En una elegante residencia de la docta, serena y encantadora ciudad de Tübingen (la medieval Tubinga), cercana a Stuttgart, a orillas del Neckar y rodeado de libros - muchos de ellos escritos por él mismo - vive Hans Küng, un viejo sacerdote y profesor suizo que accedió a la cátedra de Teología Dogmática Católica en 1960 y que es, actualmente, el más brillante contestatario de las posturas oficiales de la ICAR, patrocinadas por Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Joseph Alois Ratzinger se incorporó a la Universidad de Tubinga en 1966, como profesor de teología católica. Desde entonces, Küng y Ratzinger mantuvieron una buena relación amistosa, a pesar de las diferencias temperamentales y de carácter que los separaban. Los dos participaron como consultores, invitados por Juan XXIII, en las sesiones del Concilio Vaticano II. A raiz de los acontecimientos de mayo del 68, ambos hombres se separaron, no sólo geográficamente. Ratzinger, crispado por el nuevo ambiente estudiantil, aceptó la cátedra de dogmática en Ratisbona y abandonó Tubinga. Hans Küng no aceptó la propuesta que se le hizo de pasar a formar parte de la curia romana. Por el contrario, respondió tachando al Vaticano de "Kremlin romano" y condenando el papado de manera muy semejante a como lo hiciera su admirado Martín Lutero, en el siglo XVI.
Küng fue abordando sucesivamente las más duras críticas de algunos de los dogmas católicos que constituían la temática de su programa de cátedra, como el de la infalibilidad papal. Por ello, en 1979, solo unos meses después de instalarse Juan Pablo II en Roma, Küng recibió de éste la prohibición de enseñar teología católica. Desde entonces, sin abandonar la ICAR, prosiguió el catedrático impartiendo sus cursos de "Teología Ecuménica" y continúa siendo uno de los más importantes teólogos cristianos.
Hans Küng impulsa decididamente el estudio de todos los grandes temas que se están abordando en el seno del sector más progresista de la ICAR : el matrimonio de los sacerdotes, la eutanasia, la homosexualidad, el aborto, el sacerdocio femenino, etc.
Juan Pablo II se negó siempre a recibir en audiencia al teólogo disidente. Pero junto al pontífice polaco estaba Joseph Ratzinger, como Prefecto de la "Congregacion para la Doctrina de la Fe" (antigua Inquisición), desde 1981. Por eso, no ocultó Küng su sorpresa cuando, poco después del cambio papal, recibió una invitación de su antiguo colega de Tubinga, atendiendo positivamente su petición de visitarle. La prensa alemana describió el evento como "la caída del muro católico". Sin embargo, nada cambió tras la cordial entrevista de cuatro largas horas, mantenida entre ambos en Castelgandolfo.
Hans Küng viene sosteniendo, en declaraciones públicas, que la Iglesia Católica "está corriendo el riesgo de convertirse en una secta". En respuesta a las preguntas formuladas y publicadas por el diario "Le Monde", en febrero último, sobre diversos temas de actualidad eclesiástica, el insigne teólogo "maldito", dijo, entre otras cosas, que no le había sorprendido lo ocurrido recientemente con la readmisión de los sucesores del obispo cismático y ultra-conservador Marcel Lefevbre, puesto que éste, ya en 1977, había declarado a un periódico italiano que el entonces nuevo cardenal Ratzinger había prometido " intervenir cerca del papa para conseguirnos una solución".
Según Küng : << El papa Ratzinger ha cometido ahora un grave error, al que no le ha impulsado ningún tipo de antisemitismo, sino su clara oposición al Concilio Vaticano II. Fue elegido por los cardenales más conservadores y se halla rodeado de ellos. Para Benedicto XVI, como para Juan Pablo II, es fundamental la continuidad de la tradición, pero "entendida como tradición medieval y helenística". Se niega a admitir que el Vaticano II representa el reconocimiento de la libertad religiosa y una clara ruptura con la línea impuesta por los papas anteriores a ese Concilio. El papa mantiene una posición ambigua respecto a los textos del Concilio Vaticano II porque no se encuentra a gusto con la modernidad y la reforma.>>
<< Este papa defiende la idea del "pequeño rebaño", que es la línea de los integristas, partidarios de una Iglesia de élite formada por "verdaderos católicos". Es ilusorio pensar que se pueda seguir por esa senda, sin sacerdotes, sin vocaciones y dirigiéndose a los demás cristianos (en este caso reciente, protestantes luteranos) diciéndoles que la Iglesia Católica es la única verdadera Iglesia. Corre el riesgo de convertirla en una secta. Son muchos los católicos que no esperan ya nada de este papa y eso es muy doloroso...>>
Hans Krüg considera que un nuevo Concilio (Vaticano III) podría completar las respuestas que quedaron en el aire tras el Vaticano II, como son el celibato eclesiástico, el control de la natalidad, una nueva fórmula para la elección de los obispos, con participación del pueblo cristiano, etc.
Como masones, nos limitamos a subrayar aquí la necesidad de debate interno que pone de relieve Hans Küng, eminente teólogo católico, respecto a la temática religiosa que interesa a un importante sector de la población, tanto en España como en el resto del mundo. Y lo hacemos desde la convicción masónica de que la búsqueda de la Verdad es un reto colectivo y permanente, que no puede ni debe eludirse a ningún nivel.