Rafael Díaz-Salazar, católico y defensor de la laicidad desde una óptica cristiana. Su reflexión es un buen exponente de la visión de muchos católicos sobre este tema, marginada y silenciada por los grupos ultraconservadores, que a menudo pretenden aparecer como abanderados de la única opción católica posible. Sin asumir todas las consideraciones del Sr. Díaz Salazar en su libro, recogemos y apoyamos el valor esencial de lo que aquí expone.
- ¿Por qué el laicismo forma parte del debate político y cultural en nuestro país?
- El laicismo es un movimiento que toma fuerza cuando en una sociedad se intenta reforzar el pluralismo cultural y moral y otorgar derechos a minorías....
- ¿Cuáles son las señas de identidad del laicismo?
- El laicismo es un movimiento humanista que ha aportado grandes valores morales. Se basa en la defensa del pluralismo religioso y moral y en la autonomía de la política respecto a la teocracia y el clericalismo. Reivindica la libertad de conciencia con fundamento ético, la neutralidad del Estado respecto a las ideologías y religiones, la igualdad jurídica de los ciudadanos y las organizaciones, la centralidad de la escuela pública para corregir desigualdades, otorgar capacidades y generar ciudadanos éticos. El laicismo no es constitutivamente antirreligioso y antieclesial. Se opone a la religión y a la Iglesia sólo en la medida en que éstas sean obstáculos a su defensa del pluralismo y a la necesaria distinción entre leyes, ética y religión...
Es cierto que en Europa, históricamente, el laicismo ha sido anticlerical y, en bastantes corrientes, antirreligioso. En gran medida, se debió al tipo de religión e Iglesia imperantes.
Actualmente hay cuatro tipos de laicismos: religioso, neutral respecto a la religión, excluyente de la religión e incluyente de lo religioso.
Muchas personas religiosas son laicistas: defienden el Estado laico, la autonomía del orden jurídico y político siempre que se ajuste a la moral del orden constitucional, el diálogo entre éticas plurales, la enseñanza laica y no confesional de la religión, la autofinanciación de las iglesias, el rol público de la religión en la sociedad civil, la acción conjunta con laicistas no religiosos.
- ¿Es la Iglesia católica un obstáculo para la construcción de la laicidad en España?
Una parte de la jerarquía de la institución eclesial y los movimientos neoconservadores que difunden su estrategia son un claro obstáculo. Pero la Iglesia española es amplia y plural y en ella hay una cultura de la laicidad mayor que en muchas otras instituciones y asociaciones.
- ¿Son incompatibles el catolicismo y el laicismo?
- Depende del tipo de catolicismo y de laicismo. En el libro expongo la afinidad de la propuesta de Pablo VI en la «Ecclesiam Suam» con un modelo basado en el laicismo inclusivo de la religión. Este modelo se realizó en la revolución americana y se está abriendo paso en Italia e incluso en Francia. Los obispos franceses han valorado positivamente los cien años de laicismo en su país.
- En el libro se propone una Alianza de Culturas Cívicas para la laicidad, ¿en qué consiste este proyecto?
- Para construir laicidad en España tenemos que instaurar una cultura nacional del diálogo basada en una apertura de unas culturas a otras con el fin de encontrar puntos comunes para el bien del país. Tiene que acabarse de una vez por todas el «guerracivilismo» y por eso recuerdo tanto a Azaña. En nuestro país existen culturas cristianas, liberales, conservadoras, socialistas, comunistas, anarquistas, nacionalistas. Activemos el encuentro y el diálogo entre ellas. E intentemos realizar un trabajo conjunto en algunos ámbitos. Al menos, que nunca cese un diálogo razonable y el cultivo de la amistad cívica entre adversarios frente al odio político e ideológico.
He propuesto diez objetivos concretos para una Alianza de Culturas que tienen como común denominador la educación moral y espiritual para una ciudadanía socialmente activa. Pretenden, además, ser un conjunto de indicadores para ver qué aporta cada una de las culturas citadas a la consecución de esos objetivos.
El trasfondo tiene que ser la laicidad, sin ella no saldremos de la guerra de unas culturas contra otras a través de un uso de las leyes desde convicciones ideológicas o religiosas.
- ¿Una España más laica favorece o dificulta la convivencia nacional?
El aprendizaje de la laicidad es necesario para la convivencia de los españoles plurales y diversos. Cuanto más compleja y variada es la ciudadanía, se requiere más laicidad; es decir, más independencia en el ámbito político-jurídico, más deliberación entre éticas plurales y más diálogo entre quienes somos distintos por nuestras identidades ideológicas, morales y religiosas.
Articular nuestro pluralismo para vivir juntos y bien comunicados los diversos es un objetivo que tenemos que conquistar en España
(Fuente: blog "Espiritualidad progresista").