Según recuerda en una nota de prensa Javier Rivas, venerable maestro de la logia Aleph 147, durante el siglo XIX y XX la masonería española estuvo presente en la provincia de Ciudad Real, con una significativa actividad en poblaciones como Manzanares, Ciudad Real, Valdepeñas y la propia Almagro, donde las logias “desempeñaron un importante papel en la formación de los ciudadanos y en servir como vía de expresión a sus inquietudes sociales, así como de sus miembros”.
La logia Aleph 147, que bajo la autoridad de la Gran Logia de España-Grande Oriente Español lleva a cabo su trabajo en Castilla-La Mancha, se ha propuesto desde su origen, señala Javier Rivas, “trabajar en los diferentes pueblos y ciudades de la región, y en especial en aquellos con una tradición masónica significativa, intentando aportar un mensaje de tolerancia, fraternidad y respeto, fundamentales para cualquier sociedad que se precie de ser libre”.
La masonería se define como una fraternidad simbólica de carácter filantrópico, iniciático y universal, abierta a personas de todas las creencias religiosas y políticas, con el único requisito de la creencia en un Ser o Principio Creador, así como el desarrollo interior y mejora del individuo.
“Queremos agradecer a la ciudad de Almagro que haya conservado no sólo su patrimonio arquitectónico y cultural, sino también esa identidad que la hizo merecedora en el pasado de que personas libres, con inquietudes sinceras por el progreso, la libertad y el ser humano, decidieran crear aquí ‘… a lo menos junta de masones’, como refiere J. Martínez Millán en ‘La masonería en la historia de España’”, explica el maestro de Aleph 147
Fuente: Lanzadigital