El martes 4 de octubre, Luis Riveros, ex rector de la Universidad de Chile por ocho años y actual Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, dictó una charla titulada “El reto de la educación en el Chile de hoy”, en la cual abordó los desafíos que tiene el país en materia de gestión y financiamiento de la educación pública. En la oportunidad dio una entrevista al destacado medio de comunicación “El Rancagüino”, que salió publicada este viernes 7 de octubre.
“Si el país realmente quiere generar una educación concordante con su ánimo de desarrollo económico, necesita poner recursos y diseñar políticas distintas y nuevas en esta materia”, aseguró el profesor de Historia y Geografía, licenciado en Filosofía y magíster en ciencias económicas.
De esta forma, Riveros indicó que la educación estatal “es la que más ha resultado perjudicada en los últimos 30 años y también, curiosa y contradictoriamente, durante este conflicto que ha durado más de lo que debería. Esto ha tenido por consecuencia un decaimiento en la organización, en el trabajo escolar y en las universidades estatales, por lo tanto el que ha ganado es el sector privado”.
Asimismo, el profesional expuso que hay diversos problemas de largo plazo que “no han sido enfrentados adecuadamente por ninguno de los gobiernos de la Concertación, creo que este Gobierno se encontró con la bomba que explotó, pero habían muchos síntomas antes, de manera que hay que hacer un trabajo intenso para poder corregirlo”.
- ¿Cree que el conflicto no se ha solucionado todavía por culpa del Gobierno o de los estudiantes?
Creo que de ambos, en los conflictos siempre hay esta tendencia a ganar y que el otro pierda todo, pero creo que ambos tienen que ceder para ganar algunos de los puntos más fundamentales. El movimiento estudiantil ha ido cambiando en el curso del conflicto sus perspectivas porque en un comienzo fue calidad y equidad, y después entramos a otros temas como el lucro, la reforma constitucional y el aumento de impuestos, cosas que apuntan a problemas que no están vinculados necesariamente a la agenda educativa. Esto y la desconfianza que tienen los jóvenes de la clase política, llámese Gobierno y Parlamento, han contribuido a prolongar innecesariamente el conflicto. La raíz del problema es absolutamente clara y válida, y el país debería abordarla con mucha más urgencia que lo que las capas directivas piensan.
- ¿Es el lucro el gran problema en este conflicto o se convirtió finalmente en un tema comunicacional?
Creo que se ha instalado como un tema comunicacional, pero el gran problema aquí es calidad. El asunto del lucro es bastante discutible porque todas las instituciones educacionales tratan de producir ganancias para pagar a sus académicos, financiar cosas, entonces, el tema no es el lucro, si no calidad y equidad. La discusión se ha ido alejando de estos problemas centrales y eso es muy lamentable porque prolonga el conflicto y termina en una discusión de temas que no son necesariamente los prioritarios.
- ¿Cómo se puede asegurar la calidad en la educación?
Ahí están las políticas de largo plazo incidiendo, creo que, para partir, hay que mejorar la formación de profesores, hay que cambiar la organización del sistema educativo y los procesos de aprendizaje, ya que los programas en todos los niveles están atrasadísimos, es decir, vivimos con una educación de mediados del siglo XX para niños del siglo XXI. Además, hay poca intensidad en el uso de la tecnología para hacer una educación un poco más productiva, lo que a nivel universitario es decisivo, y creo que estamos muy atrás en esa materia. Siento también que debe haber un sistema más permanente y estable de medición de calidad porque el Simce y la PSU no lo hacen, entonces, necesitamos un proceso que mida e informe efectivamente respecto a la calidad de las instituciones educativas, tal como se hace en la educación superior, sistema que hay que perfeccionar, pero existe.
- Desde su experiencia de rector de la Universidad de Chile, ¿es posible conjugar calidad con educación pública?
Sin duda, la Universidad de Chile es un buen ejemplo. En los últimos ranking internacionales aparece número 9 en América Latina y dentro de las mejores 500 universidades del mundo. Creo que no hay ninguna contradicción en absoluto, por el contrario, en el mundo, las instituciones públicas son las de mayor calidad como es el caso de Brasil, Estados Unidos, Japón, Corea, entre otras.
- Así y todo, aún le falta mucho a la educación en Chile para tener estándares de calidad a nivel mundial…
Sí, creo que nos hemos ido farreando año a año ese esfuerzo con el convencimiento de que sólo el mercado puede lograrlo. Hay buenas políticas de Estado y modelos de los que podemos aprender para tener un sistema desarrollado aceptado, no todas las universidades tienen que ser iguales, pero sería bueno apostar a dos o tres instituciones chilenas que sean de categoría mundial.