La actividad, que se enmarca en el Sesquicentenario de la Gran Logia de Chile, se realizó en la Dirección de Extensión y Formación Continua de la Universidad de La Frontera, ex sede de la Universidad Técnica del Estado.
Allí, el Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Luis Riveros Cornejo y el Rector de la Universidad Sergio Bravo Escobar, descubrieron la placa recordatoria en homenaje a los profesores Francisco Salazar y Teodoro Wickel, miembros de la orden masónica. La noticia salió publicada en el portal de la universidad temuquense.
El portal de la Dirección de Extensión de la Universidad de la Frontera informó que la ceremonia contó con la participación de familiares de los desaparecidos académicos y precursores de la educación universitaria en la región y se realizó en el hall del edificio de la Dirección de Extensión y Formación Continua de la Universidad de La Frontera, ex sede de la Universidad Técnica del Estado.Al respecto el Gran Maestro de la Gran Logia de Chile y ex Rector de la Universidad de Chile, Luis Riveros, señaló que la ceremonia fue un homenaje al pasado, de recordar el esfuerzo y el compromiso de dos académicos distinguidos que dieron vida a la sede de la Universidad Técnica del Estado y a la Universidad de Chile que son los orígenes de la Universidad de La Frontera. "También para nosotros es una mirada al futuro y por lo tanto es una señal de alerta nuevamente, de las condiciones en las que se desarrolla hoy día el sistema universitario y nuestra posición siempre ha sido clara y única, defensa de la universidad pública, defensa de la universidad regional y creo que este acto en gran medida, también debe ser interpretado como un acto en defensa de la Universidad de La Frontera y de todas las universidades regionales que hoy día participan del sistema en desventaja".
Por su parte el Rector de la Universidad de La Frontera, Sergio Bravo, añadió que "la condición como joven institución independiente de esta Universidad, nos hace mirar hacia el pasado reciente para encontrar allí los fundamentos y condiciones que sustenten nuestros derroteros universitarios, por los caminos y principios irrenunciables de lo que debe ser una verdadera universidad. Por eso es importante volver a la impronta de los forjadores, de los imprescindibles, a colocarlos en la vertiente diaria de nuestros compromisos, de esa manera se es consecuente con sus recuerdos. En este homenaje se fusionan en un mismo espacio y una misma Universidad, dos proyectos académicos conjugados a su vez, en dos figuras humanas emblemáticas".
En la actividad también estuvo presente el Gran Delegado Regional de la Gran Logia de Chile, Mario Blaauboer, quien agradeció a la Universidad de La Frontera y a su Rector, por la realización de esta ceremonia. "hoy estamos homenajeando a dos grandes precursores de la enseñanza universitaria en nuestra región y siendo la Universidad de La Frontera una Universidad del Estado, laica y democrática, esperábamos tener esta oportunidad que se nos ha concretado gracias al Rector, por la disposición que tuvo por permitirnos homenajear a dos miembros de la orden masónica".
Familiares
La ceremonia contó con la participación de familiares de los recordados académicos, lo que le dio un carácter más emotivo al encuentro, al compartir experiencias y anécdotas más íntimas.
De esta manera, el hijo de Francisco Salazar, Mario, entregó públicamente sus agradecimientos y destacó parte de la labor realizada por su padre. "Esta experiencia ha sido una unión de lo que mi padre hizo y loque son las esperanzas que están en torno a la educación en Chile. El hecho de imaginar de qué manera lo que sembró mi papá durante mucho tiempo que era una idea de una educación pluralista, abierta a todo con respeto a las diversidades étnicas, sociales y culturales, hoy está más actual que nunca, por lo tanto la emoción que aún tenemos de esperanzas compartidas ha sido lo que más significativo de este encuentro".
De igual forma, el sobrino de Teodoro Wickel, Gustavo Enssle Wickel, agregó que "estos actos son un verdadero ejemplo para los que vienen más atrás y sepan que el hacer algo por los demás, tiene como recompensa el reconocimiento de la sociedad y don Teodoro se lo tiene muy merecido. Yo lo conocí bastante, participé bastante con él, no era muy risueño pero generoso al extremo".
Sin duda, un merecido homenaje a estos dos hombres, que con su legado han sido un aporte real a la construcción de una sociedad más igualitaria.