Manuel Blanco Encalada

(1790-1876)

blanco-encaladaNació en Buenos Aires el día 5 de abril de 1790 en el seno de una familia noble. Su abuelo materno fue el marqués de Villapalma y Sandin, y su padre, que ejerció funciones de fiscal de la Audiencia de Chile y oidor de la Audiencia de Buenos Aires, estaba igualmente ligado a familias de ilustre raigambre de España.

A los 12 años fue enviado a Madrid a estudiar en un colegio de nobles. A los 15 años ingresa a la Academia Naval de la isla de León. Ahí asciende rápido a guardiamarina y alférez de fragata. Al cabo de un tiempo fue destinado a Buenos Aires, acompañando al virrey Abascal. Pero en 1811 debe volver a España, donde le toca participar en acciones militares contra Francia y más tarde es enviado a la Plaza Militar de Montevideo, pero se escapa rumbo a Buenos Aires y luego a Chile, donde se incorpora a las fuerzas revolucionarias que lideraba O'Higgins.

En 1813, Blanco solo tiene 22 años y ya se había apartado del bando español, convirtiéndose ahora en capitán de Artillería por encargo del gobierno de José Miguel Carrera Verdugo. Pero los comienzos de su vida en Chile no fueron exitosos, pues al mando de tropas bisoñas, fue derrotado en la tentativa de recuperar Talca. Después del desastre de Rancagua (1814) fue capturado y desterrado a la isla de Juan Fernández. Y solo después del triunfo patriota en Chacabuco pudo retornar a Santiago. A partir de entonces, su larga

vida militar y política irá en ascenso hasta llegar en 1826 a la presidencia de la República, aunque por breve tiempo. Como anteriormente no existía en la Constitución el cargo de Presidente de la República, quedó él como el primero.

Blanco Encalada, tras dejar la presidencia pasó un tiempo sin actividad pública relevante, hasta que en 1846 es nombrado intendente de Valparaíso, donde tuvo una fecunda labor en Obras Públicas. Más tarde, en 1853, es nombrado embajador de Chile en Francia, cargo que ocupó hasta 1858 con gran soltura, logrando insertarse en el más encumbrado ambiente parisino, al punto que cuando casó a su hija, Teresa Blanco, le consiguió como padrinos nada menos que a la emperatriz Eugenia y al emperador

Napoleón III.

Cuando regresó a Chile, ya a los 70 años, fue elegido senador, cargo al que debió renunciar pues ya sufría de sordera. Pero a pesar de esto, aceptó el mando de la Escuadra Chilena en la guerra contra España y, finalmente, en 1868, lo vemos presidiendo la delegación que va a buscar los restos de O'Higgins al Perú, para re-sepultarlos con honores de Jefe de Estado.

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