R.·.E.·.A.·.A.·.

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

En septiembre de 1875, el Convento Universal del Rito Escocés Antiguo y Aceptado proclamó en Lausana una declaración de principios que constituye su programa oficial en los términos acordados por el Convento:

Art.1º.- La Francmasonería proclama, como lo ha hecho siempre, desde su origen, la existencia de un Principio Creador bajo el nombre de Gran Arquitecto del Universo.

2º.- No impone ningún límite a la investigación de la verdad y exige a todos la tolerancia, a fin de garantizar a todos esa libertad.

3º.- La Francmasonería está, pues, abierta a los hombres de todas las nacionalidades, razas y creencias.

4º.- Prohíbe en sus talleres toda discusión política y religiosa, acogiendo a todo profano cualesquiera sean sus opiniones políticas y religiosas, siempre que sea hombre libre y de buenas costumbres.

5º.- La Francmasonería tiene como fin luchar contra la ignorancia bajo todas sus formas, siendo una escuela mutua cuyo programa se resume así: obedecer las leyes del país de cada uno; vivir honradamente; practicar la justicia; amar a sus semejantes; trabajar sin flaqueza por el bien de la humanidad y en pro de su emancipación progresiva y pacífica.

Ese es el propósito que la Francmasonería de Rito Escocés Antiguo y Aceptado asume y propone que sea asumido por cuantos deseen pertenecer a la familia masónica.

El de la construcción es el oficio cuyo proceso toma la Masonería como referencia simbólica fundamental para la construcción espiritual del hombre. La aspiración realizadora de los constructores se identifica con un proceso iniciático. Las funciones de los utensilios empleados tradicionalmente en la construcción se contemplan como aspectos de la capacidad humana de tratamiento de lo que percibe... La Masonería propone una metodología iniciática de construcción espiritual a partir del perfeccionamiento del ego individual, teniendo la mejora de la especie humana como meta final.

Lo natural era que en la Europa de los siglos XVII y XVIII, en los que las viejas tradiciones de los masones constructores de edificios dieron paso a la aparición e institucionalización de una masonería filosófica, se respetara el importante papel de referencia del simbolismo sintetizado en las escrituras "sagradas" a lo largo de siglos de gestación de la cultura occidental. Ese impulso en búsqueda de lo "esencial" se encuentra tambien en otras manifestaciones del pensamiento y de la acción igualmente integrantes del patrimonio espiritual de la humanidad, sea cual sea su ubicación planetaria. Lo esencial subyace en todos los simbolismos. Los símbolos son capaces de contener y transferir esa riqueza a través del tiempo, poniendo su libre interpretación a disposición de las sucesivas generaciones y de su progresiva evolución.


PROYECCIÓN SOCIAL DEL R.·.E.·.A.·.A.·.

Buscar el sentido del Rito Escocés Antiguo y Aceptado implica analizar su ontología y su capacidad de proyección en la Sociedad contemporánea.

El R.·.E.·.A.·.A.·. armoniza equilibradamente el espiritualismo, el humanismo y la libertad que son las tres columnas que sostienen este método de trabajo masónico. Es un método tradicional iniciático, basado en esos tres elementos, asentados sobre el concepto-sentimiento de fraternidad masónica.

El Rito permite, y este seria su primer sentido, que una alianza de hombres libres trabaje para el progreso espiritual, moral, intelectual y material de la Humanidad. En consecuencia la vocación espiritual del R.·.E.·.A.·.A.·. lleva a un humanismo filantrópico.

Espiritualismo, humanismo, fraternidad y filantropía son, para los masones que practicamos este Rito, conceptos repletos de contenido. Nuestra espiritualidad no nos viene dada graciosamente. A las virtudes masónicas se llega a través del esfuerzo individual y colectivo, utilizando una tradición iniciática y progresiva (el Rito es un método de trabajo) que posibilita una espiritualidad abierta a la libertad, al humanismo, a la igualdad y a una auténtica fraternidad universal entre los hombres.

Cabe decir que el R.·.E.·.A.·.A.·. es tan tradicional como liberal. Un Rito que rompiera con la tradición iniciática o que no proclamase la libertad, y fuese por tanto dogmático, dejaría en ambos casos de ser masónico. El Rito Escocés implica en su ideal una perfecta síntesis entre el humanismo espiritualista de la filosofía tradicional y el humanismo antropológico moderno.

Aunque el mundo profano se esfuerza en enfrentar conceptos como universalidad y diferencia, los masones podemos proclamar que sin respeto a las diferencias el universalismo puede degenerar en totalitarismo y que, sin exigencia de valores universales (es decir sin un horizonte de universalismo), el derecho a la diferencia podría desembocar en enfrentamientos bélicos.

He aquí el sentido de nuestro Rito: en primer lugar, hacer cada día mejores masones aumentando su cualificación intelectual y moral a través de un trabajo riguroso, progresivo, profundo y esencialmente iniciático; y en segundo lugar, que esos hombres más formados y más conscientes impongan, con la fuerza de sus ideas y el ejemplo de su conducta, los principios masónicos en la sociedad profana.

La filosofía que traduce el Rito tiene que hacer notar su mensaje universalista de libertad y tolerancia frente a todo fanatismo, frente al integrismo religioso y frente al racismo xenófobo. Los principios masónicos no deben quedar reducidos a la pura abstracción teórica. Los masones en general y los de Rito escocés en particular no debemos darnos por satisfechos con ver recogidos algunos de nuestros principios en textos legales. Es evidente que los valores deben de ser positivizados para que puedan ser elementos positivos de avance social frente a un reconocimiento puramente nominal de derechos, a menudo vacíos de contenido o interpretados restrictivamente. Frente a la ficción jurídica "nominalista" el masón escocés debe estar alerta. Nuestro Rito no solo contiene grandes fundamentos axiológicos, sino, además, una filosofía práctica que debe cristalizar en el ejercicio de derechos concretos. En el ejercicio y no solo en el reconocimiento.

El "filosofismo" masónico afecta al ámbito interno del masón (introspección de los valores), al ámbito filosófico teórico (exposición de los valores) y al ámbito socio-político (aplicación de esos valores). Como consecuencia de la síntesis de esas tres significaciones cabe decir que el Rito Escocés Antiguo y Aceptado tiene una dimensión social. ¿O acaso la defensa de la soberanía popular, y por tanto del sistema democrático, la abolición de la pena de muerte, la oposición a cualquier despotismo o la proclamación de la libertad de conciencia, libertad de enseñanza y de pensamiento no hay que situarlos en el ámbito de los valores con consecuencias socio-políticas?.

En consecuencia cabria referirse a nuestro Rito también como una filosofía-social positivizable, antecedente histórico de las llamadas ciencias sociales, que supera y trasciende las viejas dicotomías escolásticas; vehículo para el aprendizaje perfectivo del masón y para la transmisión de contenidos intelectuales. Reducirlo a un conjunto de fórmulas ceremoniales supondría una alteración ontológica del mismo. La forma no debe nunca sustituir, y menos excluir al fondo, al pensamiento, al contenido profundo y esencial del Rito.

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