Editorial de la Gran Maestra
La Gran Logia Femenina de Argentina es una Orden masónica iniciática, filosófica y formada por mujeres. Tiene sus orígenes hace más de 20 años en el país. Regularmente reconocida, es la Gran Logia Femenina de Chile quien le otorga la carta patente en el mes de julio de 2002.
La masonería es una escuela iniciática, filantrópica, formadora de hombres y mujeres que buscan actuar teniendo en cuenta el bien común de la sociedad en la que habitan, priorizando éste, sobre los intereses personales. Partiendo del estudio del conocimiento de sí mismo, utiliza como método de enseñanza–aprendizaje la simbología, transmitiendo así los conocimientos desde hace siglos.
Siguiendo los principios de la libertad, igualdad, fraternidad y laicidad busca el progreso y la construcción de una sociedad más justa para todas las personas.
A través de diversas actividades intelectuales y culturales en diversos espacios, debatimos y propulsamos la defensa de los derechos de las mujeres en todos sus ámbitos, revalorizando a la mujer y dignificando su vida y su persona en sus diferentes roles.
La Masonería propicia el libre pensamiento de cada una de las personas, desde la tolerancia, la comprensión y el respeto por las ideas, evitando así el fanatismo que muchas veces lleva a desentendimientos cargados de violencia.
Es reconocida internacionalmente por otras potencias masónicas.
En el año 2013 ha sido sede del 1º encuentro FAMAF (Federación Americana de Masonería Femenina) congregando a mas de 400 mujeres de Latinoamérica y a las Grandes Maestres de España, Francia, quienes expusieron temas referentes a la participación de la mujer en los diferentes ámbitos: comunitarios, sociales y políticos.
Así como la masonería ha sido protagonista de la historia, entendemos que está llamada a contribuir con el futuro, aportando el equilibrio de sus miembros para la construcción de una sociedad mejor, generando espacios de debate que propugnen un impulso a las ideas progresistas y sintetizando a través de sus diversas expresiones las pretensiones e ideales de una democracia republicana que exprese la convicciones de una nación en constante desarrollo.
Sabemos que el desafío de los tiempos cambia, para ello es necesario que fortalezcamos nuestra inserción en la sociedad a través de la acción discreta e incesante en pos del progreso individual y social de aquellas que entiendan que están llamadas a formar parte de un espacio de pensamiento y crecimiento.