
Columna aparecida en Diario Estrategia, 20 de febrero, 2013.
Hay muchos temas pendientes en la agenda educacional del país, que revivirán este año eleccionario, incluyendo aquellas consignas y expresiones de maximalismo político propio de las protestas estudiantiles. Hay siete temas sobre los que es imprescindible un consenso para- impulsar un programa de país (esta vez sin manos estrechadas y levantadas triunfalmente). En primer lugar, un financiamiento adecuado que se acerque progresivamente al estándar de la OECD, y que consulte un adecuado uso de los recursos con debida cuenta de gestión.
Para ello debe también pensarse en que sean corporaciones de derecho público, y no las municipalidades, las que se hagan cargo de la gestión.
Segundo, una modernización de la gestión curricular y de los contenidos de la enseñanza, creando cuerpos integrados entre educación media y universidades para que exista concordancia entre la demanda por conocimientos y la oferta de los mismos.
La actualización de contenidos en la educación básica y media es de crucial interés para el país.
Tercero, un plan nacional, una verdadera revolución, en materia de formación de profesores, el fundamental Talón de Aquiles para cualquier reforma o propósito de fondo en materia educacional, incluyendo la creación de una Escuela Nacional Normalista para la formación de profesores básicos, y la reforma a la formación de profesores medios en las universidades.
Cuarto, la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología donde debe residir la investigación y la coordinación nacional de los posgrados.
Quinto, un programa de recuperación y estímulo de la educación técnica en todos los niveles.
Sexto un acuerdo nacional respecto de todo el sistema educacional, para concordar las políticas a futuro con respecto a la asistencia estatal a instituciones con fines de lucro. Séptimo, una reforma a la ley de acreditación que expanda y profundice el sistema, y que no esté sujeto a ninguna intervención política. Decisiones…malditas decisiones!! que requieren juicio político, visión y compromiso nacional, elementos hasta hoy en déficit en nuestro sistema.