De las tres preguntas en la que puede subdividirse el gran misterio de nuestra existencia, la primera:"¿de dónde venimos?" es la que nos compete primordialmente a todos los iniciados masones como eternos aprendices. Las otras dos "¿Quiénes somos?" y "¿A dónde vamos?" casi se responden como por añadidura.

¿Cuáles son nuestras raíces?; ¿Cuáles son nuestros orígenes?
En primer lugar todo se origina en el principio espiritual que concurre a formar la compleja arquitectura de nuestro ser, por medio del cual nos relacionamos con el Espíritu, el Principio Universal de la Vida. Esto es lo esencial.

Pero, por cuanto nuestra Orden es esencialmente iniciática, es decir, todo lo alcanzamos ingresando a un particular estado de conciencia...todo ha sido y sigue siendo lo mismo para todos los hombres y todos los tiempos. Es así que solemos decir que nuestros orígenes "se pierden en la noche de los tiempos".

Con todo, históricamente, no nos escapamos de los misterios egipcios, orientales, griegos, romanos, gnósticos y cristianos... las comunidades místicas de India y Persia, las comunidades de los esenios entre los hebreos y los hebreos mismos. Las escuelas filosóficas como la Vedantina en la India, la Pitagórica, la Platónica y la Ecléctica en occidente; la escuela Gnóstica del Cristianismo, la Cábala hebrea y Alquimia y el Hermetismo.

Ya más cercanas las corporaciones constructoras medievales; la masonería operativa y especulativa.
Sin pertenecer a todos estos antecedentes pero con una identidad particular la Masonería eleva y liberta las conciencias, conduce a los hombres desde las tinieblas de la ignorancia y de la ilusión a la Luz de la Verdad, desde el vicio a la Virtud, desde la esclavitud de la materia a la libertad del espíritu.
Institucionalmente la Masonería se acerca a sus 300 años, desde que en 1717 cuatro Logias conformaron lo que se convirtió en la Gran Logia Unida de Inglaterra.

Hoy más allá del significado filosófico de Orden, tratamos de presentar la historia de la Masonería Paraguaya, desde los primeros trabajos simbólicos hasta su afianzamiento como institución reconocida por el Estado Paraguayo. En un largo recorrido encontramos etapas de florecimiento armónico como también el asalto de sus grades enemigos: la mentira, la ignorancia y la ambición desmedida de algunos iniciados, que la llevaron a varias crisis, algunas superadas y otras que abrieron heridas hasta hoy no cicatrizadas. Pero más allá de formular juicios de valor, tratamos de narrar hechos que son acompañados de un valioso soporte documental, para que cada libre pensador que lo lea, pueda arribar a su propia conclusión.

Edgar Sánchez Caballero, Gran Maestro.