VI
Gran Asamblea del GOFMU
Tema laicidad
"¿Qué
combate debe protagonizar la Francmasonería para reinsertar la Laicidad entre
los valores y practicas ciudadanas?"
(síntesis)
Esta
lucha debe instalarse primero en nosotros mismos, para luego poder actuar como
Francmasones y como ciudadanos que hacen de la Tolerancia una bandera de lucha
en un plano de LIBERTAD e IGUALDAD.
Quienes pretenden anular la Laicidad para aplicar el adoctrinamiento religioso
en los ámbitos de enseñanza, atentan contra uno de los principios más
elementales del ser humano, el del libre albedrío expresado como la libertad
individual.
Por esto entendemos que debemos combatir por una laicidad como expresión total
de libertad frente a los dogmas y a los fundamentalismos no sólo religiosos,
sino políticos, xenofóbicos, y otras concepciones metafísicas que deben ser
patrimonio individual de cada ser humano.
Este concepto de Laicidad total, así como tiene expresión en el concepto de
libertad, también se asocia al concepto de igualdad puesto que sin ella no
podría concebirse una distribución equitativa en el orden moral, jurídico y
político entre otros.
Igualdad de derechos a la existencia, a la dignidad, a la felicidad, a la
justicia, al perfeccionamiento y a practicar en lo colectivo.
La Laicidad debe ser Una, que convoque a todos, religiosos, ateos, agnósticos.
Es un método de convivencia entre todas las posiciones que excluye de raíz las
posiciones de privilegios, por muy tradicionales que éstas sean. Como expresaba
el educador inglés del 1700, John Wesley “Pensamos y dejamos Pensar”.
La Masonería tiene como uno de sus principales cometidos el de defender la
Libertad de los individuos sean ellos o no masones, es deber de los Francmasones
defender esta Laicidad en una lucha permanente que debemos emprender todos y
cada uno en forma individual o colectiva, pues es con ella que se sostienen los
principios como la Tolerancia, el Libre Pensamiento y la Libertad Absoluta de
Conciencia, que son pilares fundamentales de nuestra Obediencia.
Un aspecto particularmente preocupante hoy es la pretensión de influenciar las
conductas políticas de los legisladores a través de presiones de tipo moral y
religiosas.
O pretender detentar un monopolio sobre las conciencias, incluso a través de la
invasión del espacio privado de las personas.
Así lo vimos últimamente en las actitudes beligerantes presentes con relación a
temas tan dispares como el control de enfermedades de trasmisión sexual, el
control de la natalidad, la homosexualidad, la interrupción voluntaria del
embarazo, la bioética y la financiación de la educación publica, para nombrar
sólo algunos.
Por ello debemos ser activos militantes de la Tolerancia para reafirmar la
laicidad como valor individual y social.
Exigir que se nos respete en nuestros derechos e impedir que todo dogmatismo ya
sea político, religioso o moral, invada nuestra persona, nuestra familia y
nuestra sociedad.
Para ello y en todas las instancias, tanto oficiales como privadas, públicas o
asociativas, se debe impulsar la formación de los ciudadanos dignos a través de
la EDUCACIÓN PARA LA LIBERTAD, promoviendo aquellos valores democráticos y
cívicos que constituyen la garantía de la paz social.
Educar para que todos salgan de la ignorancia y conozcan sus derechos y sus
obligaciones, eliminando así el germen de la tragedia humana provocada por la
intolerancia y el fanatismo.
En definitiva, una militancia cotidiana es el alma fundamental para custodiar,
proteger y desarrollar los conceptos de LIBERTAD, TOLERANCIA Y LAICIDAD
Documento aprobado por la VI Gran Asamblea del GOFMU el 12 y 13 de diciembre de 2003.
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