El almirante Juan José Latorre Benavente es recordado como uno de los más grandes héroes de la Marina de Chile, siendo definido por algunos historiadores como "el más grande, después de Arturo Prat Chacón, el inmortal".
Nació en Santiago el 24 de marzo de 1846. Hijo del diplomático boliviano Elías Latorre y de la chilena Nicomedia Benavente. Quedó huérfano de padre a temprana edad. Su madre y algunos hermanos vivieron en Valparaíso, donde contemplando el mar y los buques del puerto, descubrió su vocación. Ingresó a la Escuela Naval en 1858 cuando solo tenía 12 años. Estando ahí, por los azares del destino, le tocó integrar el llamado "curso de los héroes", promoción a la cual pertenecieron: Arturo Prat Chacón, Carlos Condell De la Haza, Luis Uribe Orrego y Jorge Montt Álvarez. Todos ellos, más tarde, en la guerra del Pacífico, dejarían sus nombres grabados en la historia como hombres de honor y héroes en la batalla.
En el transcurso de la guerra contra España le correspondió tener una primera actuación en el combate Naval de Papudo el 26 de noviembre de 1865. Después de lo cual, el joven marino pudo seguir adquiriendo conocimientos navales a bordo de diversas embarcaciones de la Armada nacional. Entre los años 1865 y 1878 recorre las aguas del litoral norte y sur, cumpliendo diversas misiones de soberanía nacional.
Estando en Valparaíso en el año 1863 es invitado a la masonería, siendo iniciado el 3 de agosto de ese mismo año, en la logia Unión Fraternal N° 1. En esta misma logia alcanza los tres grados simbólicos, y a instancias del Soberano Gran Comendador de la masonería capitular de entonces, Eduardo De la Barra, ingresa y sigue una destacadísima vida masónica en los "capítulos del escocesismo". Tanto así, que fue elegido para ocupar el máximo cargo en la masonería capitular, el de Soberano Gran Comendador, entre los años 1907 y 1909.
Se acoge a retiro de la Armada chilena en diciembre de 1890, y a mediados de 1894 asume las funciones de senador por la provincia de Valparaíso, cargo que desempeña con brillo, y dado su enorme prestigio, fácilmente fue reelegido por un nuevo periodo. Al mismo tiempo, es considerado por el gobierno como consejero de Estado y ministro de Relaciones Exteriores.
El almirante Latorre falleció el 9 de julio de 1912 en la ciudad de Viña del Mar, rodeado del afecto de sus familiares, amigos, antiguos camaradas de armas y de sus hermanos masones.