Anexo 3 – X GRAN ASAMBLEA DEL G.·.O.·.F.·.M.·.U.·.

Tema Social:  “LOS DERECHOS HUMANOS Y LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS”

Extractamos de la Síntesis final:

El respeto de los Derechos Humanos – generalmente hablando -es un elemento fundamental para evitar el estallido de conflictos, sean sociales, nacionales o internacionales. Pero también su vigencia es fundamental para resolver, lo más justamente posible, aquellos conflictos ya instalados. De ahí la necesidad de que los Derechos Humanos no sean solamente referencias abstractas y lejanas, sino que ellos estén presentes en todos aquellos hechos, actitudes y situaciones con los que convivimos cotidianamente,  como marco de referencia concreta que de significación y contenido a la convivencia social y entre Naciones. Por ello, la educación en Derechos Humanos, la Paz, y la Tolerancia para dignificar a las personas y los pueblos, es un cimiento imprescindible para la construcción de la civilización del futuro.

El conflicto es parte natural de nuestra vida. Al analizar un conflicto debemos estudiar su proceso teniendo en consideración cada una de sus etapas o fases, toda vez que por ellas transcurren las personas y los grupos cuando enfrentan el conflicto. Pero este análisis debe ser efectuado viendo en cada etapa la oportunidad de su resolución. Roger Fisher sostiene que un elemento clave para comprender por qué suceden las cosas, es saber por qué las personas toman decisiones del modo que lo hacen. De allí la importancia de analizar un conflicto, pues de lo contrario no se dispone de información necesaria para su solución. Para ello debemos conocer a los protagonistas del conflicto y su cultura, los paradigmas que prevalecen, las causas que lo originaron, los problemas de comunicación subyacentes, las emociones, las percepciones de las partes, los valores y principios, formas de reaccionar, la influencia de los factores externos, y sobre todo, las posiciones, intereses y necesidades de los protagonistas.

Si somos los seres humanos quienes causamos el conflicto, somos nosotros quienes debemos intentar solucionarlo. El conflicto es un fenómeno universal que afecta significativamente a todo el mundo y a todos los ámbitos sociales. De su adecuada gestión dependerá el poder obtener el beneficio de los cambios o el perjuicio que comportan los conflictos no resueltos o mal gestionados.

A lo largo de la historia hemos sido testigos de cómo la violencia ha constituido la herramienta de la cual se han valido muchos sectores sociales, étnicos y/o religiosos y Estados al momento de resolver sus conflictos Pero una verdadera victoria nunca puede lograrse bajo el uso de las armas y la destrucción. Pasada la violencia, es la negociación y el diálogo, y no el monólogo de la guerra, los que contribuyen a lograr acuerdos. En la actualidad cada vez emerge con mayor fuerza la mediación como uno de los métodos en la resolución de conflictos. Ésta cree en el diálogo y no en el antagonismo, ni en la violencia. En particular la francmasonería históricamente siempre ha actuado como un ámbito de acercamiento de las partes, en toda posibilidad de participación. Con ello cumple uno de sus más caros principios especificados en el documento básico de la francmasonería moderna,  la Constitución de Anderson de 1723, de “reunir lo que está disperso”. Tenemos un ejemplo histórico de ello en nuestros propios conflictos, que fue la Paz del 8 de Octubre de 1851, que reunió a los campos en conflicto de Montevideo y del Cerrito, para terminar la Guerra Grande, con las fórmulas pergeñadas por los masones  de la época, de “como hermanos … sin vencedores ni vencidos”.

La mediación entonces, es una herramienta fundamental ya que procura por medio de la intervención de terceras partes neutrales, – que saben distinguir entre posiciones e intereses – brindar una respuesta a aquello que es importante. Por medio de las negociaciones se trata de lograr un cambio de actitud entre las partes, que la confrontación (“ganar – perder”) derive en la colaboración (“ganar – ganar”), alcanzar una posición, que las partes sientan que ganan parte de lo disputado y no que una resultó – jurídicamente hablando- “gananciosa” y la otra “perdidosa”.

Una detección e intervención a tiempo de los conflictos ahorra esfuerzos y recursos materiales y sociales en soluciones infructuosas, el desgaste y el sufrimiento de la comunidad.

Es fundamental para aplicar esta herramienta, el diálogo, la ausencia de hostilidades y la tolerancia, sin esta última no tendremos asegurada la libertad de disentir y de optar por la diversidad de lo “general”, enmarcado todo esto por el principio de Igualdad.

La búsqueda de una mayor equidad, la lucha contra todo tipo de discriminación, la aceptación de la diversidad, la seguridad ciudadana, son objetivos prioritarios de toda sociedad democrática y de un Estado de Derecho. No es suficiente con conocer los Derechos que cada individuo posee en tanto ser humano, sino que debe existir el marco apropiado para que todos ellos se realicen, que tengan efectiva vigencia. En éste, la Justicia Social es imprescindible para que las personas puedan desarrollar sus capacidades y para que, en consecuencia, se instaure una paz permanente. La inexistencia de la justicia social está relacionada directamente con la generación de conflictos, así como las asimetrías de poder entre los Estados generan conflictos de difícil solución.

Por otra parte, en relación con los conflictos internacionales, muchas veces la improvisación, la ignorancia o indiferencia en el cuidado y esmero de la relaciones diplomáticas, han socavado y fragilizado las bases del derecho de los individuos y el de los pueblos.

Por medio de la Educación para la Paz se puede lograr que muchos de los conflictos no nazcan o se diluciden fácilmente. La toma de conciencia por parte de los protagonistas de sus derechos y obligaciones, del dialogo y del respeto a la contraparte, es primordial para resolver más fácilmente las contradicciones. Por ello el GOFMU adhirió firmemente desde el principio, en el año 2000, a la campaña mundial de la UNESCO por una “Cultura de Paz”, recibiendo aquel año un Certificado de dicha Organización por su labor de difusión y adhesión.

Se debe educar para que cada persona se reconozca como un ser digno, capaz de hacerse respetar en sus derechos y de respetar los de los demás.

Por medio de la educación se debe hacer tomar conciencia del derecho a ser respetado, de la libertad a disentir o ser diferente, de la obligación de respetar, de la utilización del diálogo antes que la violencia y de la responsabilidad de tener participación activa para decidir sobre el propio destino y el de la comunidad a la que se pertenezca, enmarcado en principios de igualdad, libertad y tolerancia.

Nuestro Querido Hermano Benito Juárez, ya lo expresaba en una fórmula sencilla, pero cargada de significación: “el respeto del derecho ajeno es la paz”.

Para conocer, comprender y fortalecer estos derechos es necesario apoyarse en principios educativos. Toda una corriente de Ilustres Francmasones trabajó en ese sentido, ejerciendo una larga e importante influencia en la educación pública. Para señalar solamente el rol jugado por Sanz del Río y la Escuela Libre de Enseñanza de Madrid, o la creación de la Universidad Libre de Bruselas, bajo los mismos principios, que ejercieran tanta influencia sobre las políticas educativas uruguayas de principios del siglo XX. El gran inspirador de esta corriente, el filósofo alemán, nuestro H.·. Karl Krause, señalaba que nuestras herramientas en masonería, harán las veces de ejercitadores y producirán masones que irradiarán su luz al exterior de nuestros Templos y contribuirán a lograr la ansiada Educación de la Humanidad.

La educación es el factor primordial para alcanzar el desarrollo individual y colectivo y lograr así la evolución social, cultural, económica y política de una sociedad. Es el único medio para que los integrantes de la misma conozcan, comprendan y deseen vivir en armonía y paz en una sociedad participativa y solidaria en la que predomine el respeto y el cumplimiento la ley. Debemos educar hombres y mujeres vigilantes y activos observantes del derecho, que exijan el cumplimiento de las leyes a quienes se comprometieron desde sus puestos de poder, y que sean capaces de evolucionar y hacer progresar la sociedad, siendo una fuerza de proposición para la ampliación o actualización de los Derechos.

Podemos entonces afirmar que los conceptos de Libertad, Igualdad y Fraternidad son esenciales, no como abstracciones puramente declarativas, sino como valores constitutivos del Ser Humano individualmente y del Ciudadano en Sociedad. Nuestro deber como Masones es no sólo difundirlos, sino fundamentalmente, hacerlos presentes en nuestra vida diaria y materializarlos en nuestros actos.

La Francmasonería mundial, a través de muchos de sus más remarcables integrantes, jugó un rol esencial en la creación de organismos que supusieran avanzar en la medida de las posibilidades, en prevenir conflictos internacionales y buscar el acercamiento entre los pueblos. Por ello fueron grandes impulsores de la Sociedad de Naciones, primero, y de las Naciones Unidas después. Eran concientes de que en los Derechos Humanos están las claves primordiales para lograr la paz, resolver conflictos y lograr la justicia social, para mejorar a la Humanidad y consolidar la civilización. Por ello jugó un esencial papel la “Declaración Universal de los Derechos Humanos” de las Naciones Unidas, del 10 de Diciembre de 1948. En su homenaje, y como compromiso simbólico de nuestra Institución con ellos, el GOFMU fue fundado el día del 50º aniversario de dicha Declaración, el 10 de diciembre de 1998.

Para el H.·. Krause la educación masónica cumple un rol fundamental ya que “ser auténticamente Masón significa ser verdadero educador de la humanidad”. Decía: “Lo que se trata es de educar hombres y mujeres buenos, nuestros niños y niñas deben recibir una formación puramente humana que les destaque como hombres y mujeres buenos y útiles, sea cual sea la situación en que vivan y la función que desempeñen … La querida hermandad masónica forma a los Hermanos como seres humanos, como miembros de la Humanidad” … Ella constituye la única institución histórica que tiene como finalidad y razón de ser el cultivo del Hombre en su pura y completa humanidad”.

Consecuente con todo este legado, y con nuestra propia historia, sigamos trabajando firmemente para difundir y educar en los Derechos Humanos, y en la Educación para la Paz. Porque ello es la mejor manera de prevenir conflictos, y resolverlos allí donde existieren.

Posted in Documentos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *