Todos los miércoles, el Gran Maestro, Luis Riveros Cornejo, escribe en el Diario Estrategia. En su última edición su opinión se centró en la situación que viven los patagones hace tres semanas. "Mientras tanto, surgirán más reclamos regionales favorecidos por las redes sociales", explica. Estamos frente a un problema de larga data: el abandono de muchas regiones del país. En nuestro sur extremo se cruza la frontera desde verdaderos villorrios con rudimentarios medios de comunicación, y se encuentra uno con ciudades dotadas de una sólida infraestructura y poderosa red de servicios sociales y cívicos. Un contraste impresentable ante nuestros reconocidos pergaminos económicos. O sea, aquí hay algo no enfrentado por años, y que se complementa con extraordinariamente altos costos de vida y menguadas posibilidades laborales y de ingreso.
Con mucha superficialidad varios están tratando de usar esta situación para allegar fuego a los conflictos de corto plazo y en otros contextos. Pero muchos callan sobre cómo el país afrontará este verdadero problema nacional, precandidatos presidenciales incluidos. Es evidente que tenemos que enfrentar la situación de los extremos sur y norte que cumplen un rol nacional geoestratégico, pero en torno a lo cual hemos puesto magros recursos. Y es también el caso de muchas regiones, cuyo nivel de desarrollo es escuálido, mientras en Santiago, y especialmente en los sectores acomodados, vivimos en un país de mucha mayor categoría.
Muchos hablan de introducir un concepto federal en nuestra estructura política. No saben lo que dicen: no tenemos esa tradición, perdemos las fortalezas de un Nación integrada, y no necesariamente resolveremos así los problemas financieros que demanda el apoyo a las regiones. La cuestión demanda una nueva política de Estado en cuanto a redistribución de los ingresos y privilegiar proyectos que tengan una mirada estratégica de país. ¿Estamos preparados para eso? Difícilmente, mientras la política se mantenga en su perspectiva cortoplacista, utilizando espacios mediales sólo para estimular o controlar conflictos. En tanto, surgirán más reclamos regionales, favorecidos por las redes sociales, pero en torno a un viejo y poco abordado problema de país.