De quién depende la Iniciación

By on mayo 29, 2016

Aproximación a la idea de trascendencia

del ser humano

 

A quienes nos parece una buena senda la Masonería egipcia nos respalda la historia y muchas informaciones de carácter arqueológico que han venido a fortalecer tal perspectiva. Pero las cosas no están puestas de manera tan sencilla como para poder comprender de dónde viene la Tradición Iniciática y en qué lugares o agrupaciones de carácter masónico, o no masónico, se puede hallar a buenos Maestros que realmente alberguen la sabiduría necesaria para que los aspirantes tengan la oportunidad de avanzar.

Hay una oferta impresionante de escuelas de pensamiento en este tiempo de la explosión de la información y ya ningún lugar está lejos. Sin embargo, las iniciaciones en diferentes escuelas siguen sustentando que es indispensable la presencia de las personas, de tal forma que hay la necesidad de los rituales para que se haga la transmisión de información vital, tanto del conocimiento, como de la simbología y que tengan un efecto real en la transformación del individuo.

Se enuncia que quienes han tenido la fortuna de encontrar la Logia o la agrupación que trabaje con estructuras de pensamiento y cuerpos de conocimiento verdaderamente iniciáticos, pueden hoy decir que no hay tanta gente interesada en estos temas.

Diferimos en este punto. El hecho de que no sea fácil encontrar una estructura masónica como el Soberano Santuario Internacional de la Orden del Rito Antiguo y Primitivo de Menfis –Mizraim, obedece más a que no es una organización que desee hacerse publicidad por los medios de comunicación hoy disponibles. Sin embargo, hace presencia, pero no divulga su conocimiento, tan sólo algunos tips que pueden ser conocidos por la comunidad en general.

Se hace así porque sí contiene nuestra organización y sus Logias en todos los lugares en que se encuentra físicamente presente, numerosos cuerpos de conocimiento que sólo se pueden asumir y desarrollar con una actitud especial frente a todo ello y con plena presencialidad.

Sin embargo, nuestras observaciones nos indican que hay una explosión no sólo de información, sino una nueva perspectiva en la que cada vez más grandes porciones de la humanidad están trabajando en la construcción de nuevos paradigmas para ver la relación del hombre con la divinidad. Hoy no es tan claro que los dogmas religiosos copen la profunda inquietud que le surge a cada vez más personas.

La humanidad se hace consciente de los grandes vacíos que contienen las grandes religiones desde la perspectiva plana de la práctica religiosa como tal. Esa modificación de pensamiento crece día a día y produce que haya nuevas formas de acercamiento a la idea de lo divino, desde distintas prácticas diferentes a lo religioso. 

Diríamos que es un proceso de maduración que conduce a la gente a pensar que hay muchas más cosas en su interioridad personal de las que dice su pastor, su imán o su sacerdote. Es comparable con la salida de Adán del paraíso en donde era un ser totalmente inocente e ignorante de su individualidad.

En esa perspectiva es que la Masonería egipcia tiene algunas cosas para decir a todos sin que medie la incorporación a una Logia o a cualquier cuerpo místico. Pasamos a hacer un descripción más o menos detallada de algunas ideas que realmente no comprometen a toda nuestra Masonería, pero que sí sustentamos desde nuestra querida y Resp:. Log:. Horus No. 1.

Una visión de la trascendencia

Entremos en materia para luego “salir de ella”.

Pensamos nosotros que somos en nuestra sociedad instrumentos de lo Alto para encarnar la Luz de Egipto, entendida ésta como la posibilidad de vivenciar una forma de vida ilustrada, esclarecida por el conocimiento que prodiga, en particular, porque tiene muchas opciones y formas de entregar el camino Iniciático evitando a toda costa el sentido mercachifle que desgraciadamente animan a muchas organizaciones pseudo iniciáticas.

Una vez enunciado lo anterior, sí se nos está permitido manifestar públicamente que las verdaderas estructuras y organizaciones Iniciáticas que trabajan en nuestro perfil de cosas, desde hace mucho tiempo han llegado a la conclusión de que realmente somos instrumentos del Sublime Arquitecto de los Mundos (GADU, Dios o como se le quiera llamar) y que no es el sentido egocéntrico lo que nos anima. Pensamos igual en extensión, de toda la humanidad, aunque ella no sea del todo consciente de ello.

Es más, podemos decir igualmente que la Iniciación Masónica y otras iniciaciones que contienen un poder real de transformación del ser humano, vienen de lo Alto y que quienes son concitados a trabajar en ello son conducidos por fuerzas de la naturaleza que se desarrollan en los iniciados para que haya nuevos mundos trascendentes en su interior.

La más hermosa comprensión de todas es que hay la certeza de que las más grandes Iniciaciones que puede recibir una persona no dependen de ella, como tampoco depende de ese individuo lo que haga con ellas.

Nos explicamos. El centro de las cosas está en que este universo es una creación del Ser Primigenio (o como lo queramos llamar, Dios, Alá, GADU, etc.) y es Su asunto todo lo que ocurre en su creación. Los seres humanos pensamos que muchas temas dependen de nosotros, pero en el fondo de todo está en que ese Ser Primigenio hace lo que desea en los escenarios que crea.

Una idea de verdad muy bella surge de que jamás hemos salido del seno de ese Ser Primigenio (nos sea claro o no cuya aceptación o negación no cambia para nada esta realidad). Incluso, a este Ser Primigenio no le preocupan los ateos o las aparentes locuras de quienes promueven las guerras o el fin del ecosistema como lo conocemos. Somos tan sólo ideas peregrinas de ese Ser y vamos y venimos en los vaivenes y en las corrientes que las leyes universales y este Ser nos impone.

Así las cosas, las Iniciaciones no son en el fondo nuestro problema porque los seres humanos no hacemos mucho (más bien nada). Somos conducidos en medio de las tinieblas a la Luz y en ese trance cada vez somos menos individualistas y egoístas para ir hacia el TODO, o sea, hacia ese Ser Primigenio sin salir de él jamás. Y eso ocurre porque así lo desea ese Ser. Todo esfuerzo humano le pertenece, aunque el ego diga que es un esfuerzo individual.

Esto quiere decir que el mundo es tan perfecto como debe ser y que la evolución con todo y los aparentes problemas que tiene la humanidad, no son problema de nadie en especial. Somos parte de un gran drama universal cuyo libreto ha sido determinado por la Luz Primigenia sin que podamos escribir una letra en el mismo.

Y no es problema nuestro porque jamás nadie ha hecho algo, porque si somos conscientes de algún camino Iniciático, en él ya se nos habrá dicho que el ego es una construcción de este plano espacio – tiempo cuya única función es permitir que el drama humano pueda existir con este mundo ilusorio (conocido como “maya”).

Nos explicamos: quiere decir que sin ego no habría curso de ninguna circunstancia y los seres humanos no desarrollaríamos ninguna actividad porque simplemente no tendríamos la consciencia de ninguna existencia. La principal función del ego es parodiar la idea de que hay individualidad cuando ésta no existe y permitir la idea de la individualidad la cual en el fondo jamás ha existido.

Ahora viene lo interesante: volver al Ser Primigenio, vivir eternamente en su seno, es algo que ya hemos hecho SIEMPRE, pero nos entretenemos todos los seres humanos en intentar que ese Ser Interno (una chispa de ese Ser Primigenio) se manifieste en nosotros, cuando eso pasa cada segundo del día (aunque eso no resulte claro). A esa confusión o fenómeno se le llama “el buscador”. O sea, quien busca en su interior es porque él es buscado también. Hay un título de un buen libro que es “El buscador es lo buscado” de Ramesh Balsekar. Con eso se explica este punto de alguna manera y podemos comprender que el Ser Primigenio nos pone un papel que Él mismo desarrolla en sí mismo.

El Kibalyón dice que todo es mente en la primera Ley Cósmica que enuncia. Como se puede ver, no nos salimos de ese enunciado en este artículo. Todo Es en la mente de un “Alguien”.

Esto quiere decir que cada ser humano es un instrumento, idea o elemento que la Luz Primigenia estaría usando presuntamente para explorar sus propias opciones en este plano, tal como lo hace en los demás planos de la existencia. Se conoce a sí mismo y prueba todas sus probabilidades, tal como hace un niño pequeño con todo lo que entra en contacto con él.

Cada ser humano es un experimento de este Ser Primigenio, al cual no podemos escapar como “egos”. Pero quien supera en sí mismo a su propio ego, puede comprender que todo marcha como debe marchar y no hay nada qué cambiar. Es más, la superación del ego no se da por voluntad propia. Sea claro o no, todo es tan perfecto como puede ser y ni una brizna se mueve si la voluntad del TODO no interviene.

La historia de la humanidad es tan buena ahora como lo fue en Egipto antiguo o hace cien años: el Ser Primigenio hace en su creación lo que desee y es el ego el que califica de bueno o malo lo que existe manifestando así su existencia individual (cuando no hay ego, ya no hay nada individual).

El conocido principio Martinista de la Reintegración es una forma iniciática provista y acompañada de rituales (tal como puede presentarse paralelamente en diversas formas rituales de la Masonería) para superar la fase egoíca de ser para ir hacia el mar de la infinitud y reconocer que la vida eterna sí existe, pero no en el escenario del ego humano. Éste tan sólo es un artilugio creado por el mismo Ser Primigenio con funciones particulares en su propia obra porque en la realidad más trascendente tan sólo existe un solo Ser.

Es decir, el ego es necesario de varias formas. Sólo cambia la percepción que se tenga de él desde donde se mire, pero todos tienen uno, a excepción del iluminado, que no es individualidad.

O sea, la creación es sólo problema del Ser Primigenio y cada ser humano debe comprender (y si no lo comprende, no hay dificultad alguna para la existencia propia o ajena) que todo es como debe ser, tan perfecto como debe ser y que no hay probabilidades de que las cosas cambien si el Ser no lo quiere así.

Otro aspecto muy relevante de lo que tratamos aquí es que en las más antiguas Tradiciones se ha dicho ya desde hace mucho tiempo, que la esencia del Ser Primigenio está desprovista de toda individualidad de tal forma que quien trasciende su ego en términos reales, deja ser de forma individual para integrarse al TODO.

Así las cosas, los sistemas Iniciáticos se han creado para conocer estas realidades y sobre todo, para mitigar las tormentas que el ego produce porque obedece a leyes inferiores de la naturaleza. El ser humano sufre con mayor o menor intensidad en la medida en que se rija por leyes de diferente clase y de acuerdo a cómo su psicología esté configurada. Las vivencias por la que debe pasar un ser humano son impuestas, son predeterminadas por la Luz Primigenia en sus procesos de experimentación propia.

Concluyamos: en realidad sólo existe el UNO sin que ostente el concepto de UNO. O sea, es el TODO, pero no es una consciencia individual de ser. La realidad es que un “alguien” sólo existe por el ego, el cual es también una creación del UNO para que su drama cósmico ocurra.

Otra conclusión importante es que los sistemas iniciáticos existen porque el UNO así lo desea. Los grandes iniciados de los misterios que pasaron por Iniciaciones primarias o de las Altas Iniciaciones, llegan allí con o sin ego a bordo. Muchos llegan con egos bastante más insuflados por el tema de los grados y la ritualística, lo cual deja ver que no han aprendido nada o muy poco. Otros, a los cuales sí podemos llamar Grandes Iniciados, son aquellos en quienes el ego ha muerto de tal forma que puede cumplirse en forma cabal la alegoría de la pluma de Maat en el Juicio de Osiris. O sea, el iniciado de verdad ha muerto porque ya no tiene ego y es un ser ligero e integrado como chispa divina al Ser Primigenio con una consciencia, o realización, que ya es un asunto de esa persona con su divinidad y que sólo ella podría describir, si es que ello pudiera ser descriptible.

Y la conclusión que más nos puede agradar: el universo, el mundo y todo lo que existe es una creación del UNO y todo problema que ocurra en esa creación es Su propio problema. No hay nada qué cambiar, no hay nada qué hacer porque al final, se hace todo lo que en Él se quiere que se haga. NO tenemos el libreto de lo que sigue porque NO SOMOS sus escritores.

Lo último, es decir que quienes hayan logrado ingresar a un círculo iniciático como la Masonería egipcia, tienen grandes probabilidades de comprender todo lo anterior y bucear en profundidad en todas las escuelas iniciáticas para encontrar una y otra vez que su inquietud se produce porque el Ser Primigenio así lo quiere y que su carrera iniciática sólo ocurre sin que la propia voluntad intervenga. Sólo existe la voluntad divina porque somos parte del TODO, aunque esto sea claro o no y se hace lo que Él quiere, haya o no comprensión de esto.

¡NADIE JAMÁS SE HA ILUMINADO PORQUE EL EGO NUNCA SE HA ILUMINADO NI SE PODRÁ ILUMINAR JAMÁS!