Entrevista al Gran Maestro del GOFMU
Crónicas de un Almuerzo
Ec. Elbio Laxalte Terra, Gran Maestro del Gran Oriente de la
Francmasonería Mixta Universal.
“Muchas veces el imaginario popular entiende que participar de la masonería permite escalar en lo económico y en lo político, lo que es un error”, nos aclara el gran maestro del Gran Oriente de la Francmasonería Mixta Universal (Gofmu), economista Elbio Laxalte Terra. La masonería moderna tiene sus principios y sus fines, no es secreta, solamente es reservada y trabaja en pos de la superación humana, por lo que al entrar en el siglo XXI “la mujer debe ser aceptada en un pie de igualdad”, sostuvo enfáticamente el presidente de la Gofmu, una logia que en los últimos tiempos se ha dado a conocer a través de distintas publicaciones en diversos medios y es la única, hasta el momento, en la que participan hombres y mujeres en un pie de igualdad.
Sin duda, el secretismo de las logias ejerce cierta fascinación de lo oculto, pero ellos rechazan que sea así. Desde principios del siglo XVIII cuando Isaac Newton impulsa la masonería moderna, las logias han participado y siguen participando de los aconteceres sociales y políticos, aunque ellos señalan que lejos están de ejercer el poder fáctico que se les sindica. “Crónicas de un Almuerzo” mantuvo un largo diálogo con el gran maestro de una de esas logias, Laxalte Terra y lo siguiente es un resumen de ello.
– Últimamente la logia que Ud. preside ha salido a la luz pública con diversos comunicados sobre temas centrales, ¿hay un cambio respecto de su relación comunicacional con la sociedad?
– No es tan así. Desde nuestra fundación el 10 de diciembre de 1998, que coincide con la fecha aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, Gofmu ha dado a conocer sus opiniones, por ejemplo, cuando se puso en cuestión la laicidad en la educación y hubo un fuerte debate en momentos que era presidente el Dr. Jorge Batlle. Allí hicimos una declaración muy fuerte en defensa de la laicidad. Cuando los atentados del 11 de setiembre en Nueva York también realizamos una declaración pública. Lo mismo hemos hecho contra el fundamentalismo islámico cuando se pretendía ajusticiar lapidando a una mujer por el hecho de haber tenido un hijo fuera del matrimonio. Cuando la invasión de Irak por parte de EE.UU., publicamos una declaración en la que decíamos que lo que allí sucediese debía ir en el sentido de la civilización y no de la barbarie. Lamentablemente hoy estamos en condición de decir, que además de lo que está pasando todos los días, el ahorcamiento de Saddam Hussein es parte de la barbarie. Sin dudas que Hussein debía ser juzgado por sus crímenes de lesa humanidad, pero la muerte mediática que se hizo de este personaje no traerá paz a esa región. Con el asesinato de un asesino no se evitan los crímenes. La situación de Irak hoy nos dice que estamos frente a una barbarie. En el 2002, en el medio de la crisis local también hicimos nuestra declaración sobre lo que pensábamos y a lo que aspirábamos. También le enviamos a todos los candidatos presidenciales en las últimas elecciones cuales eran las aspiraciones para nuestro país.
– ¿Qué se debe entender como una logia?
– Se debe entender, en primer lugar, como una organización de hombres y mujeres mayores de edad, que nosotros llamamos gente libre de conciencia y material. En segundo lugar es una asamblea, un lugar de trabajo, donde nos encontramos para compartir determinados ideales, que son los que pregona la masonería, principalmente los genéricos de libertad, igualdad y fraternidad. En tercer lugar, la logia es un taller de trabajo, donde cada uno de los miembros intenta desarrollarse como persona a través del estudio, de la reflexión, del intercambio y la práctica de determinadas formas de convivencia entre ellos, como por ejemplo, la fraternidad y la tolerancia. La logia, en definitiva, es una escuela de vida.
– ¿Cuál es la relación entre logia y poder?
– Depende a qué poder nos estemos refiriendo. Si hablamos de un poder moral, hay una relación muy estrecha, porque la masonería intenta ser una especie de conciencia de la sociedad para el desarrollo de la misma. Si me habla de otros poderes como el económico, lo único que existe es el poder de la cuota mensual que paga cada uno y eso le da el poder de su cuotaparte dentro de la institución, pero somos una entidad profundamente democrática. Si hablamos de poder político, no somos un partido, ni pretendemos incidir ni tenemos un espíritu corporativo en tal sentido.
– Al ser un grupo cerrado, que tiene cierto grado de corporativismo, ¿no tiene un poder fáctico que incida en acciones políticas o económicas?
– Lamentablemente hemos vivido algunas experiencias. Habrá sentido hablar de la logia P2, donde estaban los célebres Licio Gelli y Ortollani acá en nuestro país, que fue una logia que se pervirtió y pasó que se conformó como un grupo de poder económico para vergüenza nuestra. Esa ya es una etapa pasada, pero ello no quiere decir que vuelva a surgir, pero también nos aleccionó a tener una particular vigilancia entre nosotros.
– ¿En estos casos de desvíos hay un poder judicial que juzga y sanciona?
– Por supuesto. Los masones nos integramos en logias, formamos federaciones y en esas instancias tenemos los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. Cada uno es independiente del otro. En este caso el poder judicial tiene la independencia de investigar y sancionar.
– A nivel popular hay cierto sentir de que el ingreso a la masonería permite escalar en lo económico y en lo político, ¿eso es así?
– Muchas veces el imaginario popular entiende que participar de la masonería permite escalar en lo económico y en lo político, lo que es un error. Los miembros de la masonería provienen de distintos ámbitos y si hay alguien que tiene un comercio puede relacionarse con otro y tener sus relaciones comerciales, pero las mismas deben tener un componente ético. Ello no implica que la logia deba convertirse en un grupo de presión corporativo y económico. Nosotros tenemos la tradición que si dos hermanos de la logia traban una relación comercial y realizan un negocio, un porcentaje del mismo debe darse para lo que nosotros llamamos la caja de los pobres.
– ¿Es una especie de tributo?
– No. No es un monto fijo. Esos hermanos hacen entrega anónima de esos fondos que destinamos a obras de carácter social como apoyar el Plan Invierno, la fundación Cristóbal Colón, a instituciones que luchan contra el cáncer, etc.. Siempre nuestra beneficencia es anónima.
– ¿Cómo observan las referencias continuas que se hacen sobre personajes históricos o contemporáneos?
– Nosotros estamos orgullosos de nuestra historia y tradiciones. De los hombres y mujeres que participan o han participado de la masonería. No podemos discernir si esas figuras han prestigiado a la masonería o si es la masonería quien los prestigia. Este tipo de cosas es muy complejo. El individuo influye sobre la logia y ésta influye sobre el individuo. Es más bien una interacción. Lo importante es que decenas o cientos de personas que forman este tejido, pongan, aquí o allá, diariamente su granito de arena.
– ¿La organización interna obedece a una concepción republicana?
– Así lo es en todo Occidente.
– ¿Esa concepción trasuntó, en el caso uruguayo, en la laicidad del Estado?
– Es verdad. Pero esos fueron momentos históricos que se han consolidado.
– ¿Eso nos diferencia con otros Estados donde la Iglesia está integrada?
– En nuestro continente la Iglesia fue bastante liberal hasta los años 1860. Por ejemplo, Dámaso A. Larrañaga fue masón. Tenemos otro masón como (Francisco A.) Maciel que dentro del hospital instaló una capilla, porque era católico. Hubo un pensamiento liberal católico, precisamente en el momento en el que se instalan en la región repúblicas liberales y se plantea la separación de la Iglesia del Estado. Ese planteo se hace sobre la 4 base de que el Estado se vincula al interés general y la Iglesia se vincula al interés espiritual de sus feligreses y no a la temporalidad del poder.
– Si bien las logias o talleres en su inicio adoptaron el anonimato por el contexto histórico en el que se vivía, ¿Hoy por qué siguen en ese campo secreto?
– El anonimato obedece a varias cosas, pero no somos tan anónimos, pues nuestros dirigentes son públicos, tenemos sedes y personería jurídica. También hoy día tenemos una página web y damos entrevistas. No hay tal anonimato, hay reserva de nuestros miembros. Identificarse como masón cualquier miembro lo puede hacer, tiene el derecho porque los masones somos hombres libres. Obviamente hay elementos históricos, principalmente en la antigüedad, como en el período de la Inquisición , modernamente las dictaduras han perseguido a los masones. Hitler, Mussolini y Franco fueron profundamente antimasones. Hoy en día seguimos siendo perseguidos en algunos lados. Hace poco tiempo pusieron una bomba en una sede en Turquía. En muchos países árabes hablar de masonería es hablar de Satán. Y en nuestros países de la región también somos perseguidos. Hace poco expulsaron a un profesor de una universidad colombiana por ser masón.
– ¿Lo dicho por uno de los hijos de Bordaberry que los culpa de complotar contra su padre es una amenaza?
– Son opiniones. Son manifestaciones muy menores de personajes muy aislados, que en su desesperación al no encontrar razones válidas por sus experiencias personales, culpan de algo a alguien.
– ¿Por qué Gran Oriente de la Masonería y no la integración a grupos tradicionales?
– La masonería no tiene una estructura única, no hay una institución absoluta mundial. Somos logias libres e interpretamos de forma diversa la vida masónica. Por ahí se dice que tenemos una sola cabeza, eso nunca lo hubo. Hay encuentros internacionales, pero no una organización única.
– ¿Hay logias renovadoras y conservadoras?
– Tenemos 300 años de edad y hay logias que se van adaptando a la vida moderna, a nuestro tiempo. La masonería moderna surge a principios del siglo XVIII en Londres (1717), bajo la influencia de la real sociedad británica integrada por científicos, filósofos, etc. En particular está la influencia de Isaac Newton y principalmente de su secretario, que son los impulsores de la masonería moderna. El objetivo claro era llegar a la sociedad con ideas de progreso vinculadas con la ciencia y la filosofía. Debo aclarar que la masonería existía desde antes como corporaciones vinculadas a determinadas labores.
– Cuando se habla de ser liberales, de libertades de conciencia uno tiende a vincular esas ideas con algunas ideologías hoy predominantes, ¿eso es correcto?
– Cuando alguien integra una logia se le invita a transitar por tres caminos. El primero de ellos es el crecimiento personal interior, es decir a crecer como persona. En segundo término, a trabajar para elaborar un pensamiento propio y crítico, a forjarse como una persona libre habiendo elaborado su propia matriz de lectura del mundo. Es un trabajo intelectual que pasa por estudiar, por aprender a escuchar y por incorporar opiniones de los demás. El tercer ámbito es el de la vocación cívica, es decir, a estar vinculados a la comunidad en que vivimos de la manera que se considere más apropiada. Pueden ser sociales, gremiales o políticas. A nadie se le dice en dónde debe participar, cada uno escoge el camino libremente.
– Pero, ¿se vincula a alguna ideología como el neoliberalismo?
– Nosotros hablamos de la libertad absoluta de conciencia que tienen nuestros miembros de identificarse a aquella idea o filosofía que le parezca más adecuada. Durante mucho tiempo la masonería estuvo vinculada a una forma relativamente deísta de ver las cosas, creando la fórmula del gran arquitecto del universo o de tener como referencia un libro sagrado. La tendencia actual es, a la cual nosotros nos suscribimos, que los temas metafísicos son de la conciencia de cada uno.
– ¿Es una matriz de pensamiento liberal?
– Cuando la masonería tomó su auge como tal, claramente se ha vinculado al pensamiento liberal. El liberalismo político siempre tuvo formas de control, por ejemplo, sobre las políticas de mercado. Sin embargo, cuando Ud. refiere a neoliberalismo ello es una idea que anda por allí, que tiende fundamentalmente a eliminar el rol de los políticos y que pretende sustituir todo por las reglas del mercado, cuanto menos política haya es mejor. Nuestro pensamiento no va por ese lado. La política a nosotros no nos es indiferente y es fundamental para la existencia de la democracia republicana.
– Para Uds. la política debe regirse por la moral y la ética ¿hoy ello es así?
– La moral y la ética siempre han sido invitaciones a la clarividencia de la comunidad. Si la comunidad se basa en el interés estricto y privado de sus miembros tiende a autodestruirse por la lucha interna de predominio, razón por la cual la civilización fue creando reglas de comportamiento de manera tal de alcanzar consensos y evitar la destrucción. Esos valores son los que permiten a las comunidades vivir de mejor manera.
– ¿Hay momentos de relajación de esos valores?
– Sí, hoy se vive uno de esos momentos. Uno ve hoy trastocados algunos valores como los de la vida y de la muerte ante la violencia imperante en nuestras calles. El excesivo individualismo también genera sus problemas. Se trata hoy de recomponer esos valores básicos.
– Para mucha gente hoy política es sinónimo de corrupción, ¿hay que recomponer valores en lo político?
– Se dice sí que los políticos son corruptos, y a continuación se le agrega, ‘que se vayan todos los políticos’ esa es la mejor forma de avanzar hacia el totalitarismo. Que haya algunos políticos corruptos, puede ser cierto, pero es la propia política la que debe hacer todo lo necesario para depurarse y evitar que eso suceda. No hay que tirarle a todos los políticos el agua sucia de algunos. Algunos sectores tienen sus intereses al atacar la política, porque están atacando las formas de autogobierno de una comunidad. Esos sectores propenden a la anarquía o al totalitarismo. Atacar a la política es algo nefasto.
– ¿Para Ud. el grado de corrupción es alto o bajo?
– Que hay corrupción no existen dudas, en lo público y en lo privado, ahora no puedo decirle cual es el grado.
– ¿La viveza criolla es corrupción?
– Tal vez no lo sea, pero anda muy cerca. Es una conducta reñida con lo mejor para la comunidad. Quien se aviva y obtiene una ventaja está necesariamente perjudicando a alguien.
– Uds. hacen mucho hincapié en el conocimiento y en alguno de sus documentos advierten de los peligros que se ciernen sobre nuestra comunidad ante la brecha digital, ¿Comparten esa idea de un niño una computadora personal, un maestro una computadora?
– Todo lo que signifique un avance para cerrar esa brecha nos es importante, la forma de implementarlo no nos corresponde hacerla. Que un niño tenga una computadora no quiere decir que sepa manejarla.
– ¿La tecnología debe democratizarse?
– No tenga la menor duda.
– Aprovechando que Ud. es un economista ¿cómo ve la coyuntura económica y su actual administración?
– Como algo coyuntural. Si le damos una opinión eso puede ser interpretado políticamente y prefiero evitarlo. Lo que sí puedo decirle es que todo aquello que vaya en un sentido de posibilitar que la población viva mejor, se reduzca la pobreza, que la gente sea más ilustrada, que se refuerce la educación pública y que se posibilite el acceso a la educación de mayores sectores, contará siempre con nuestro apoyo.
– ¿Comparte la idea de que el Impuesto a la Renta que se quiere imponer es un factor redistributivo?
– Puede serlo o no, todo depende de lo que hagan las jerarquías de gobierno con los impuestos. Una sociedad que tienda a ser más equitativa debe distribuir su riqueza, fundamentalmente volcando bienes tangibles e intangibles sobre los sectores más carenciados.
– ¿Por qué debo compartir lo que me gano con mi trabajo con otros que no quieren trabajar?
– En una sociedad que no está bien organizada, todos pierden. La redistribución en una sociedad forma parte de una buena organización. La solidaridad interna forma parte de esa buena organización social.
– ¿Esto no ha pasado últimamente y por eso la pérdida de valores y los grados de inseguridad que tenemos?
– A veces las sociedades funcionan mal, y la realidad obliga a los gobiernos de turno a adoptar diferentes medidas.
.·.
“La masonería siempre deseó y trabajó por la integración”
– ¿Por qué Uds. aparecen fuertemente defendiendo la integración cuando el país cada vez más se convence que no es buena?
– La masonería, en particular en América, siempre deseó y trabajó por la integración. Todos nuestros libertadores, masones y no masones, trabajaron para ello, aunque tuvieron poco éxito. Siempre hemos considerado que podemos hacer mejor las cosas. En una nota suya Ud. ponía que hay que ‘unir lo que está disperso’. Esa unión es la que permite integrarnos a todos, hacernos más fuertes y mejorar las condiciones de nuestros pueblos. La masonería tuvo que ver en el desarrollo de la Unión Europea y hoy estamos viendo los resultados. Nuestro primer documento al respecto para la integración regional data de 1996, y sin dejar de considerarlo como una utopía, los masones aspiramos a que haya un gobierno y un Parlamento electo democráticamente a nivel mundial. Eso permitiría que muchos organismos que están dispersos se reuniesen en un esfuerzo común como la Organización Mundial de Comercio, el FMI, el BID, el Banco Mundial y mejorar la atención de quienes lo necesitan.
– ¿Piensa que los países centrales están dispuestos a ceder sus ventajas?
– Si queremos tener un mundo que sobreviva al caos se debería transitar en ese sentido.
– Para las Américas ¿qué es más conveniente un ALCA o un ALBA?
– Eso deberán decidirlo los países y sus pueblos. Nosotros siempre vamos a pensar en proyectos de integración que sean democráticos y en beneficio de las sociedades.
-Hay quienes sostienen que la integración debe ser comercial y económica, pero no política, ¿cuál es su opinión?
– Es natural que en una integración se incorporen órganos políticos como es un legislativo. Hoy se están dando pasos a la construcción de un modelo de Parlamento que no es nuestra aspiración, ya que no son electos por la sociedad del Mercosur.
– La elección directa de un Parlamento por los ciudadanos del Mercosur acabaría con nuestra identidad uruguaya por una razón lógica de ser una población pequeña.
– Hay que buscar fórmulas para mantener las identidades.
.·.
“Sería una revolución democrática crear verdaderos municipios en Uruguay” – ¿Qué pasa con el país simbólico de una bandera, un escudo, un himno, un territorio?
– No hay contradicción con la integración. En Uruguay tenemos un déficit democrático en algunos aspectos. En los países vecinos y en el mundo los municipios son una organización muy importante para los vecinos, sin embargo, este país no tiene municipios.
– ¿Cómo que no tenemos municipios?
– Acá se le llama municipio a un gobierno departamental lo cual es indicio de exclusión. Tiene Juntas Locales en algunos lugares, pero municipios como hay en Argentina, Brasil u otros países no los hay. Otro ejemplo, las alcaldías españolas. Sería una revolución democrática crear verdaderos municipios en Uruguay. En nuestro Interior los gobierno departamentales se quejan del centralismo montevideano, pero muchas veces los pueblos del Interior de esos departamentos se quejan del centralismo de la capital departamental.
– ¿Eso no nos llevaría a una atomización y a un equilibrio muy inestable?
– ¿Por qué? ¿Hay desequilibrio en España, que hay alcaldía en todas las ciudades y pueblos?
– Sin embargo la experiencia en Montevideo con la creación de los Centros Comunales Zonales no atrajo el interés de la población…
– Son prácticas complejas y es corta la experiencia, tal vez es porque no son verdaderos municipios como los que nosotros planteamos. En el caso de Montevideo es más bien una descentralización, pero se debe avanzar más. Se debe avanzar hacia un cambio cultural.
.·.
La integración de la mujer a la masonería
– Hasta hace poco la masonería era un coto cerrado para varones, ¿por qué hoy se le da ingreso a la mujer en algunas logias?
– Al surgir la masonería moderna en 1717, en Londres particularmente, la mujer no tenía un gran rol en la sociedad, ni siquiera las mujeres de la aristocracia ni las nobles. Si bien había mujeres muy inteligentes no se les permitía cultivarse. El conocimiento era un coto cerrado del hombre. En la Edad Media el conocimiento estaba encerrado en los monasterios que eran reductos solamente de varones. Ahora el mundo ha cambiado y también lo viene haciendo la masonería, por lo que paulatinamente la mujer va siendo integrada.
– ¿Hubo algún antecedente histórico de mujeres masonas?
– Sí, las hubo. Flora Tristán abuela del pintor Gauguin, por ejemplo, en el caso latinoamericano. Ella era franco peruana, descendiente de indígenas. Fue ella la primera americana en llevar la causa indígena al Viejo Continente. La famosa frase de Karl Marx, ‘proletarios de todo los países, ¡uníos!’ sería de cuño de Tristán, porque era su amiga. Pese a estar muy de acuerdo con las ideas de Marx, ella cuestionaba la visión de éste sobre el proletario. Para Marx el proletario era el futuro porque lo único que tenía para perder eran sus cadenas y era el que tenía más fuerza para el cambio, sin embargo Tristán le decía que se equivocaba en un punto, el más humilde, el más explotado, el más desgraciado de los proletarios tenía a alguien para explotar, su mujer y sus hijos. Estamos hablando de la primera mitad del siglo XIX.
– ¿Supongo que en los sectores tradicionales hubo y hay resistencia a integrar a la mujer?
– Naturalmente, pero ahora estamos en el siglo XXI y la mujer debe ser aceptada en un pie de igualdad.
– ¿Esa aceptación no es más retórica que real?
– Es cierto, pero para la igualdad plena de género debemos seguir trabajando. Para nuestro punto de vista toda discriminación es negativa. Todos los masones, a distintas velocidades, van a integrar ese concepto.