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Luis Riveros en Chillán: “Irregularidades en acreditación se sabían desde hacía 3 años”

Académico participó del décimo aniversario de la Logia 193 e inauguró un monumento frente al Colegio Concepción. Cuestionó la inclusión del ránking de notas en el proceso de selección a las universidades. “Fue un error”, sostuvo. La entrevista al Gran Maestro apareció en “La Discusión” de Chillán el miércoles 28 de noviembre.

Luis Riveros, el ex rector de la U. de Chile y actual Gran Maestro de la Masonería, es claro cuando se refiere al escándalo suscitado en los últimos días en relación a supuestos pagos de parte de algunas universidades para acceder a la acreditación.

Él conoce el sistema. Preside el directorio de una de las agencias que trabaja en el tema (Akredita), y reconoce que los hechos que son investigados hoy por la Fiscalía son conocidos en el ambiente desde hace por lo menos, tres años.

De paso por Chillán, participó ayer de la celebración del décimo aniversario de la Logia 193. También inauguró un monumento frente al Colegio Concepción, el cual la masonería dedica a los 150 años de la Gran Logia de Chile, “un evento importante para nosotros, pues tanto Chillán como la región han sido cuna de importantes personeros masones”, sostuvo.

Riveros visitó LA DISCUSIÓN y conversó respecto del actual momento que vive el sistema de acreditación de la educación superior.

“Nadie gana con esto”

-Cuando partió el proceso de acreditación, éste era muy respetado y sólo accedían a esta condición universidades de prestigio. ¿Qué ocurrió en el camino?


-Yo defiendo el sistema desde el punto de vista de quienes participan en él, quienes son académicos. No estamos hablando de un grupo de gente corrupta, el trabajo se ha hecho en serio.

-¿Cree que son casos puntuales?

-Aquí ha fallado la organización del sistema. Cuando se tiene una Comisión Nacional de Acreditación (CNA), ya existe un problema, pues ésta debió ser más descentralizada. También está la sensación de que cuando algo es público, es intocable, y este caso en particular que se está investigando, pone en cuestionamiento a las organizaciones públicas, que tienen debilidades. Si al presidente de la CNA no se le fija un sueldo, entonces ésta no puede funcionar adecuadamente. Tampoco si en ella participan representantes de distintos ámbitos. Nuestra idea era que la integrara una comisión de académicos nombrados por mérito. Además, el sistema privado tiene incentivos perversos. Faltaba sólo un tercer ingrediente: que apareciera alguien a quien se le ocurrió que cobrar por esto no era mala idea. Y aquí tenemos instalada esta bomba, que es tremendamente perjudicial para todos, nadie gana. 


- ¿Vale realmente la acreditación? Porque a diario egresan personas que no tienen las competencias necesarias para ejercer, sin embargo su universidad está acreditada...

- Ponerle nota a las universidades, porque éstas se acreditan por uno, dos, hasta siete años, nunca me pareció bien. Si se dan uno o dos años, significa que estoy reprobando, igual que una escala de notas. El sistema debiera ser simple: institución plenamente acreditada, acreditada y no acreditada. Muchos anuncios publicitarios de universidades que tienen dos años de acreditación las hacen ver como si fueran Harvard.


-¿Qué responsabilidad tiene el Ministerio de Educación en todo lo que está ocurriendo?

-Creo que el actual ministro, ninguna. Esto es algo que viene desde hace años, y las irregularidades que hoy vemos se conocen desde hace por lo menos tres años. Si en el Mineduc creen que con la Superintendencia va a mejorar esto, están esquivocados, pues este nuevo organismo nace al alero de ellos. Para funcionar bien, debió ser concebido como un ente externo.

Ránking de notas e improvisación en la PSU 

-¿Está de acuerdo con la inclusión del ránking de notas en el proceso de selección 2013?

-Creo que se ha improvisado mucho. No tenemos un diagnóstico respecto de lo que estamos haciendo en cuanto a selección, pues ha cambiado la cobertura. Hoy se pretende tener una prueba similar para todos los estudiantes, independientemente de dónde vayan, lo que no corresponde. Algunas universidades debería tener sus propios instrumentos, pues son altamente selectivas; otras, una prueba de distinta naturaleza, y puede haber también las que no apliquen ningún instrumento. El ránking de notas, a mi juicio, no abre oportunidades, pues las calificaciones están muy distorsionadas. Hicimos un estudio en 1999, el cual reveló que el promedio de notas a nivel nacional había aumentado de 5,5 a 6,5, algo extraño para un país donde la calidad de la educación se ha desplomado. La presión de los profesores por colocar mejores notas va a ser insostenible, en un sistema en que la educación ha pasado a ser una mercancía. 

-¿Cree que fue un error?

- Francamente, sí. El cambio tiene que ir mucho más allá, debe haber una reforma a fondo del sistema de educación superior, algo que la crisis del sistema de acreditación ha puesto sobre relieve.

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