21 de Marzo 2013, Aniversario del natalicio de Don Benito Pablo Juárez García

21 de Marzo de 2013
M.'.M.'. Fernando Lozano Alcorta
Gran Primer Orador de la M.'.R.'.
Gran Logia del Estado de Nuevo León

Hace 207 años, en 1806, en San Pablo de Guelatao, Oaxaca, nació en el seno de una humilde familia Zapoteca, el que se convertiría en uno de los hombres más importantes de nuestra Nación, me refiero a Don Benito Pablo Juárez García.

Hablar de Juárez es hablar de Ideales, de Compromisos, de Retos, de Entrega, de Lucha, de Dignidad y de Principios. 

A Juárez le tocó vivir en un momento en que en México se gestaba el nacimiento de un nuevo país, más justo, más libre y más igualitario. Un país que quería lo mejor para sus habitantes, donde se soñaba que todos los Mexicanos tuvieran la oportunidad de estudiar, de conocer, de quitarse la venda de la ignorancia. Un país democrático, de oportunidades, que quería que la Justicia fuera igual, para ricos y pobres. Donde el gobierno tomara el control del registro de sus habitantes, donde no hubiera discriminación, por ser indígena o español o por profesar una religión diferente a la que regía y se imponía a todos los habitantes. Un país donde el Laicismo fuera la divisa de armonía entre todos los ciudadanos. Donde el gobierno no impusiera ningún credo, ningún dogma y que igualmente, las religiones respetaran a los ciudadanos y que cada quien, con Libertad, adoptara y viviera su vida y sus creencias, como mejor le conviniera.

 

Según dicen los historiadores, la época en que vivió Juárez, fue la más Liberal en nuestro País. Porque hablar de liberalismo, es hablar de Libertad, Igualdad y Justicia, es creer en la hermandad de todos los que habitamos esta Nación. Es impedir la discriminación por razas, posición social, cultura, sexo o preferencias sexuales. Es vivir en armonía uno con otro, respetándonos y apoyándonos, para lograr el Progreso y la felicidad de los ciudadanos.

Juárez se enfrento a las condiciones más adversas que un gobernante pueda tener en su gestión administrativa. Sufrió persecuciones, ataques, traiciones, usurpaciones, no había recursos en las finanzas públicas, había un gran endeudamiento con potencias extranjeras. El nivel de cultura del país era bastante bajo, con solo un 10% de habitantes que sabían leer y escribir. Donde los hacendados y gente con poder económico, se habían aliado con la Religión dominante, en contra del Pueblo, para seguirlos explotando. Donde el diezmo, el derecho de primicia y los impuestos, eran obligatorios para todos los ciudadanos y la potestad sobre vidas y haciendas con que gozaban algunos poderosos, sacrificaba el bienestar de los mexicanos, impidiéndoles progresar y tener una vida digna, como seres humanos.

En la época de Juárez, hubo muchos ciudadanos comprometidos con los ideales Liberales, que lucharon junto a él, para lograr que las Leyes de Reforma se instrumentaran en nuestro país. Recordamos al Gral. Mariano Escobedo, el Gral. Ignacio Zaragoza, a Don Sebastián Lerdo de Tejada, a Don Ignacio Ramírez entre muchos otros. Hubo guerra para lograr que el bien triunfara y hasta este momento seguimos amenazados de volver a esa época oscurantista. 

 

Los liberales de hoy, no podemos bajar la guardia ante el embate ideológico, que amenaza en convertir a nuestro país en el estado confesional en que vivió, después de la guerra de independencia y hasta la aplicación de las Leyes de Reforma. Esas fuerzas oscuras, que se dicen poseedoras de la verdad Absoluta, siguen insistiendo en que la educación que se imparta en las escuelas públicas o privadas, sea confesional. Que los funcionarios públicos practiquen y prediquen sus ideales religiosos en sus centros de trabajo, lo que provocaría discriminación y separación entre los que habitamos esta gran Nación. Hoy más que nunca en la época moderna, el laicismo de que gozamos, está seriamente amenazado.

Si Juárez sacrificó su vida y su estabilidad familiar, por defender a nuestra Nación de los extranjeros, usurpadores del poder y de las fuerzas retrógradas de nuestro país, a nosotros no nos queda más que cumplir con nuestro compromiso en el momento que nos toca vivir. 

Defendamos nuestro Ideales, nuestros principios y la Libertad de que todos debemos gozar, para seguir teniendo un país soberano, que se distinga en el concierto de las Naciones por su Dignidad, Estabilidad y Justicia.

El mejor homenaje que podemos hacerle a Don Benito Pablo Juárez García, es seguir luchando, día a día, por esos ideales que le dieron sentido a su vida y que lo inmortalizó como el Benemérito de las Américas.

 

M.'.M.'. Fernando Lozano Alcorta

Gran Primer Orador de la M.'.R.'.

Gran Logia del Estado de 

Nuevo León