El pasado sábado 12, el Gran Maestro de la masonería chilena, Luis Riveros, encabezó la ceremonia en que se descubrió una placa frente al edificio que alberga a las logias masónicas de Valparaíso, en Brasil esquina Carrera, ocasión en la que aprovechó de referirse a los mitos que rondan en torno a los masones y de paso, en su calidad de exrector de la Universidad de Chile, analizar el crucial momento que vive la educación superior en el país.
La placa, dijo Riveros, es "para darle un poquito más de personalidad a este edificio histórico, para identificarlo como la sede de la masonería en Valparaíso", pues recordó que "la masonería chilena nació en Valparaíso, dos logias fundadoras fueron de Valparaíso, y por lo tanto, usamos concebir a Valparaíso como la cuna de la masonería chilena, y la Gran Logia de Chile residió acá por 50 años, hasta principios del siglo XX. Después del terremoto hubo también un incendio en que se destruyó la propiedad que tenía en ese entonces la Gran Logia, y ahí fue que se trasladó a Santiago".
- La colocación de esta placa también es parte de una política que usted ha impulsado, de mayor apertura hacia la comunidad…
- La masonería no tiene nada que ocultar, la masonería conservó mucha discreción -no secretismo-, producto de las oleadas históricas, fue perseguida en muchas partes del mundo, en la España franquista y también en algunos regímenes socialistas de la órbita soviética, y por lo tanto, la masonería también aprendió a estar siempre como a cubierto, y aquí mismo en Chile tuvimos luchas bastante extensas con la Iglesia Católica. Eran los tiempos en que estábamos tratando de construir un Estado laico y la masonería se jugó durante muchos años, y desde Valparaíso particularmente, por la idea de separar Iglesia y Estado. Eso llevó usualmente a entender a la masonería como algo contrario con la religión, pero era fundamentalmente un tema político, una visión de país. Hoy hemos superado esas cosas, naturalmente, y en ese sentido, lo que ha sido nuestra política, abrir la masonería, permitir que las personas comunes y corrientes puedan ingresar acá, ver el templo, deducir que nada extraño podría ocurrir ahí, y escuchar a los masones hablar de nuestra visión del mundo, de la vida, de los temas de educación, de las políticas sociales, yo creo que eso es tremendamente útil y constructivo, somos una institución que puede aportar mucho al progreso de la sociedad.
- Y a usted, como exrector de la Universidad de Chile ¿qué le pareció que el Tribunal Constitucional haya acogido el recurso que alegaba discriminación en la glosa de gratuidad para la educación superior?
-Siempre pensé que no puede aceptarse que los recursos públicos se asignen sobre la base de discriminar por consideraciones que pueden estar muy bien o muy mal, pero por sobre todo discriminar y decir, como lo escribí muchas veces: hay pobres clase A y pobres clase B. Los pobres clase A sí tienen gratuidad y los pobres clase B no la tienen, porque están estudiando en instituciones que no son elegibles, y mi pregunta siempre fue ¿qué culpa tienen ellos, cuándo les dijimos eso? Entonces creo que había una injusticia que corregir y muchas veces se le advirtió al Gobierno, en las distintas instancias, que podía perfectamente recurrir al mecanismo de becas para poder focalizar esta ayuda de gratuidad. También se le dijo que podía concentrar el inicio de la gratuidad en las universidades estatales, que no necesita nada más que consultar en el presupuesto los recursos públicos para que los estudiantes estén ahí gratuitamente, pero se decidió a ir por este camino, que era complicado .
- Pero el mecanismo de la glosa es transitorio, ya que el próximo año se ingresaría la ley de gratuidad…
- Exactamente, yo creo que esto hay que ordenarlo por la vía de una ley y eso tenía que haberse trabajado oportunamente en el Ministerio de Educación y haberse llevado al Parlamento y después de eso entrar a estos mecanismos de financiamiento, pero pienso que no se hizo el trabajo adecuado. Yo creo que aquí hay responsabilidades por parte de quienes elaboran estas políticas, estas propuestas y que posteriormente son aprobadas en el Congreso y claro, tienen visos de inconstitucionalidad, entonces se termina acusando al TC.
- ¿Le llamó la atención que la derecha, cuando estuvo en la última campaña presidencial, se oponía a la gratuidad y hoy quiere ampliarla?
- Yo creo que ahí hay juegos políticos que también me parecen poco transparentes. La gratuidad para el más pobre en la educación superior es un derecho inalienable, francamente. No creo en la educación superior gratuita universal, pienso que el que puede pagar, debe pagar, pero esto de hacerlo como un 'ofertón' para aparecer con una cara lúcida y popular, a mí me parece también que es totalmente inaceptable.
- Volviendo al tema masónico, y a raíz de la discreción de la que usted hablaba, ¿qué le parecen toda esta serie de mitos y elucubraciones que hay entre personas que aseguran saber lo que ocurre con los masones, muchas veces sin conocer a ninguno, pero hablan de conspiraciones, de confabulaciones, que son una secta y otro tipo de afirmaciones?
- Hay una gran cantidad de especulación sobre eso, pero nunca he visto un estudio que le dé cierto fundamento, ni en Chile ni en ninguna parte del mundo. Claro, la influencia de la masonería ha sido importante, qué duda cabe, ha sido importante en la institucionalidad de la República francesa, y también en los Estados Unidos ha tenido una tremenda influencia, y lo mismo se repite en muchos países, la masonería ha tenido una tremenda influencia, pero de ahí también surge esta especulación sobre que la masonería conspira, derroca gobiernos, eleva gobiernos, y la verdad es que no es así. La masonería tiene una práctica universal que no tiene la organización de un partido, no tiene un sentido de conspiración. La masonería por cierto que ha ayudado mucho, y eso fue muy explícito cuando se aprobó la Ley de Educación Primaria Obligatoria, la masonería se jugó decididamente por eso en el Parlamento durante varios años. En el tránsito constitucional de 1925 la masonería fue muy activa también, con el Presidente Arturo Alessandri y parte de los equipos que lo apoyaron en esto, en la asamblea constituyente de la época, digamos. Desde luego, el Presidente Pedro Aguirre Cerda también fue un gran líder de la masonería y del país y cuando impulsó la Corfo fue la masonería también que estuvo detrás de él en eso, pero claro, han sido estas ocasiones en que la masonería ha tenido la oportunidad de jugarse por idearios y ciertas propuestas que ha compartido. En otros casos no, yo diría que han sido propuestas más divididas; el Presidente Ibáñez, que fue un distinguido masón, tuvo muchas propuestas que otros masones no apoyaron, lo mismo ocurrió con el Presidente Allende, también hay disenso, no siempre hay consenso o unanimidad.
Uno todavía ve algunos elementos de no hace mucho en nuestra historia, en que la masonería trata de ser como aislada y perseguida, como hombres malos. Hay muchas ciudades de Chile en que la masonería ha tenido que vivir un poco más oculta que lo que acostumbramos en Valparaíso, en Santiago o en Concepción, es cierto, porque ha habido esta tradición de enfrentamientos, sobre todo con el poder eclesiástico, y eso lleva a los fieles a ver a los masones como hombres diabólicos que le rinden culto al demonio, que ofenden a la virgen y todas esas cosas que se dicen. Yo tengo un sobrino que en el colegio, un colegio de curas, le enseñaron que para ser masón había que pisar el crucifijo, ceremonia que yo jamás he visto en la masonería ni en ninguna parte.
- Uno de los principios que rigen la masonería es la tolerancia, y por eso hay religiosos y ateos, gente de sectores políticos opuestos, etc., sin embargo, la presencia femenina es muy escasa…
- Bueno, nosotros tenemos centros femeninos y usualmente cada logia tiene un centro, pero la masonería por tradición, por el peso de la historia, es una institución de hombres, entonces, sí, se han organizado logias femeninas y en Chile hay una Gran Logia Femenina, que es muy activa, que ha crecido mucho, que ha ido a instalar logias en otras partes del mundo, como Cuba y Uruguay. Nosotros creemos que caminamos en paralelo en las mismas direcciones, hay también una Gran Logia Mixta, aunque nunca creció significativamente, son distintas maneras de concebir la tradición, nosotros seguimos más la tradición que está diseminada por el mundo, que la masonería es una institución de hombres. Que eso tendrá que cambiar a futuro, seguramente va a haber que cambiarlo.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso.