En su habitual columna en el diario Estrategia, este miércoles 2 de Septiembre el Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Luis Riveros Cornejo, abordó los sucesos ocurridos en el marco de la movilización de los camioneros venidos desde la Araucanía y sobre la ausencia de diálogo.
Penoso espectáculo presenció el país en días pasados. Una protesta de camioneros que se debió a la ausencia de diálogo efectivo sobre su situación en la Araucanía, terminó en una manifestación que contradice la democracia. Un trayecto de pedradas y agresiones adornó está manifestación, mientras en las calles se enfrentaban grupos que no se entendía bien que propugnaban; pugilatos hasta en las inmediaciones del Palacio de Gobierno, que a todos recordaron los días que creíamos idos en que los chilenos no nos escuchábamos. El gobierno cambio su decisión original y con ello causó una tormenta política en el conglomerado de apoyo, cuando el problema de fondo era tan simple como escuchar o no la manifestación desarrollada. El Ministro del Interior “puso el pecho a las balas” y consiguió disuadir sin mayores consecuencias, lo que de otra forma podría haber llegado a más graves resultados. Esto puso de manifiesto que es el diálogo el camino para que una democracia se defienda, y no el ataque, la descalificación o la agresión violenta. A pesar de funcionarios “amurrados” porque se contradijeron los anuncios iniciales y a pesar de la notoria ausencia de la primera jerarquía en el evento, los chilenos quedaron con la sensación de que hay autoridad y de que ella ejerce su potestad abriendo las puertas al diálogo. Frente a las advertencias de que otros grupos también pedirán ser escuchados, como si en realidad nunca lo hubiesen sido, la respuesta debe ser que el Palacio de Gobierno está siempre con puertas abiertas para escuchar a una ciudadanía respetuosa del Estado de derecho. En el tema de fondo: la grave situación que se manifiesta en la Araucanía, el Gobierno debe trasladarse allí para emprender un diálogo que construya compromisos y que nos evite estos enfrentamientos que sugieren que hay dos Chile, cuestión inaceptable para el esfuerzo que por años ha tomado construir la institucionalidad republicana. Una Araucanía con diálogo permitirá construir paz social sobre bases estables eliminando la violencia que muchos, soterrada o abiertamente, quieren verdaderamente promover.