Archive for 30 julio, 2013

“Oración a Dios” (Voltaire)

(Voltaire, Tratado de la Tolerancia, cap. XXIII)

voltaire masoneríaNo me dirijo a los hombres. Me dirijo a Ti, Dios de todos los seres, de todos los mundos, de todos los tiempos; si es permitido a débiles criaturas, perdidas en la inmensidad e imperceptibles para el resto del universo, atreverse a pedirte algo, a Ti, que todo lo has dado, a Ti, cuyos decretos son inmutables y eternos. Dígnate mirar con piedad los errores de nuestra naturaleza; que esos errores no sean calamidades. No nos has dado el corazón para aborrecernos y las manos para degollarnos. Haz que nos ayudemos mudamente a soportar el fardo de una vida penosa y fugaz; que las pequeñas diferencias entre los trajes que cubren nuestros débiles cuerpos, entre nuestros insuficientes lenguajes, entre nuestros ridículos usos, entre nuestras imperfectas leyes, entre nuestras insensatas opiniones, entre nuestras condiciones tan desproporcionadas a nuestros ojos y tan iguales ante Ti, que todos esos pequeños matices, en fin, que distinguen a los átomos llamados hombres, no sean señal de odio y persecución; que los que encienden cirios en pleno mediodía para celebrarte soporten a los que se contentan con la luz de tu sol; que los que cubren su traje con tela blanca para decir que hay que amarte, no detesten a los que dicen lo mismo bajo una capa de lana negra; que sea igual adorarte en una jerga formada de antigua lengua, que en una jerga recién formada; que aquellos cuyo traje está teñido de rojo o morado, que dominan una partícula de un montoncito del barro de este mundo y que poseen algunos redondeados fragmentos de metal, gocen sin orgullo de lo que llaman grandeza y riqueza, y que los demás lo vean sin envidia; porque Tú sabes que no hay en esas vanidades nada que envidiar ni de qué enorgullecerse.

¡Ojalá que todos los hombres recuerden que son hermanos! ¡Que abominen de la tiranía ejercida sobre las almas, como execran el bandidaje que arrebata por la fuerza el fruto del trabajo y la industria pacífica! Si los azotes de la guerra son inevitables, no nos aborrezcamos, no nos destrocemos unos a otros en tiempos de paz, y empleemos el instante de nuestra existencia en bendecir en mil lenguas diversas, desde Siam a California, tu bondad que nos concedió ese instante.

Share Button

Reconocimiento social de la condición de Masón

El Gran Maestro de la Gran Logia de España habla sobre la necesidad de que la sociedad española reconozca la condición de Masón

Share Button

Masonería y Movimiento Obrero

masonería y movimiento obreroPor primera vez en la historiografía, se teoriza en este trabajo sobre las influencias, concurrencias e interrelaciones de índole emblemática e ideológica que existieron entre estas dos culturas políticas: la francmasonería y el obrerismo. Para ello el autor, partiendo de un cuestionario de trabajo preliminar, intenta darle respuesta a éste, desarrollando un reflexivo discurso en torno a los probables orígenes causales de aquellas diferentes adecuaciones o asimilaciones iconográficas e ideológicas habidas entre estas dos culturas políticas, como: la acción filantrópica y de cohesión social llevada a cabo por la masonería con respecto al proletariado; la influencia que, en el movimiento obrero, ha tenido el constructo “masón=revolucionario”; y la tradición revolucionaria burguesa o liberal, recogida también por el obrerismo, de apropiarse de la iconografía y algunos rituales masónicos para proyectar “instrumentalmente” sus categorías ideológicas.

Apuntes preliminares

Antes de comenzar a desarrollar estas reflexiones sobre un tema históricamente tan difícil de constatar, calibrar y valorar y, por otro lado, tan problemático para mí a la hora de pergeñar sobre él una tejida malla teórica con trama y urdimbre lo suficientemente apretadas, permítaseme iniciar este discurso con un brevísimo circunloquio “agulhonianamente” egohistórico sobre el tema en cuestión.

En realidad, llevo más de dos décadas detrás de la realización de un ensayo introductorio como el que a continuación ofrezco al lector. Desde que comencé esta masonológica línea de investigación histórica hace ahora veinticinco años y debido a las -para mí siempre llamativas- coincidencias que encontré entre la iconografía de la A.I.T., el criterio libertario y la masonería, comencé a modelar un personal y deductivo constructo teórico, sobre este tema, en torno al encuentro de dos culturas políticas de tanta trascendencia en la historia contemporánea universal, y del cual, por cierto, no encontraba en todos los catálogos bibliográficos que consultaba ninguna pequeña referencia y, obviamente, ninguna monografía que se hubiese ocupado de él; es decir, que, historiográficamente, ningún investigador se había interesado por aquello que yo, cada vez con más fuerza, veía tan ostentosamente claro.

Si durante aquellos primeros años del decenio de los ochenta, no me atreví a llevar a cabo la correspondiente tarea de abordar esta cuestión con la suficiente determinación fue, primero, por realizar la correspondiente autocrítica y saberme no preparado todavía al carecer de la correspondiente madurez intelectual para poder desarrollar una reflexión teórica de esa envergadura y, segundo, por esa inexistente presencia de precedentes historiográficos recientes -y, por ello, asequibles- que abordasen, directa y generalmente, esta interesante línea de investigación. Read more

Share Button

El comunismo contra la Masonería

comunismo y masoneríaA la vigorosa y constante lucha antimasónica librada por la Iglesia católica y las derechas tradicionalistas, hay que añadir la antimasonería de los movimientos anárquico, socialista y comunista.

Especialmente nos fijaremos aquí en el elemento comunista, analizando los  primeros congresos de la Internacional Comunista:

La Internacional Comunista y el preliminar antimasónico del partido socialista italiano.

Hay que esperar hasta 1917, fecha de la revolución bolchevique, y sobre todo hasta 1919, con la creación de la Internacional Comunista, para hablar de un movimiento comunista organizado. En marzo de 1919, precedida por un documento de León Trotski titulado Sobre el congreso de la Internacional Comunista, nacía en Moscú la IIIª Internacional, más conocida como Internacional Comunista.

En el primer Congreso, que tuvo lugar en Moscú del 2 al 14 de marzo de 1919, no se tocó el tema de la masonería. Pero ya en el segundo, que comenzó en Petrogrado el 17 de julio de 1920 y prosiguió en Moscú del 23 de julio al 7 de agosto, la delegación del Partido Socialista Italiano (PSI) planteó oficialmente el problema, que venía siendo uno de los caballos de batalla desde su congreso de Ancona (1914).

Intuyendo, pues, que la cuestión masónica se pasaría probablemente por alto, Antonio Graziadei, miembro de la delegación italiana y futuro dirigente del Partido Comunista de Italia, insistió para que ese punto se incluyera entre las condiciones de admisión que: «Todo partido que quiera adherirse a la Internacional Comunista no deberá permitir en ningún caso que sus miembros pertenezcan a la secta de los masones. Éstos constituyen efectivamente, en diversos países, organizaciones políticas que, a través de su concepción abstracta, formal y burguesa de las relaciones sociales, defienden los intereses del sistema de la pequeña burguesía nacional e internacional… Basta con una simple ojeada a los escritos masónicos para motivar mi petición. Se trata de una organización política que ambiciona llegar al poder mediante la conquista y el conservadurismo… La doctrina en que se base es el polo opuesto de las teorías marxistas-socialistas. Aspira a ocultar las diferencias nacionales y de clase bajo una teoría abstracta y formalista de la razón. Es además una organización secreta y los camaradas que son miembros de la masonería pueden llegar a controlarnos sin que exista por nuestra parte ninguna posibilidad de control de su organización». Read more

Share Button

El Rito Francés y el origen ritual de la Francmasonería

masonería: rito francés

La Francmasonería se implanta en Francia sobre 1725 traída por los emigrantes británicos que huían de las persecuciones políticas y religiosas. En París, éstos son a menudo de origen noble y vienen, por lo general, de Londres. Traen con ellos el ritual que emplean los masones ingleses en esta época, se trata del ritual de la Primera Gran Logia masónica creada en 1717. Es pues la traducción en lengua francesa del ritual llamado de los “Modernos“, aquel que practican los masones que junto a James Anderson crearon la Primera Gran Logia, el que se difundirá en Francia durante el siglo XVIII. Éste es por otra parte el único ritual conocido para los grados de la masonería simbólica en sus orígenes y que será llamado más tarde Rito francés.

Durante la segunda mitad del siglo XVIII se produjo en Francia una eclosión de nuevos sistemas y grados masónicos. Cuando en 1773, la profunda reorganización de la Primera Gran Logia francesa acaba con su transformación en el Gran Oriente de Francia, ésta tuvo que referirse también a la cuestión de los rituales.

Ya desde su segunda asamblea, el 27 de diciembre de 1773, el Gran Oriente de Francia estableció una Comisión encargada del estudio de los rituales que venían empleándose por las Logias, con el objeto de salvaguardar la regularidad de los mismos. Este trabajo culminará con la votación en los años 1780 y la posterior impresión en 1801 de los cuadernos de los tres grados simbólicos bajo el título de Regulador del Masón. Read more

Share Button

Mitos, misterios y símbolos iniciáticos

Mitos, misterios y símbolos iniciáticos

Los mitos son relatos simbólicos, lo mismo que las «parábolas», que, en el fondo, no difieren de ellos esencialmente. No carece de interés destacar que lo que se llama en la Masonería las «leyendas» de los diferentes grados entra en esta definición de los mitos, y que la «puesta en acción» de estas «leyendas» muestra bien que ellas están verdaderamente incorporadas a los ritos mismos, de los que es absolutamente imposible separarlas.

     La palabra griega muthos, «mito», viene de la raíz mu, y ésta (que se encuentra también en el latín mutus, mudo) representa la boca cerrada, y por consiguiente, el silencio; éste es el sentido del verbo muein, cerrar la boca, callarse (y, por extensión, llega a significar también cerrar los ojos, en sentido propio y figurado); el examen de algunos de los derivados de este verbo es particularmente instructivo. Así, de muô (en infinitivo muein) se derivan inmediatamente otros dos verbos; muaô mueô. El primero tiene las mismas acepciones que muô, y es menester agregarles otro derivado, mullô, que significa cerrar los labios, y también, murmurar sin abrir la boca. Por lo demás, el latín murmur no es más que la raíz mu prolongada por la letra r y repetida dos veces, de manera que representa un ruido sordo y continuo producido con la boca cerrada. En cuanto a mueô, y esto es lo más importante, significa iniciar (a los «misterios», cuyo nombre está sacado también de la misma raíz y precisamente por la intermediación de mueô y mustês), y, por consiguiente, a la vez instruir (pero primeramente instruir sin palabras, así como era efectivamente en los misterios) y consagrar; deberíamos decir incluso en primer lugar consagrar, si se entiende por «consagración», como debe hacerse normalmente, la transmisión de una influencia espiritual, o el rito por el que ésta se transmite regularmente. Read more

Share Button

Masonería y Krausismo

kKause y la masonería¿Qué interés llevó a Krause a hacerse masón? ¿Qué interés lo llevó a entregarse a la investigación histórica y a la reforma de la masonería? Se ha señalado la coincidencia de Masonería e Ilustración en la defensa y propagación de los grandes ideales humanistas de la época. Krause es un filósofo que ha barruntado que la Hermandad masónica constituye la única institución histórica que tiene como finalidad y razón de ser el cultivo en el hombre de su pura y completa humanidad, a diferencia de otras instituciones muy buenas y necesarias, a cuya cabeza van la Iglesia y el Estado, pero cuyas finalidades de formación humana son sólo parciales.

Krause sospechaba que “en los Misterios de los antiguos y en la Hermandad masónica podrían encontrarse comienzos (históricos) de aquella Asociación puramente humanística”. Así, en 1809 publica Cuatro discursos masónicos y en 1810 edita la traducción alemana de la Historia de la Masonería de Lawrie, con un Prefacio y Comentarios suyos al texto, así como el primer tomo de su obra monumental Los tres documentos mas antiguos de la Hermandad masónica. Ya en 1811, aparece la Interpretación de los símbolos fundamentales de la masonería auténticamente transmitidos. 12 discursos en logia. En 1810 publica la Idea de la Humanidad como un Todo Social. Para todos aquellos que participan en los problemas más importantes de la Humanidad, especialmente para masones y en 1811, el Diario de la vida de la Humanidad y la obra, tan importante para el Krausismo español, El ideal de la humanidad. Un ensayo. Preferentemente para masones. En su obra Los tres documentos más antiguos de la Hermandad masónica Krause pone ya claramente los fundamentos de lo que podríamos denominar una «filosofía masónica de la sociedad y de la historia». Pero su desarrollo lo realiza sobre todo en dos obras que va escribiendo entre 1808 y 1811. Una de ellas, que no llegó a terminar y de la que solo pudo publicar aproximadamente una cuarta parte, tenía originariamente el significativo título: Informe franco y verdadero sobre la esencia y la naturaleza de la masonería y de la Hermandad masónica, y sobre su relación con el Estado, con la Iglesia y con la Humanidad y dedicado a todos los hombres buenos por un fiel masón en el año 1809. Krause cambió pronto este título por el más corto de La Alianza de la Humanidad y la Hermandad masónica. La otra obra, publicada en 1811, tiene por título El Ideal de la Humanidad. Un ensayo, apareciendo en la portada, debajo del título, «preferentemente para masones». Este libro se convertiría en el más popular de Krause. Read more

Share Button

Masonería: la finalidad del simbolismo

Maspnería y simbolismoDe modo general, la forma del lenguaje es analítica, “discursiva”, como la razón humana de la cual constituye el instrumento propio y cuyo decurso el lenguaje sigue o reproduce lo más exactamente posible; al contrario, el simbolismo propiamente dicho es esencialmente sintético, y por eso mismo “intuitivo” en cierta manera, lo que lo hace más apto que el lenguaje para servir de punto de apoyo a la “intuición intelectual”, que está por encima de la razón, y que ha de cuidarse no confundir con esa intuición inferior a la cual apelan diversos filósofos contemporáneos. Por consiguiente, el simbolismo sintético abre posibilidades de concepción verdaderamente ilimitadas, mientras que el lenguaje, de significaciones más definidas y fijadas, pone siempre al entendimiento límites más o menos estrechos.

Así, las verdades más altas, que no serían en modo alguno comunicables o transmisibles por ningún otro medio, se hacen tales hasta cierto punto cuando están, si puede decirse, incorporadas en símbolos que sin duda las disimularán para muchos, pero que las manifestarán en todo su resplandor a los ojos de los que saben ver.

¿Vale decir que el empleo del simbolismo sea una necesidad? Aquí es preciso establecer una distinción en sí y de manera absoluta; ninguna forma exterior es necesaria. Todas son igualmente contingentes y accidentales con respecto a lo que expresan o representan. Una figura cualquiera, por ejemplo una estatua que simbolice tal o cual aspecto de la Divinidad, no debe considerarse sino como un “soporte”, un punto de apoyo para la meditación; es, pues, un simple “auxiliar” y nada más. Un texto védico da a este respecto una comparación que aclara perfectamente este papel de los símbolos y de las formas exteriores en general: tales formas son como el caballo que permite a un hombre realizar un viaje con más rapidez y mucho menos esfuerzo que si debiera hacerlo por sus propios medios. Sin duda, si ese hombre no tuviese caballo a su disposición, podría pese a todo alcanzar su meta, pero ¡con cuánta mayor dificultad! Si puede servirse de un caballo, haría muy mal en negarse a ello so pretexto de que es más digno de él no recurrir a ayuda alguna: ¿no es precisamente así como actúan los detractores del simbolismo? Y aun, si el viaje es largo y penoso, aunque nunca haya una imposibilidad absoluta de realizarlo a pie, puede existir una verdadera imposibilidad práctica de llevarlo a cabo. Así ocurre con los ritos y símbolos: no son necesarios con necesidad absoluta, pero lo son en cierto modo por una necesidad de conveniencia, en vista de las condiciones de la naturaleza humana (Santo Tomás de Aquino, Summa Theol., III, q. 1, a. 2, respondeo). Read more

Share Button

Estados Unidos: 4 de julio y masonería

George Washington y la simbología masónica.

Las logias masónicas de las trece colonias norteamericanas, New Hampshire, Massachusetts, Rhode Island, Connecticut, New York, New Jersey, Pensilvania, Delaware, Maryland, Virginia, North Carolina, South Carolina y Georgia, fueron el foco de la insurrección contra la dominación británica.

Tan importante para la historia norteamericana fue la masonería que la mayoría de los que firmaron la Declaración de Independencia de Estados Unidos, el 4 de julio de 1776, eran distinguidos hijos de la viuda, tal como se conoce a los miembros de la hermandad, entre ellos: Ellery, Franklin, Hancock, Hewes, Hooper, Paine, Stockton, Walton y Whipple.

Lo cierto es que la masonería moderna ha ejercido una influencia determinante en el establecimiento de la nación norteamericana, una influencia que ha sido mayor que la ejercida por cualquier otra institución en la historia de este país, algo que no parece haber sido lo suficientemente reconocido no ya por los historiadores al uso sino, irónicamente, por los mismos masones. Read more

Share Button

¿Es el Gran Arquitecto del Universo un dios masónico?

Gran Arquitecto del UniversoEn las Constituciones de Anderson, fechadas en 1723, se hace alusión a «Dios, Gran Arquitecto del Universo» (p. 1), y al «Dios del Cielo, el omnipotente Arquitecto del Universo» (p. 18). Pero Anderson habla también de Cristo como «Gran Arquitecto de la Iglesia» (pp. 24-24). En el artículo primero de las Constituciones de Anderson, se dice «que el masón está obligado, por su compromiso a obedecer la ley moral, y si comprende bien el Arte, no será jamás un ateo estúpido ni un irreligioso libertino». Sin nombrar a Dios se exige la creencia en Dios, porque los ateos son excluidos de una manera directa y expresa.

Mucho más directo es el Libro de las Constituciones de la muy antigua y honorable Fraternidad de los masones libres y aceptados, conocida como de los Antiguos, publicada por Dermott el año 1756 bajo el título de Charges and Regulations of the Society of Free Masons, extracted from Ahiman Rezon: “Todo masón está obligado, en virtud de su título, a creer firmemente y adorar fielmente a Dios eterno al igual que las enseñanzas sagradas que los Dignatarios y Padres de la Iglesia han redactado y publicado para el uso de los hombres sabios; de tal suerte que ninguno de los que comprenden bien el Arte pueda marchar sobre el sendero irreligioso del desgraciado libertino o ser introducido a seguir a los arrogantes profesores del Ateísmo o del Deísmo…”.

Sin embargo, no hay acuerdo en las interpretaciones y consecuencias de estas diferencias. Para unos las Constituciones de Anderson inclinan fuertemente hacia un deísmo que la segunda Constitución, conocida como de Ahimann Rezom, condena explícitamente insistiendo sobre su fidelidad a la religión católica, tanto más que Dermott, así como la mayoría de los primeros Antiguos, eran irlandeses católicos. No hay que olvidar que el autor de las Constituciones de los Modernos era el Reverendo James Anderson, Pastor de la Iglesia presbiteriana escocesa, y en consecuencia él era también teísta –no deísta–, y cada vez que habla de Dios, lo hace como Gran Arquitecto del Universo, es decir, como Creador. Y la tradición de la Gran Logia de Inglaterra, hasta nuestros días, ha sido siempre teísta y no deísta. Uno de sus representantes, Alec Mellor, lo dice en su Diccionario: “La francmasonería regular es no solamente deísta sino teísta, lo que significa que el Dios que reconoce, invoca y ruega en logia es el Dios creador, o, si se prefiere, un Dios personal, no una entidad vaga, tal como la conciben sistemas metafísicos como el inmanentismo o el panteísmo. Ningún equívoco puede subsistir a este respecto”. Read more

Share Button