Un texto de Eliphas Levi sobre la voluntad del hombre y el poder que esta tiene si lo que se hace es el bien
Nada resiste la Voluntad del hombre cuando éste conoce y quiere el bien.
Querer el Mal es querer la muerte; una Voluntad perversa es un principio de suicidio.
Querer el bien con violencia es querer el Mal, porque la violencia produce desorden y el desorden genera el mal.
Se puede y se debe aceptar el mal como medio del Bien, pero nunca es necesario quererlo ni hacerlo; de otro modo se destruiría con un mano lo que se construye con la otra. La Buena Fe no justifica jamás los malos medios. Ella los corrige cuando los sufre y los condena cuando los toma.
Para tener el derecho de poseer siempre, es necesario querer pacientemente y largo tiempo.
Pasar la vida queriendo lo que es imposible de poseer siempre, es abdicar de la vida y aceptar la Muerte.
Cuando la Voluntad vence los obstáculos es más fuerte, por eso el Cristo Interno se desarrolla en la pobreza y el dolor.
Cuando la Voluntad se consagra al absurdo, es reprobada por la Eterna Razón.
La Voluntad del hombre justo es la Voluntad de Dios mismo y la Ley de la Naturaleza.
Es por la Voluntad que la inteligencia vé. Si la Voluntad es sana, el premio es sano.
Eliphas Levi.-