Cuando tiene lugar una concepción él toma una gota de semen y la pone ante el Santo, Alabado sea, diciendo:
– Señor del Universo, ¿cuál será el destino de esta gota? ¿Saldrá de ahí una persona fuerte o débil? ¿Una persona sabia o necia? ¿Una persona rica o pobre?
– Sólo hay una pregunta que el ángel no hace ya que la decisión no le corresponde a D’s:
– ¿Será una persona justa o malvada?