Columna aparecida en Diario Estrategia, 13 de marzo, 2013.
Queremos un país integrado, en que los sueños de chilenos y chilenas sean compartidos en todo terreno!
Un país consciente de sus efectivas e importantes limitaciones, pero comprometido en el esfuerzo necesario para salir adelante anteponiéndose a la adversidad siempre presente. Un país que cree a sus conductores y que renace cada vez en la esperanza de nuevos horizontes hacia los cuales se camina con buena guía.
Un país en que la crítica sea siempre constructiva, animada a lo mejor, construida sobre bases transparentes y de respeto al bien común.
Un país en que la buena educación sea sinónimo de buenos ciudadanos, de hombres y mujeres formados en el mejor espíritu cívico y en plenos valores de humanismo y solidaridad los cuales nunca se dobleguen ante el materialismo, el egoísmo y la arrogancia.
Un país que repudia la violencia, la injusticia y la discriminación, en que el odio es desplazado de la convivencia nacional, y en que todos pueden compartir ilusiones en un marco de equidad y progreso.
Un país en que su historia sea ejemplo preclaro en torno a la construcción de la nacionalidad, a la integración de los valores y tradiciones que conforman su diversidad y sentido de Nación.
Un país que ofrezca a cada niño un futuro mejor que el pasado de sus padres, y que desarrolle un espíritu tolerante y de libertad para que cada cual edifique su propio destino en un plano de respeto y oportunidades.
Un país mejor cada vez, que mire sin arrogancia sus propios progresos, que sea plenamente consciente del difícil camino recorrido y de la difícil ruta que le depara el futuro.
Un país de hermanos, verdaderamente unidos por sobre ideologías u origen social o étnico, en que el sino común sea Chile como uno sólo en medio de un difícil medio global.
Un país en que se respete a la cultura y la educación más allá de sus connotaciones formales, por lo que ellas significan para el progreso humano en su forma más digna.
Un país de futuro, en que su principal activo sea la inteligencia y el ser humano pleno y digno que merece vivir en su suelo. ¡Un país en que esto sirva siempre como un recordatorio al iniciarse un nuevo año escolar!