Sin embargo también a finales del siglo XVIII, esa esperanza llamada “La Matritense” seguía existiendo y bajo la dirección del conde de Aranda se constituyó una Obediencia que, si bien es aún motivo de interpretaciones contradictorias, vio la luz en 1780, es decir, unos años después de depender de la Gran Logia de Londres.
Sabemos también donde se reunía la Matritense en ese tiempo, era en el palacio de los duques de Híjar, en la madrileña Carrera de San Jerónimo, frente al Congreso de los Diputados. La logia estaba situada en el sótano del palacio. La Leyenda probablemente cita este lugar como propiedad del conde de Aranda.
Palacio de los duques de Híjar a finales del siglo XVIII (hoy desaparecido), frente al Congreso de los Diputados
No está claro el nombre de esta Obediencia, son varios los datos contradictorios que la denominan Gran Oriente, Gran Logia, o Gran Oriente Nacional.
Entre la documentación que dispone nuestro taller sobre este periodo se incluye un sello en el que se indica: “Ser:. Gr:. Or:. Nacional de España, instalado en 1780” y después “Gr:. Log:. Madre de la Francmasonería Española (1728), indicando así ese sentimiento de sentirse herederos de la primera logia “La Matritense”, y haciendo de este nombre símbolo de su primera logia. Probablemente no podemos asegurar una filiación formal o una herencia simbólica regular.
Pedro Pablo Abarca (1719-1798), X Conde de Aranda
Pero, ¿es posible esto en una España convulsionada por la intolerancia y el rigor de la Inquisición?. “La Matritense” es un símbolo para los hombres que buscan crear una sociedad en donde la Libertad, la fraternidad y la Igualdad habían sido sembradas en sus corazones y por eso sigue existiendo.
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