Gibson explora la vida de Machado en su libro «Ligero de equipaje»Fue republicano, pero no panfletario. Jacobino, le nacieron en el seno de una familia republicana y liberal sevillana, cuyo patriarca (su abuelo, don Antonio Machado Núñez) se merece otra biografía. Vulcanólogo, ornitólogo, le transmitió al nieto su pasión por las largas caminatas. Tras abordar a Lorca y Dalí, Ian Gibson explora la vida de Machado en «Ligero de equipaje» (Aguilar). «Su familia era republicana, anticlerical y masónica. Su abuelo y su padre tienen problemas con el clero sevillano. Falta la documentación, pero creo que Machado también fue masón. Un masón más bien durmiente; no eficaz», revela.
Con 45, y una voluntad de hierro, se licencia y se doctora en Filosofía y Letras. Ortega le examina, pero Machado abrazaría a Unamuno. Convicto y confeso unamuniano, soñó que don Miguel -su maestro de energía- se le aparecía en un Monasterio en Segovia, cantando la marsellesa, vestido de fraile y dándoles la bendición a él y a su segunda amada, Guiomar (Pilar). Años antes se enamoró de Leonor en una pensión soriana. «Él la vio crecer. Cuando llega a la pensión, ella tenía 13 años y cuando se casa, 15; y él 34. Le encantaba su risa infantil. Fue el redescubrimiento de la niñera perdida. En Machado hay un amor terrible y fracasado a los cuatro años por su niñera. Un grupo de jóvenes fascistas trataron de interferir en su boda y él lo calificó como el día más infeliz de su vida. Huye de Soria camino de París. La tuberculosis mata a Leonor y los poemas que escribe a su muerte están en la cumbre de la poesía amorosa», sostiene Gibson.
A. ASTORGA
19 abril, 2006
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