La Gran Logia de España publica la revista ‘Conde de Aranda’, para terminar con las infamias de la “persistente historiografía franquista”
Pocos saben lo importante que la masonería ha sido para el progreso de EspañaComo Hitler, que se empeñó desde joven en exterminar a los judíos, el dictador Francisco Franco también tuvo un afán apasionado: acabar con los masones españoles. Dicen que porque, siendo un militar de posibles en África, le negaron dos veces la entrada en la logia de Larache -“por su carácter intolerante”-, y también por sinsabores familiares de imposible clarificación documental. La implacable represión en la larga postguerra incivil, con miles de masones encarcelados y ejecutados, incluyó la destrucción de archivos para borrar las huellas de una organización en la que militaba la mitad de los diputados y líderes políticos de la época e, incluso, el padre y el hermano menor del dictador, el aviador Ramón Franco.
Los principales estudiosos de la masonería en España son los jesuitas, José Antonio Ferrer Benimelli en primer lugar. Y cada mes desde hace años se publican dos o tres libros sobre masones, “la mayoría muy malos, porque hablar mal de los masones y de la masonería vende mucho y da dinero”, dijeron ayer Xavier Sánchez de Amoraga y Garnica, conde de Campo Hermoso e Inspector de Relaciones Institucionales de la Gran Logia de España, e Ilia Galán, escritor y profesor de la Universidad Carlos III. Los dos presentaron en la sede de la Gran Logia de España en Madrid, la revista con formato de libro Conde de Aranda, intitulada Estudios a la luz de la francmasonería. Objetivo: informar sobre la masonería, pero también abordar cuestiones actuales de la sociedad bajo el enfoque del ideario masónico. El humanismo y la masonería; La estética y el pensamiento masónico y Los aspectos jurídicos de la represión franquista contra la masonería son algunos títulos de los artículos que se incluyen en este número uno.
“Pocos saben lo importante que la masonería ha sido para el progreso de España: la extensión del derecho de voto a la mujer, la abolición de la Inquisición y la esclavitud, la supresión de la pena de muerte, la libertad de culto, la extensión de la educación a todos, etc.”, dijo Ilia Galán, director de Conde de Aranda. Después de la dictadura y la inquina criminal de Franco, son también muy pocos los que saben que entre los masones españoles se cuentan reyes, presidentes de Gobierno y numerosos ministros y políticos: Amadeo I, Azaña, Mendizábal, Largo Caballero, Lerroux, los generales Prim y Serrano, el liberal Sagasta, sin contar a los grandes liberadores iberoamericanos, como Bolívar o Sanmartín; artistas como Tomás Bretón, Benlliure, Samaniego, Espronceda, el Duque de Rivas, Larra, Echegaray, Blasco Ibáñez, Gómez de la Serna o Antonio Machado; científicos como Isaac Peral o Santiago Ramón y Cajal.
La primera revista de la masonería española lleva el nombre del Conde de Aranda porque el poderoso e ilustrado Pedro Pablo Abarca de Bolea, conde de Aranda (Castillo de Siétamo, Huesca, 1719-Epila, Zaragoza, 1798), fue el primer masón español tras sus viajes y destinos en el extranjero y su amistad con Voltaire, Diderot y otros grandes enciclopedistas.
JUAN G. BEDOYA – Madrid
15 de Junio, 2006
EL PAÍS – Sociedad