La palabra esta en el cuartoy se desnuda y me posee. |
PALABRAS
Hay palabras inútilmente engañosas
que repito sin cesar ante los espejos desvaídos
de innumerables habitaciones que esperan
la llegada posible de atemorizados huéspedes
como lejanos habitantes de países que desconozco.
Son como señas huecas que se enfrentan a la cruel
[realidad
de la costumbre: la hallada búsqueda de un devenir
prescrito. Están. Las veo escribirse en caracteres
múltiples en las múltiples leguas habladas en la
[Tierra.
Palabras falsamente ignoradas en la turbia memoria
declinada en el ir y venir de los tiempos pasados,
presentes y futuros.
…Esa terquedad predestinada, ese corazón agrio,
maldito tantas veces, ese final del odio ya existido.
Todo: palabras, vida en semántico frenesí.
Habitaciones góticas, aposentos interminables,
salas donde el amor cubrió de dicha el cuerpo,
dormitorios donde una joven virgen perdió su voluntad,
corredores donde la muerte había esperado
[con paciencia.
finita, pasos perdidos, tiempo sin orgullo de ser cifra
acaso. En cualquier rincón alguien unas palabras
pronunciará. Ignominia de voces. Fulgor de quiebros.
Presagio de ausencias…Quedan ahí las palabras como
un vaho en el éter. Sin siglos. Perennes, inmutables
al cotidiano suceder, como espíritus puros llenos
de innata eternidad.
Rafael Rodriguez
(Poema extraido de su libro “Maderas de Oriente” )
Ed. Alhuila.