Antonio Nariño, junto con ser uno de los principales precursores de la independencia colombiana y gobernante, fue también un gran intelectual poseedor de la mayor biblioteca de su época. En 1794 tradujo del francés la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano. Traducción por la cual el virrey de Nueva Granada lo mandó a la prisión del Fuerte de San José de Bocachica en Cartagena de Indias. Más tarde fue trasladado a la prisión de Cádiz, lugar del cual escapó en 1796 rumbo a París. En esta ciudad se entrevistó con Francisco Miranda, quien lo dejó invitado a su casa de Londres donde posiblemente fue iniciado masón en la fraternidad de la Gran Reunión Americana.