En la edición del jueves 5 de abril apareció en el diario "Las Noticias" de Malleco, región de la Araucanía, una crónica que cuenta de la obra de los Masones de Curacautín, a propósito de los preparativos de los 150 años de la fundación de la Gran Logia de Chile.
La historia y desarrollo de nuestras ciudades se ha construido con el aporte de miles de ciudadanos.
Algunos de ellos han sido reconocidos por su presencia en el servicio público, en la educación, en el ejercicio profesional, desarrollo de empresas, en labores humanitarias y de filantropía, en fin, de diferentes formas.
Casi anónima, silenciosa y desconocida para la mayoría, una gran institución nacional, ha sido cuna de destacados personajes a lo largo de la historia nacional. Nos referimos a la Francmasonería,cuya organización a nivel nacional tiene actualmente miles de disciplinados seguidores y cientos de Talleres o Logias en casi todas las ciudades del territorio nacional.
Este año la Gran Logia de Chile, cumple 150 años de vida al servicio del país. Su máxima autoridad, el Gran Maestro, es el ex rector de la Universidad de Chile, Luis Riveros Cornejo, quien visitó hace algunos días la ciudad de Victoria, con motivo de los 73 años de la Logia Mariluán.
En la muy digna y honorable ciudad de Curacautín la francmasonería tiene un hermoso local que la institución facilita para actividades culturales y de capacitación. Por su Templo o taller de trabajo,han pasado insignes personajes de la comunidad. Ex alcaldes, políticos, profesores, médicos, ingenieros, comerciantes, agricultores, empleados públicos y de servicios, etc. Durante muchos años funcionó como una filial de la Logia de Victoria, pero a partir del año 1969 la Gran Logia de Chile le entregó su carta constitutiva con el nombre distintivo de Araucaria Nº 131.
Esta semana fue instalado como nuevo Venerable Maestro el Ingeniero Héctor Lagos Fuentes. Descendiente de una modesta familia de hijos de colonos de la ciudad. Hizo sus estudios básicos en la Escuela Nº3, luego en la Escuela Industrial, donde destacó como estudiante, por lo cual se ganó una beca del Sindicato Mosso, lo que le permitió continuara estudiando Ingeniería en la ex Universidad Técnica del Estado. Después de muchos años lejos del terruño natal, ha vuelto a sus raíces y le consultamos cuáles son los motivos por los que se mantiene durante casi 30 años en la francmasonería.
R: Antes que nada debo señalar que a la francmasonería no se entra por iniciativa personal. Es un proceso selectivo y riguroso que la institución practica durante siglos y que consiste en elegir gente de la comunidad, independiente de su origen y condición social, que se considere valiosa, honrada y fiel a valores y principios que la masonería considera indispensables en sus miembros...
P: ¿Cuáles son esos valores?
R: Se buscan personas virtuosas, tolerantes, amantes del estudio y el conocimiento, preocupados del bien común, generosas y caritativas, y especialmente preocupadas de los más débiles y menesterosos.
P: ¿La francmasonería limita a las personas en sus creencias?
R: Al contrario, se respeta y valora una persona con convicciones, con fe en la perfectibilidad del ser humano. El masón es respetuoso de las creencias religiosas de cada ser humano, pues aún no existe el conocimiento que permita saber con certeza el origen de la vida y de la condición humana y tampoco nuestro destino y condición después de la muerte. Por ello, la institución se une en torno a la idea de una gran fuerza creadora de todo lo que existe y para nosotros es el Gran Arquitecto del Universo.
P: ¿Pero es bastante común que se asocie a los masones con los ateos o con gente de buena situación económica?
R.- Es cierto. Pero ello es producto de la ignorancia y la superstición instigada por gente que no sabe que en nuestros Templos y nuestros altares el libro principal es La Biblia y que no hacemos rituales en que se atente contra la dignidad y el respeto por las personas. En nuestros templos no se veneran ídolos de ningún tipo y al contrario, se exalta la virtud de la tolerancia, la caridad y la fraternidad del género humano.
En mi caso personal, debo agradecer la influencia de personas que me ayudaron a salir adelante en mis estudios y alcanzar una mejor condición desde el punto de vista económico. Puedo afirmar que en la masonería se reúnen poderosos y humildes, y no se necesita ser rico para ser masón.
P: ¿Entonces la francmasonería es una religión distinta?
R: No, la orden es una escuela de pensamiento. No es una secta religiosa, ni un partido político, ni un establecimiento de prácticas de magia o espiritismo. Es un lugar para reflexionar y pulir las imperfecciones que como todo ser humano debemos superar con nuestra propia voluntad y perseverancia. Nuestro deber es incentivar los valores humanos. Somos conocidos impulsores de la libertad, igualdad y fraternidad.
P: ¿Qué puede esperar la comunidad de Curacautín de su institución?
R: Como no somos una institución operativa ni de servicios de beneficencia, no actuamos en el medio externo, sino a través de lo que son capaces de contribuir nuestros miembros en forma individual. Nuestra tarea interior es incentivarlos a participar en toda obra de bien, desde sus respectivas posibilidades personales. Unos lo harán como profesores, otros como médicos, otros como profesionales independientes, en fin, de tantas formas como sea posible, sin prisa, pero sin pausa. No olviden que somos una institución muy sólida y prueba de ello, es que gran parte de lo que es Curacautín se debe a la acción bienhechora de cientos de anónimos masones que han puesto su grano de arena para el progreso del país. Ejemplo de lo que le señalo son masones rotarios, leones, bomberos, socorros mutuos, mutuales, cooperativas, partidos políticos, concejales, alcaldes,autoridades civiles, militares, y del poder judicial, y en todos los campos de la actividad humana, incluso en instituciones religiosas.