano al iniciado. Otra cosa distinta es que los más lo hagan, o lo hagamos. En todo caso estemos convencidos de que si todos los miembros de la Masonería fuéramos masones, no existiría ninguno de los problemas, siempre de índole profana, a los que nos enfrentamos constantemente en las Logias y Grandes Logia; no existirían las ambiciones, ni la graditis ni la carguitis, y todos sabríamos bien que los oficios que desempeñamos ni son de nuestra propiedad ni tienen otro significado que el servicio a los HH.·.
M·M.·. Watsamara
Fuente: http://rey-salomon.blogspot.com
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