Prefacio

By on mayo 29, 2016

Por Jean-Pierre GIUDICELLI de CRESSAC BACHÉLÉRIE

M.S.H. Michel GAUDART de SOULAGES, estas líneas fraternales que siguen son para felicitarte por emprender esta aventura que busca «unir aquello que está disperso».

«Allí donde existe una Voluntad, existe un Camino». (Guillermo d’ORANGE)

El Serenísimo Gran Hierofante del Rito Antiguo y Primitivo de Menfis-Mizraim me ha hecho un gran honor al solicitarme la participación en este Simposio; y como se que reunir a los miembros de estos Ritos Egipcios implica, necesariamente, aportar alguna noción que sea propia de una Orden Iniciática, intentaré explicar alguna de las cosas que he seguido de manera incondicional desde hace bastantes años.

Uno de los primeros elementos a tener en cuenta, ya fue desarrollado por el hermano Gustav MEYRINCK en su obra El rostro verde (1916), es el siguiente: «No hay un hecho más evidente para el hombre que el de estar despierto; pero, en realidad, es el cautivo de una pesadilla, de un trance que él mismo se ha construido a su medida».

Ciertamente, estar despierto lo es todo. ¡Hay que mantenerse despierto en todo lo que hagas! Pero no creo que lo estés. No. Tú duermes, tú sueñas…

Por consiguiente, la primera fase de este trabajo consiste en romper con ese estado de trance no deseado, para recuperar el estado objetivo o el satori (término japonés que designa la iluminación en el Budismo-Zen), según los casos. Volvamos al iniciado MEYRINCK: «Convertirse en Maestro de sus pensamientos es un método tan viejo como el Mundo para, realmente, convertirse en un Superhombre». Esta fase es fundamental, pues permite alcanzar la otra orilla.

La Logia debe ser el instrumento para la conquista del instante presente, que asumimos bajo la noción de Eje. «Es Mediodía, es Medianoche», la «Cámara del Medio», etc., o los rítmicos golpes de Mallete que reclaman nuestro regreso al instante.

Este proceso es extremadamente difícil, pues muchas veces se intenta y pocas veces de consigue, vencidos por nuestros pensamientos y nuestras emociones en este Mental que fluctúa sin cesar desde el pasado hacia el futuro; y viceversa.

Mantenerse en ese preciso «instante» implica cumplir con una serie de condiciones:

—Tener consciencia del cuerpo físico.

—Tener percepción visual.

—Tener percepción auditiva.

—Tener consciencia del propio discurso interior (discernir la mejor proyección de uno mismo).

—Tener consciencia de los gestos y de las palabras.

De esta manera, el practicante se construye una reintegración progresiva de lo que denominamos

«el aquí» y «el presente»; siendo consciente de que esa deberá ser la actitud a mantener en los momentos de crisis graves y en cualquier acción, pero esto no implica que prefijemos el modo de actuar.

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La etapa final de este proceso, que no debería alcanzarse hasta que nuestro espejo del Mental no haya sido convenientemente pulido, consiste en acercar, a través de la Teúrgia, su propia naturaleza celeste, que es el Sol de los Filósofos o Cuerpo Solar; el cual, no puede aparecer si el Mercurio (Mental) y la Luna (vinculada a las Emociones) no son detenidos y concentrados por la acción vivificante y permanente del Eterno Presente.

Este Cuerpo, también llamado Ángel de Luz, puede abrir las puertas de la Sabiduría si el Iniciado es honesto y ha consumido una buena parte de su Karma. En todo caso, es necesario conocer la visión simultánea del Guerrero y del Sacerdote, tal como se practicó en el antiguo Taoísmo; lo cual, no deja de ser forma muy alejada de la visión aburguesada del mundo actual, tan de moda en nuestras Obediencias.

Es evidente que el camino a seguir es aquel que ya iniciaron los Viajeros Inmortales, conocidos por los antiguos Hermanos de la Rosa Roja y de la Cruz de Oro; tal como precisa Gérard HEYM:

«Los Rosa+Cruz se dedicaron, principalmente, a la consecución del objetivo verdadero y último de la Alquimia y de la Organización Rosacruz: la inmortalidad individual obtenida desde aquí abajo (desde el Mundo de la Mortalidad y de la Acción). Por ese motivo, aquellos seguían las antiguas Tradiciones que habían sido ocultas en los textos egipcios y en los libros taoístas». Uno de los ejemplos más notables, fue el que experimentó el consejero Johannes Friedrich SCHMIDT, muerto en 1761; quien dijo haber resurgido en un Cuerpo de Luz tras su fallecimiento.

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Como saben los Hermanos aventajados, la «Vía Interna» sólo utiliza las sustancias corporales, particularmente el Tigre y el Dragón, que permanecen encadenadas en un proceso rotativo hasta que el Ibis inicia su vuelo.

Por el contrario, las «Vías Externas» parten de las sustancias exteriores, que también pretenden entrar en rotación; aunque, esta vez, movidas por un Fuego Sagrado de naturaleza exterior; que se manifiestan para ser vividas.

Es necesario prevenir a los Masones audaces de que este proceso y los estados superiores de conciencia que provoca, pueden conducir a experiencias poco compatibles con el estado de normalidad consciente del ser humano; es decir, que dirige hacia encuentros  extraordinarios. Pero si un grupo de Caballeros pudiesen iniciar este proceso, a buen seguro que los Ritos Egipcios habrían cumplido con su finalidad.

He dicho.

HIC ET NUNC (Aquí y Ahora)

¡A todos los hombres de buena voluntad!

Jean-Pierre GIUDICELLI de CRESSAC BACHÉLÉRIE

Pasado Conservador del Rito de Menfis y Mizraim

Pasado Gran Maestro del Rito de Mizraim AA (Arcana Arcanorum)

Pasado miembro de la Logia de Amón de la Gran Orden de Osiris (Grand Ordre Osirien).

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